Sábado de ambiente con viaje de fin de carrera ‘xacobeo’ incluido

Agosto sigue imparable en Santiago y el ambiente de las rúas y prazas del casco histórico lo demuestra cada día. Como viene siendo habitual, durante la jornada de ayer se registraron largas colas para acceder a la Catedral –tanto por Praterías como por la Puerta Santa– acrecentadas por el día nublado, que tradicionalmente atrae a los playeros a la capital.

Además, ayer tuvo lugar uno de los talleres que durante las últimas semanas organiza la asociación Ourives de Compostela, en un intento por tratar de acercar a la ciudadanía su profesión. Fue por la mañana y también por la tarde en la praza de Cervantes, y algunos de los integrantes del gobierno municipal como el alcalde, Sánchez Bugallo, el concejal de Turismo, Sindo Guinarte, no quisieron faltar a esta cita con la artesanía santiguesa.

Durante la sesión matutina, en horario de 11.00 a 15.00 horas, Javier Marqués talló figuras de azabache, mientras que Manuel Tojo se dedicó a fabricar pendientes largos de plata y azabache. Por la tarde, de 16.00 a 20.00 horas, Adonis Suárez mostró el proceso de fabricación de brazaletes, y Ricardo Rivas enseñó a los asistentes cómo grabar a mano con buril.

Asimismo, la llegada de peregrinos es una constante. Las cifras de Compostelas entregadas en lo que llevamos de año asciende ya a las 90.000. Aunque no son del todo comparables con las del 2019 –último año precovid–, sí son buenas teniendo en cuenta la situación sanitaria y las restricciones que han ido afectando a las diferentes comunidades autónomas y negocios, sobre todo al sector hostelero.

Precisamente, ayer también arribaron al Obradoiro un curioso grupo de peregrinos que reinventaron su viaje de final de carrera. Se trata de unos estudiantes de Medicina de la Universidad Católica de Valencia (UCV). Ante la dificultad de poder desplazarse al extranjero y disfrutar de la fiesta como antaño, estos alumnos decidieron emprender el Camino, una opción segura y que cumple con las medidas higiénico-sanitarias para evitar la propagación del virus. Tras varias jornadas de muchos kilómetros y buenos y malos momentos, ayer llegaban a Compostela visiblemente emocionados tras haber superado el reto. Y es que la Ruta, a parte de requerir un gran esfuerzo físico, también lo requiere psicológico. Los caminantes relatan al llegar el cúmulo de sensaciones que experimentan en el recorrido, quizás uno de los aspectos que la convierte en única en el mundo.

Para el próximo mes de septiembre las estimaciones de llegada de turistas siguen siendo buenas, aunque la gran mayoría de ellos nacionales. Los hosteleros son cautos, eso sí, ante el invierno, cuando previsiblemente se complicará la situación.