Sin rastro de las obras prometidas para frenar la degradación del Campus Vida

Todos los caminos llevan al Campus Vida en Santiago. La zona universitaria por excelencia de la ciudad luce estos días más vacía de lo habitual debido a la proliferación de las clases online y al cierre de un buen número de locales hosteleros. Sin embargo, las quejas se siguen repitiendo año tras año. Las obras que prometían un lavado de cara de la zona llevan meses retrasándose y afianzando una imagen del Campus que dista mucho del paraje idílico que pinta la USC en su página web.

Aceras levantadas por la fuerza de las raíces de los árboles, bancos de madera podridos y repletos de maleza, pintadas por doquier en las paredes de los edificios universitarios y unas calles que se han convertido en el gran aparcamiento de la ciudad, dificultando el tráfico de la zona.

Se trata de un problema que viene de largo y que Raxoi se propuso solucionar en varias ocasiones. La última, a finales del año pasado, cuando el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con la USC para llevar a cabo unas obras que estaban previstas para el primer trimestre de este 2020. Sin embargo, el parón de la pandemia retrasó unas labores de las que, a día de hoy, con cerca de medio año de retraso, todavía no hay rastro.

Desde la concellería de Obras explican que actualmente sería necesario retomar las conversaciones con el centro universitario, de cara a concretar algunos aspectos que en su momento quedaron en el aire. Destacan que el terreno es de la USC y que eso hace que el Concello no pueda actuar sin un plan específico.

Por su parte, Javier Ferreira, gerente de la USC, explica que los retrasos se deben a que el Ayuntamiento “ten agora unha nova realidade orzamental”. Así, el plan inicial dependía de una serie de ayudas “que tiñan que chegar desde Madrid” y que la pandemia canceló.

En este sentido, será necesaria un nueva evaluación de la actuación municipal en un terreno que pertenece a la USC, pero del que la administración local saca partido a través de las zonas ORA.

“Esta semana tivemos un contacto informal e quedamos en reunirnos nos próximos días, como máximo a principios da próxima semana”, asegura Javier Ferreira, antes de reconocer que “hai que tomar medidas xa, porque a situación do Campus é realmente lamentable”.

Los desperfectos afectan especialmente a los accesos a las instalaciones deportivas del Campus, por donde pasan cientos de personas a diario. Los usuarios de estos espacios lamentan el mal estado de las aceras, que suponen incluso un peligro para los viandantes, habiendo causado ya varias caídas. Pero, aunque las mayores demandas de los afectados hagan referencia a aspectos puramente funcionales de la zona, lo cierto es que a nivel estético la reforma se vuelve incluso más urgente. Sobresale la maleza que ocupa buena parte de los márgenes de las vías. También los baches y socavones que afectan no solo a las desgastadas aceras, sino también a la propia calzada que, además, es especialmente estrecha en algunos tramos debido a la gran cantidad de vehículos que estacionan en el área azul de los márgenes.

Sobre este particular se pronunció hace unos días el catedrático de la USC, Lourenzo Fernández Prieto, que a través de su cuenta de Twitter aseguró que “a USC leva tres décadas e 6 alcaldes diferentes esperando que o Pazo de Raxoi cumpra os seus compromisos”. Y añadía: “usan o Campus Vida como grande aparcadoiro da cidade sen nada a cambio”. No fue el único que mostró su malestar en las redes. En los últimos días han sido muchos los vecinos que adjuntaron fotografías en las que se puede ver el degradado aspecto de algunas vías.