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Se prorrogará a todo el 2022, por concesión del Papa, el Año Santo que acaba de comenzar

Empieza el Xacobeo 2021 marcado por la pandemia, las expectativas y la incerteza // El Santo Padre llama “a la misión” y pide acabar el Camino “con la mochila vacía y el corazón lleno de experiencias” en una carta remitida con motivo de la apertura de la Puerta Santa

La apertura de la Puerta Santa de la Catedral de Santiago, que ha llevado a cabo a las 17,00 horas de este jueves, 31 de diciembre, el arzobispo compostelano, Julián Barrio, ha marcado el inicio oficial del Año Santo 2021, el primero en más de una década. Durante el acto, el nuncio del Papa Francisco adelantó que, por concesión del Santo Padre, que tuvo en consideración las graves consecuencias de la pandemia de COVID, el Año Santo se prorrogará durante todo el año siguiente, 2022. La esperada noticia, que figuraba en las quinielas y ruegos de todos los agentes implicados, la ha dado, justo antes del vuelo del botafumeiro, el nuncio apostólico para España, Bernardito Auza, que ha dado lectura a un decreto de la penitenciaría apostólica, fechado a inicios de este mes de diciembre, en el que, teniendo en cuenta las difíciles circunstancias que se viven en todo el mundo por la pandemia, el Papa acuerda prorrogar los dones espirituales vinculados al Año Santo durante todo el año 2022.

Este es uno de los 'Xacobeos' más esperados de los últimos años, dado que se produce al final del periodo más largo de la cadencia de celebración de estos jubileos, 11 años. Además, llega en medio de una pandemia mundial y en él reposan las esperanzas no solo de quienes, movidos por la fe, harán el Camino para obtener la indulgencia, si no de aquellos sectores económicos afectados por la COVID que confían en una reactivación.

Por eso, desde distintas estancias políticas y sociales se había apostado por prolongar el Año Santo más allá de su finalización natural, dado que será difícil durante los primeros meses de 2021 que puedan acudir numerosos peregrinos a Compostela. No obstante, tal y como ha reiterado en numerosas ocasiones el arzobispo compostelano --que certificó que, como así ha sido, el Año Santo arrancaría este 31 de diciembre--, esta potestad es algo reservado al papa Francisco que, finalmente, ha otorgado a los gallegos un jubileo bianual.

ACTO DIFERENTE

Ha sido en un acto diferente al vivido hace 11 años, dadas las medidas de seguridad anticovid que han estado presentes en toda la ceremonia, empezando por la limitación de público tanto interior como exterior para garantizar la distancia de seguridad.

También todas las autoridades, tanto civiles como eclesiásticas, han vestido la pertinente mascarilla, que quedará para siempre retratada al inicio de este Jubileo compostelano marcado por la pandemia de la COVID. Lo que no ha cambiado con respecto al 31 de diciembre de 2019 ha sido el clima. Este año, de nuevo, ha estado marcado por una persistente lluvia que, sin embargo, como sucedió en 2009, ha dado una pequeña tregua al inicio de la ceremonia de apertura.

El acto civil comenzó pasadas las 16,00 horas horas en la Praza do Obradoiro, cuando el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que ejerció de delegado regio, accedió a la tribuna donde escuchó el Himno de España y, posteriormente, pasó revista a las tropas. Tras ello, se produjo el saludo a las autoridades presentes, entre ellas el presidente del Parlamento, Miguel Santalices, o el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada. Después, la comitiva de autoridades civiles atravesó la Catedral para salir del templo por la puerta de Platerías y llegar a la Praza da Quintana, donde está ubicada la Puerta Santa, en procesión con la Comisión Capitular que esperaba al delegado regio.

El arzobispo Julián Barrio, tras saludar a los presentes y asistir a la lectura de un mensaje del papa Francisco, ha sido el encargado de golpear simbólicamente con un martillo de plata la Puerta Santa, ya que, en esta ocasión, para preservar las obras de restauración de la Catedral, no se ha realizado el rito de derribo del muro de piedra. Posteriormente, ha abierto la Puerta Santa, dando por inaugurado este Año Santo 2020.

