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ENTREVISTA
José Luis Bello, Jefe del servicio de Hematología-Hemoterapia del CHUS

“Tras treinta años me voy sin la menor duda de que el esfuerzo valió la pena”

“En 1993 los pacientes que tenían que ser trasplantados de médula debían irse a cientos de kilómetros, con un gran coste económico. De ahí, el empeño de crear el programa en Santiago”

{Santiago, 1951} El doctor Bello se jubila hoy después de tres décadas como jefe de Hematología del hospital Clínico de Santiago. De familia humilde, de niño ni siquiera soñó con llegar a ser médico y menos aún en que sería el ‘padre’ del primer trasplante de médula en Galicia, un hito que tuvo lugar en el antiguo hospital de Galeras el 3 de marzo de 1993. Se va con la sensación del deber cumplido, dando las gracias a su equipo y con la tranquilidad de haber hecho realidad su reto: ponerse en la piel del enfermo.

Por sus orígenes humildes asegura que nunca imaginó que llegaría a ser médico. Sin embargo, hoy, martes, se jubila como jefe del servicio de Hematología y Hemoterapia del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago. ¿Qué balance haría?

En más de treinta años como responsable de servicio se viven momentos estupendos, otros menos estupendos e incluso difíciles. Llegados a este punto, y aunque suene pretencioso, tengo la sensación de que he cumplido con mi cometido. No me cabe la menor duda de que el esfuerzo mereció la pena.

Como ya dijo, tener una familia sin grandes recursos le hacía temer que no podría entrar en la universidad, pero tampoco tenía vocación de médico, ¿qué le hizo decantarse por esta carrera?

Realmente mi idea era hacer una carrera técnica, pero eso significaba tener que irme a otra universidad y eso no era posible. Estudié en el colegio La Salle y cuando hacía el curso preuniversitario, hablando con un profesor, me dijo: “Creo que deberías hacer Medicina”. Está claro que tenía mejor visión de futuro que yo, y sin que me diera cuenta me enseñó el camino. No puedo presumir de que mi elección fuera vocacional, pero pasado el tiempo creo que sin duda resultó acertada.

¿Cómo fueron sus primeros pasos en el hospital?

Los comienzos en el Hospital Clínico Universitario de Galeras no fueron fáciles, pero logramos formar un pequeño equipo con escasos medios aunque con mucha ilusión. Recordando esos días, aún me sorprende cómo algo que nació tan pequeño fuese capaz de aunar tantas voluntades dentro del servicio de Hematología y en el hospital.

Tener que tratar con pacientes oncológicos hace aún más duro el trabajo, ¿cómo valoraría el trato con el enfermo?

El trabajo en oncohematológica requiere una gran dosis de entrega y de empatía con el paciente. Además de dominar los aspectos técnicos, los médicos debemos colocarnos en el lugar del paciente y ayudarle en su esfuerzo por comprender su dolencia, tolerar la complejidad de los tratamientos y sus efectos adversos. Si no somos capaces de hacer esto, mejor dedicarnos a otra cosa.

Fue el precursor, el 3 de marzo de 1993, del primer trasplante de médula ósea que se hizo no solo en Santiago, sino en Galicia. ¿Cómo recuerda aquella experiencia?

En esos años, los pacientes de nuestra autonomía tenían que desplazarse a cientos de kilómetros para que se les realizara un trasplante de médula ósea, añadiendo al sufrimiento de su enfermedad el alejamiento de su domicilio y una importante carga económica. Creímos que era absolutamente necesario cambiar las cosas y decidimos iniciar el programa de trasplantes. Primero fue el autólogo, del propio paciente, y en los años siguientes los trasplantes alogénicos entre hermanos, los de donante no emparentado, de cordón umbilical, etc. Todo se fue logrando con mucho esfuerzo.

Ya en septiembre de 2008 realizó el primer trasplante de médula entre personas no emparentadas, también pionero en Galicia, y con donante francés. ¿Cómo lo recuerda?

Este tipo de trasplantes tienen una gran complejidad técnica y organizativa. Si todos los trasplantes requieren un estudio y preparación minuciosos, como comprenderá, el primer trasplante de estas características exigió gran dedicación y, por qué no decirlo, templar algunos nervios. No cabe duda de que aquello fue un gran salto cualitativo.

Estas células salvavidas para dichos trasplantes ¿desde qué países viajan mayoritariamente?

Las recibimos de prácticamente de cualquier país del mundo, pero son más frecuentes las donaciones procedentes de Alemania y Estados Unidos, y actualmente, cada vez más de donantes españoles.

Trabaja junto a la Asociación Gallega de Trasplantados de Médula Ósea (Asotrame), ¿cómo es esta colaboración, en cuanto a poder ver a pacientes después del trasplante?

Efectivamente, alguno de nuestros pacientes forman parte de Asotrame. Es un privilegio tener una relación tan estrecha con ellos, ya que conocen por experiencia propia lo que es un trasplante de médula. Es un grupo muy entusiasta y colaborador, que nos ha ayudado incluso en proyectos de investigación.

Ahora el servicio tiene como reto una nueva técnica para vencer al cáncer a través de la terapia Car T, que podría incluso sustituir a la quimio, ¿en qué fase está para su incorporación a la cartera del CHUS?

Hemos recibido la acreditación del Grupo Europeo de Trasplantes y la auditoría de una de las compañías farmacéuticas especializadas en el campo de las terapias celulares. Por otra parte, tenemos acuerdos para los futuros ensayos con CART académicos. Creo que más pronto que tarde nuestros pacientes con linfoma y leucemia linfoblástica podrán beneficiarse de estas novedosas terapias. Por tanto, se puede decir que el futuro ya está aquí.

Por último, ¿cómo ve el futuro de la Hematología?

Es una especialidad en rápida evolución. Cada día se comprende mejor el comportamiento genético y molecular que da origen a estas enfermedades y los tratamientos serán cada vez más específicos, más eficaces y menos tóxicos. Estoy convencido de que no son las instituciones por sí solas las que cambian las cosas, sino las personas. En estos 30 años he tenido la suerte de contar con buenos compañeros y excelentes profesionales a los que quiero dar las gracias, sin ellos todo lo logrado hubiese sido imposible. La hematología en nuestro hospital queda en buenas manos y no tengo la menor duda de que el futuro es brillante.

23 mar 2021 / 01:00
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