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Solución para la saturada línea 6: subdivisión en dos y un bus más

En total serán nueve los vehículos que presten servicio en la ruta // La idea es mantener el itinerario ‘clásico’ hasta San Marcos y crear uno nuevo al aeropuerto

Desde que el pasado 23 de diciembre entraron en vigor las nuevas concesiones de autobús metropolitano dependientes de la Xunta, el servicio de transporte público al aeropuerto pasó a ser asumido por la línea 6 del bus urbano. Aunque el trayecto se abarató de cinco euros a uno y la frecuencia se mejoró de media hora a veinte minutos, la duración del itinerario se incrementó, de manera que hacen falta en torno a tres cuartos de hora para llegar del centro de la ciudad a la terminal. Además, los vecinos de Lavacolla, San Marcos y San Lázaro se quedan tirados al llegar ya los vehículos llenos desde el aeropuerto. Ahora el Concello pretende poner fin a esta situación subdividiendo la línea en dos y añadiendo un vehículo más al servicio.

Tal y como confirmó a EL CORREO el gerente de Tussa, José Ramón Mosquera, la idea que se baraja es la de subdividir la línea en dos: 6 y 6A. La clásica, la 6, haría el recorrido actual, desde Os Tilos al aeropuerto; la nueva, la 6A, tendría “expediciones parciales” –tal y como las denomina Mosquera– entre la Intermodal y la terminal aérea, el tramo que sufre más saturación de pasajeros. Asimismo, la línea 6 pasaría a asumir también los servicios a Bando y Vilamaior durante los días laborables que actualmente realiza la P5, que pasaría a funcionar solo los sábados.

Cada 20 minutos. La frecuencia seguiría siendo de veinte minutos, pero con el objetivo de lograr que ningún pasajero quede en tierra, tal y como está sucediendo actualmente. Para ello el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, ya anunció en Compostela en la Onda que se añadirá un autobús más: “Nun primeiro momento a liña 6 tiña catro buses, cando se prolongou ata o aeroporto pasou a ter oito e a partir do 1 de setembro terá nove”, subrayó.

Restricciones de aforo. El alcalde, el gerente de Tussa y el edil de Mobilidade coinciden en que una de los principales causantes de este problema son las restricciones de aforo, ya que actualmente se pueden ocupar la totalidad de los asientos, pero solo un tercio de las plazas de pie. Para tratar de ampliarlo en la medida de lo posible, durante el verano se incorporaron vehículos de quince metros, que en puntos como el de la fotografía, en As Rodas, tienen problemas para maniobrar.

Nuevo contrato. No obstante, el refuerzo que se plantea es una solución provisional a la espera de la licitación del nuevo servicio. Aunque prefiere no dar plazos, Gonzalo Muíños, concejal de Mobilidade, relata a EL CORREO que actualmente está en período de alegaciones el estudio económico del contrato. Varias empresas presentaron las suyas y, una vez resueltas, no quedarían más trámites pendientes y quedaría vía libre para aprobarlo en junta de gobierno y, posteriormente, proceder a su licitación. Muíños confirma que para la próxima semana está prevista una reunión precisamente para ir empezando a resolver las alegaciones. Recalca que gran parte del expediente, mayoritariamente el relativo a la reorganización de las líneas, quedó hecho por el anterior gobierno de CA, al que agradece su labor.

Mientras se espera por la ansiada remodelación, el actual sistema no da más de sí. Las quejas de usuarios y trabajadores son una constante de un servicio que pide a gritos un cambio, que podría llegar –si nada se tuerce– a lo largo del próximo año.

Pequeños ajustes en las rutas 9 y 5 para adaptarlas a la realidad

Santiago. Los nuevos límites de velocidad implantados por el Gobierno central en mayo derivaron en que en la mayoría de calles de Santiago la velocidad máxima sea de 30 kilómetros por hora. Si el transporte urbano ya tenía unas frecuencias ajustadas, ahora aún más. Es por este motivo por el que de cara a los nuevos horarios de invierno –que entrarán en vigor el día 6 de septiembre– se revisarán los pasos de las líneas más afectadas por los cambios, principalmente la 9 (Casas Novas - CdC) y la 5 (A Rocha - Vite).

La campaña de vacunación afecta gravemente a la media hora –ya de por sí escasa– que la línea 9 tiene para hacer el recorrido entre las dos cabeceras, provocando retrasos diarios de hasta media hora. José Ramón Mosquera, gerente de Tussa, afirma que “es mejor decirle al usuario que el bus pasará cada cuarenta minutos si esa es la realidad, que decirle cada treinta cuando en verdad no se cumple esa frecuencia”. Y eso es lo que se hará con esa ruta y alguna más como la 5 o las circulares, lo que hace augurar un aumento de los tiempos de paso para los próximos meses.

El polígono de Costa Vella solo está servido por las líneas C5 y C6. Hasta junio su frecuencia de paso teórica era de una hora, pero en la práctica no era así ya que resulta imposible cubrir el trayecto en solo 60 minutos. Durante el verano se aumentó esa frecuencia hasta una hora y diez minutos, y Mosquera anuncia que “lo más lógico es mantenerla”. I. Salgado

28 ago 2021 / 01:00
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