UN AÑO SANTO MARCADO POR LA PANDEMIA

Si hay un elemento diferenciador que marcará el arranque del primer Año Santo compostelano en 11 años --el periodo más largo de la cadencia de celebración-- es la influencia que la covid-19 tendrá durante los próximos meses en la peregrinación. Y es que estos condicionamientos arrancan de la circunstancia de que Santiago de Compostela estará, de hecho, cerrada perimetralmente, al menos, durante los primeros días de este Año Santo, aunque posiblemente esta medida pueda extenderse.

Con ello, una vez reanudada la movilidad --que está vetada entre comunidades hasta el 6 de enero-- y si no se producen cambios por parte de los expertos que asesoran a la Xunta, la capital gallega acogerá el inicio de esta celebración con una medida que impide entrar o salir de ella excepto para motivos justificados. Del mismo modo, la COVID se ha llevado, por el momento, uno de los ritos más apreciados por los peregrinos, el tradicional abrazo al Apóstol Santiago, que todavía no hay fecha para recuperar. A estas alturas, sin embargo, también hay muchas expectativas basadas en el plan de vacunación y las medidas sanitarias, además de en las iniciativas económicas de todas las administraciones.

MENSAJE DEL PAPA

El papa Francisco ha remitido a la iglesia compostelana una misiva con motivo del inicio del Año Santo 2021 en la que ha animado a peregrinar para “salir del propio yo” y acercarse a la experiencia religiosa y al prójimo, así como a tomarse este proceso como una “llamada a la misión” para terminar el Camino “con la mochila vacía y el corazón lleno de experiencias”.

En la carta, que ha sido leída momentos antes de la apertura de la Puerta Santa, el Sumo Pontífice hace una referencia al lema escogido para esta celebración, ‘Sal de tu tierra’, que aúna tanto una invitación a “salir de uno mismo” y entrar en contacto con el prójimo como a afrontar desde el Camino un proceso de conversión y evangelización de la palabra.

Así, Francisco ha animado a los peregrinos a que emprendan este viaje “al encuentro con Dios, con el otro y con nosotros mismos” con “la finalidad de llegar a los confines de la existencia, a ese ‘finis terrae’ que marca la tumba del Apóstol”.

A mayores, el Papa recuerda que en esta “experiencia existencial”, la meta “es tan importante como el camino mismo”, algo para lo que retoma los versos en los que Antonio Machado advierte que ‘se hace camino al andar’. “En ese itinerario, la misericordia de Dios nos acompaña y, aunque permanezca la condición de debilidad por el pecado, esta es superada por el amor que permite mirar el futuro con esperanza”, continúa Francisco.

UNIRSE AL PRÓJIMO

Además de un camino de introspección, el Papa insta a que la peregrinación sirva para “unirse a otros” y compartir la visión del prójimo, ya que “el Camino lo hacen los peregrinos todos los días, esperanzándose, apoyándose, compartiendo fatigas y logros”.

Por ello, estima, aquellos que comienzan la ruta “cargados de cosas que pensaban que les serían útiles”, la acabarán “con la mochila vacía y el corazón lleno de experiencias que han ido fraguando en contraste y en sintonía con las vidas de otros hermanos”.

Paralelamente, anima a “caminar como discípulos misioneros”, esto es, que la peregrinación a la tumba del Apóstol “se convierta en una llamada a la misión” y a la hermandad con todos los creyentes.

Para finalizar, el Papa hace referencia a tres elementos esenciales de la peregrinación compostelana tras atravesar la Puerta Santa, contemplar el Pórtico de la Gloria y, en él, la “mirada serena de Jesús”, practicar el “emotivo abrazo al Apóstol peregrino” y participar en la eucaristía con el botafumeiro.

EUROPAPRESS

31 dic 2020 / 13:35
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