Sin cruz en la frente: la ceniza caerá sobre la cabeza para evitar contagios
Aunque este año no habrá carnaval, debido a las restricciones para frenar los contagios de COVID, la Iglesia mantiene el ritmo de su calendario litúrgico y celebrará el Miércoles de Ceniza, que tendrá lugar la próxima semana, una ceremonia que es habitual después del Domingo de Entroido y que marca el comienzo de la Cuaresma, un ciclo de cuarenta días en el que los cristianos se preparan para la Pascua. Una vez más, monseñor Julián Barrio, arzobispo de Santiago, presidirá el rito de imposición de la ceniza en la Catedral en el contexto de una liturgia que tendrá lugar el próximo miércoles, a partir de las 18.00 horas.
Un día muy significativo para los creyentes y que da paso a varias semanas con jornadas de ayuno y abstinencia. Pero, ¿en qué consisten estas restricciones que impone la Iglesia a los fieles en la Cuaresma? ¿Qué significado tiene la imposición de la ceniza?
¿QUÉ ES EL MIÉRCOLES DE CENIZA? Se celebra en el calendario católico, pero también en el ortodoxo, calvinista, anglicano, luterano, metodista y en los ortodoxos orientales. Es el inicio de un tiempo penitencial y de conversión para los cristianos. La Cuaresma es un periodo de cuarenta días que finalizan el Domingo de Ramos. Este ciclo rememora el tiempo que Jesucristo pasó en el desierto antes de su pasión y muerte y resurrección, según recogen las Sagradas Escrituras.
Se llama de ceniza en referencia al ritual que se lleva a cabo este día, cuando se signa a los fieles en la frente con ceniza, a la vez que se pronuncia la frase: Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás, en alusión a la debilidad del ser humano y a su mortalidad. La que se impone no es una ceniza cualquiera, sino que se trata de los restos de los olivos quemados y bendecidos en el Domingo de Ramos del año anterior.
Para recibir la ceniza no es imprescindible ser católico, sino que la Iglesia de Roma invita a cualquier cristiano a la participación en este ritual, aunque evidentemente se hace un especial llamamiento a los fieles católicos para sumarse a una fecha tan especial del calendario litúrgico.
Este año, y debido a la pandemia del coronavirus, la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha establecido algunas modificaciones en el rito. Para poder respetar las medidas sanitarias de seguridad y evitar el contagio, una “vez pronunciada la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el sacerdote se dirigirá a los presentes, diciendo una sola vez y para todos los fieles, la fórmula del Misal Romano: Convertíos y creed en el Evangelio, o bien: Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás”.
Después, el oficiante se limpiará las manos y se pondrá la mascarilla para proteger la nariz y la boca. Posteriormente, impondrá la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acercará a los fieles que estén de pie, permaneciendo en su lugar. Asimismo, el sacerdote tomará la ceniza y la dejará caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada.
Estas indicaciones fueron decretadas por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos el pasado 12 de enero y están firmadas por el cardenal Robert Sarah, prefecto de este dicasterio vaticano; y monseñor Arthur Roche, arzobispo secretario.
AYUNO Y ABSTINENCIA. El carácter penitencial de la Cuaresma implica también dos restricciones que se mantendrán durante varias jornadas de este periodo. Se trata del ayuno y la abstinencia. El Miércoles de Ceniza ambos son obligatorios. La Doctrina de la Iglesia establece que este día, al igual que el Viernes Santo, jornada en la que se conmemora la pasión y muerte de Cristo, solo debe hacerse una comida ligera; y además hay que abstenerse de comer carne. El primero es obligatorio, siempre conforme a las instrucciones de la Iglesia, para los mayores de 18 años y menores de 60. Los mayores de 14 años deben ese día, y todos los viernes de Cuaresma, abstenerse de comer carne.
ENTIERRO DE LA SARDINA. El Miércoles de Ceniza es el día que tradicionalmente se celebra el conocido como entierro de la sardina en muchos pueblos; en el caso de Santiago, la quema del Meco, una tradición popular que consiste en la quema de estos elementos. Con aire carnavalesco, se trata de representar la destrucción del pasado, de lo socialmente establecido, para dar paso a un tiempo nuevo. La fiesta civil coincide con el inicio del tiempo litúrgico.