Raxoi ya se plantea una zona libre de turismos que alcance Plaza de Galicia

La presentación en sociedad del primer vehículo autónomo de reparto de mercancías o la prueba de drones para el transporte de pasajeros que se realizará mañana demuestran que Compostela se prepara para la movilidad del futuro. Frente a los combustibles fósiles, la capital gallega encara unas previsiones a largo plazo en las que primen los modelos ecológicos. En todo caso, antes de llegar a ese punto, se requiere dar pasos cortos y seguros, cambios que llegarán, por ejemplo, con el llamado ‘Santiago Central’. Esa área libre de bajas emisiones tiene su emplazamiento, la zona vieja, pero Raxoi ya plantea ampliarla a su entorno, incluyendo Plaza de Galicia, A Senra, Fonte de Santo Antonio y Virxe da Cerca.

Tal y como confirmó el alcalde Xosé A. Sánchez Bugallo en los micrófonos de Onda Cero la pasada semana, el Gobierno municipal el espacio anteriormente citado “é un punto que temos que revisar a tope e temos previsto un estudio de reordenación da zona”. Atendiendo a su objetivo, se limitaría el tráfico de turismos de particulares desde Porta do Camiño hasta A Senra, en la parte sur de la Almendra. “A única forma de mellorala é reducir o peso da circulación rodada e temos que priorizar os usos peonís e o transporte público, apoiando a mobilidade branda como é a bicicleta”, señaló el primer edil.

En este sentido, desde el ejecutivo local no comprenden un centro de la ciudad con el paso de “14.000 vehículos ao día”, ni tampoco la pérdida de calidad de tránsito para los viandantes. Así, por ejemplo, un punto muy conflictivo es el escaso espacio que hay en el lateral de Plaza de Galicia frente a las tiendas.

“O primeiro, temos que priorizar o espazo peonil, o transporte público e un sistema de comunicación brando como é a bicicleta coas conseguintes restricións do vehículo privado. Virxe da cerca e Praza de Galicia forman parte da antiga N-550 que na Porta do Camiño enlazaba coa carretera de Lugo e ten que ser unha vía urbana vinculada á cidade histórica”, analizó.

Todas estas voluntades ambiciosas, que se enmarcarían en la búsqueda de un entorno de Santiago más agradable, queda por ver como encajarían en la voluntad del sector comercial o el ámbito escolar, puesto que se tratan, ahora mismo, de calles clave para moverse por la capital gallega.

Asimismo, teniendo en cuenta que se busca una vida más saludable, en primer lugar, resultaría más importante dar carpetazo a la flota de autobuses, con la entrada, obligatoria, de modelos modernos, así como un uso más productivo de las líneas, en base a las peticiones de los compostelanos. Del mismo modo, como se apuntó desde Composcleta a este periódico, hace falta también una conexión eficiente para las bicicletas, puesto que cabe recordar que existen carriles bici sin unión entre ellos.

UN PRIMER PASO coN EL SANTIAGO CENTRAL. Como un primer paso dentro de este reto ecológico, Compostela tendrá que atender las disposiciones que rigen la nueva Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética, que obliga a implementar un ‘Santiago Central’ antes de 2023, permitiendo sólo el acceso de los automóviles con etiqueta “0”, “ECO” y también “C”, esto es, combustión, aunque con matices.

De este modo, teniendo en cuenta las especificaciones de la Dirección General de Tráfico, todos aquellos vehículos de gasolina matriculados a partir de enero de 2006 podrían acceder a este espacio. Por su parte, para los de diésel, su registro tendría que datar de septiembre de 2015 en adelante. Asimismo, para los de más de ocho plazas y los pesados, el límite se marca en 2014.

A mayores, estarán habilitados los ECO, híbridos, a gas o ambos; y los 0 emisiones, los más eficientes, que se integran de eléctricos de batería (BEV), eléctricos de autonomía extendida (REEV), eléctricos híbridos enchufables (PHEV) con una autonomía de 40 kilómetros o vehículos de pila de combustible.

Por lo tanto, tanto el final de este mandato como el próximo, a partir del 2023, estarán marcados por la regulación de la movilidad, con actuaciones vitales que marcarán el futuro de Santiago.