Con el mar a la vista: Redondela Briallos

SE NOTA QUE ESTAMOS llegando a territorio amigo, a nuestra tierra. Salimos de Briallos antes de lo habitual a pesar de que sabemos que solo vamos a caminar durante 28 kilómetros, una de las etapas más cortas. Llueve débilmente, sigue aumentando la intensidad de peregrinos que vamos encontrando y nos satisface comprobar que la mayoría de los caminantes de largo recorrido son personas extranjeras. Se nota que la pandemia remite y que sigue intacto el atractivo de la ruta xacobea. Pasamos Caldas y comienza uno de los tramos más bonitos de este itinerario que nos trae desde Oporto. Llega hasta san Miguel de Valga a través de un sendero precioso al lado del río y entre una potente vegetación autóctona.

Alargamos la primera parada hasta Carracedo, en la taberna de Esperón para tomar un reconfortante café en medio de una triste noticia: el propietario está en el hospital con una pierna rota. Luego paramos en Camioneros para dar cuenta de un bocata de calamares que nos sabe a gloria en compañía de otro buen amigo, el doctor Moncho Campaña.

Seguimos y llega la gran sorpresa. En san Miguel encontramos a una a joven mamá y su bebé de un año y medio haciendo el Camino. Que niño más simpático y alegre. Son alemanes, también salieron desde Oporto y llevan diez días caminando a su ritmo. Carlos le regala al pequeño su bastón para que complete la caminara. Ya estamos en Padrón. Dormimos en casa pensando en que mañana llegamos a Santiago y se acaba esta maravillosa aventura de amistad y compañerismo.