...Cuando la bailarina rusa Maya Plisetskaya visitó la capital gallega con un propósito espiritual

Considerada el gran cisne del ballet clásico internacional, incluso después de su muerte, Maya Plisetskaya fue una de las máximas bailarinas del ballet ruso de todos los tiempos. La dirección del Ballet del Teatro Lírico Nacional de España, entre 1987 y 1990, le unió profundamente a nuestro país y permitió que bailarines como el ferrolano Jesús Quiroga coincidieran con ella. Maya vivía por y para la danza y solía rodearse de artistas para todo; desde diseñadores de espacios, hasta las más conocidas firmas de alta costura que, en ocasiones, también le hacían los figurines para sus actuaciones. Las dos máximas de la bailarina rusa eran la espiritualidad y lo humano y lo expresaba con visitas a lugares como la Catedral de Santiago, o mostrando el cariño que sentía por los suyos, en especial por su hermano Azari Plisetsky, también bailarín.