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Un ‘enlace fantasma’ en A Sionlla espera por su conexión al Orbitaliño

Construida hace años por la Xunta para el acceso al área empresarial de A Sionlla, esta carretera cortada es usada por ciclistas y viandantes // Servirá como punto de unión entre la AP-9 y la N-550

El colapso que se vive día si y día también en la entrada del Polígono de Costa Vella contrasta con la situación de otro acceso situado un par de kilómetros más allá, un vial que conecta con A Sionlla, en la rúa do País Vasco, que fue construido hace años por la Xunta de Galicia, pero que permanece sin conexiones. Esta carretera fantasma jugará un papel fundamental en los futuros enlaces de las áreas empresariales de la capital gallega pero, mientras tanto, su empleo se reduce a algunos ciclistas o paseantes, que se aprovechan del buen estado del asfalto y la ausencia de vehículos por sus carriles.

Esta obra, llevada a cabo por el ente autonómico Xestur (Xestión do Solo de Galicia), respondía a una demanda histórica de la ciudad para sacar un gran volumen de transporte pesado de la SC-20, un paso previo a la construcción del Orbital (conexión con la AP-9 y la A-54) y del Orbitaliño (pequeño trazado que liga las vías anteriores con la N-550). Sin embargo, el retraso en la aprobación de los proyectos ha derivado en un caso curioso: una calzada por la que pasan los años, pero no los coches.

En este sentido, el próximo 2023 debería terminarse la primera parte de los trabajos, con el acceso desde las vías de alta ocupación, puesto que la empresa adjudicataria arrancó sus labores a finales de 2020, con un plazo de ejecución de treinta meses. Con estos tiempos, el pasado mes de marzo, Concello y Gobierno apuntaron que se llevaba un 30 % de la ejecución.

Si bien esta fase cuenta con un futuro claro, no lo está tanto en lo que respecta al otro acceso, el de la nacional, que resulta clave para la entrada al Polígono del Tambre. De este modo, el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) aprobó provisionalmente en junio el proyecto del trazado, con un presupuesto estimado de veinticinco millones de euros. Al tratarse de una obra menor, se esperaba coincidir el final de una con la otra. Sin embargo, esta propuesta ha encontrado la oposición de los vecinos de Formarís, que ya presentaron sus alegaciones, y también de Raxoi, lo que retrasará su puesta en marcha.

En esta línea, el problema principal radica en la rotonda que se plantea para la unión a la N-550, así como en la ubicación del trazado. Así, los residentes temen que el barrio y muchas fincas (algunas edificables), queden incomunicadas, además del impacto paisajístico. Por ello, en la fase de exposición pública, han propuesto un cambio de la glorieta (a nivel del tronco de circulación y no elevada como está prevista), así como su desplazamiento unos 300 metros más allá.

De esta manera entienden que se reduciría la agresión al medio y mejoraría la movilidad y funcionamiento de los vecinos sin afectar a las densidades del tráfico de la carretera nacional. Ahora esperan también por las alegaciones del Concello (su plazo se agotó el pasado día 22) y la respuesta del Gobierno. Así, septiembre resultará clave para conocer el futuro de los accesos a los polígonos y, asimismo, del vial fantasma.

27 ago 2022 / 01:00
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