Un equipo de investigadores de once países ‘estrenará’ el Edificio Fontán
Más de 50 expertos del Instituto de Ciencias del Patrimonio se instalarán a lo largo de este año en el nuevo espacio del Gaiás
Las obras del edificio Fontán, en la Cidade da Cultura, encaran la recta final y la previsión es que esté finalizado en el inicio del verano. Paralelamente a los trabajos, ya se están perfilando los distintos usos que albergará la nueva instadel macrocomplejo del Gaiás. En este sentido, más de 50 investigadores, de 11 nacionalidades diferentes, del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit) se instalarán este año en el edificio. El conselleiro de Cultura, Educación y Universidad, Román Rodríguez, y la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rosa María Menéndez, visitaron ayer las dependencias que ocupará el Incipit en el Fontán de la Cidade da Cultura y avanzaron que, este mismo año, este equipo de trabajo estará ya instalado y desarrollará sus funciones y proyectos desde el Gaiás.
El Incipit, dirigido por el profesor Felipe Criado-Boado, es una entidad especializada en los estudios del patrimonio cultural. Se trata de un organismo con un elevado perfil internacional que desarrolla trabajos en países como Portugal, Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Perú, Colombia, Guinea, Etiopía, Somalia, Tanzania, Senegal, el Reino Unido, Francia, Grecia o Mongolia.
Acompañados por técnicos de la Xunta y del CSIC, Román Rodríguez y Rosa María Menéndez supervisaron las áreas de trabajo, laboratorios e instalación científicas, donde el personal del Incipit llevará a cabo su misión, ocupando cerca de un 20 % de los 12.481 metros cuadrados que componen la superficie del Fontán, edificio donde el Incipit convivirá con instituciones dedicadas a la promoción de la investigación universitaria y la cualificación del profesorado.
El conselleiro de Cultura constató el avanzado grado de ejecución de las obras, asegurando que el 90 % de los trabajos de construcción del Fontán ya están concluidos y que los pendientes estarán finalizados esta primavera, iniciándose los procesos de equipación y traslado de las instituciones residentes. “Cumpliremos con el objetivo de finalizar el Fontán en este Xacobeo y de conseguir que este edificio esté plenamente operativo en 2022”, aseguró el titular de Cultura y Educación del Gobierno gallego.
Por su parte, la presidenta del CSIC manifestó que “el Incipit se traslada a la Cidade da Cultura de Galicia con la plena convicción de que es el marco ideal para su desarrollo futuro y, al mismo tiempo, con el compromiso de crear interacciones que fortalezcan el perfil científico y cultural del Gaiás”.
En este sentido, la localización del Incipit y la creación también en el edificio Fontán de un nuevo centro de investigación interuniversitario, especialmente orientado a los estudios alrededor del Camino de Santiago, convertirán la Cidade da Cultura de Galicia en un de los polos de referencia en España en el ámbito de los estudios del patrimonio.
La visita al Fontán contó con la presencia de Andrés Perea, arquitecto responsable de la redacción del proyecto de esta infraestructura y de la dirección de obra, quien llamó la atención sobre el carácter “ecológico y sostenible” de un inmueble equipado para optimizar el reducir los costes energéticos, así como su sofisticada equipación tecnológica destinada a dar servicio a las instituciones residentes.
Fue construido aprovechando la estructura ya edificada del que iba a ser la Ópera del Gaiás, obra incluida en el proyecto original de la Cidade da Cultura y que fue paralizada después de ser iniciada. La decisión de localizar en el Gaiás el edificio Fontán, con un presupuesto de 14,7 millones, “posibilitó un notable ahorro ya que se estima que la adquisición de un solar y construcción de una infraestructura de estas mismas características en otro punto ascendería a 33 millones, además de los 10 millones que supondría demoler la estructura del teatro de la Ópera que existía en el Gaiás”, señalan desde la Xunta.
La localización del Incipit en el edificio Fontán es el resultado de un convenio de colaboración entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Xunta. En virtud de este acuerdo, el CSIC aporta 2,4 millones de euros, además de una cantidad anual para asumir los costes que genere el Incipit. “Estas aportaciones contribuyen a aminorar el coste de esta infraestructura para la ciudadanía gallega”, destacan desde la Administración autonómica.
Asimismo, durante la visita al Gaiás, la presidenta del CSIC avanzó que prevén completar este martes la firma de la compra de la Casa da Parra y la Azabachería en Santiago, que acogerán respectivamente una Casa de la Ciencia (la tercera del CSIC en España) y el Instituto de Estudos Galegos Padre Sarmiento. Rosa Menéndez explicó que se encuentran estudiando los proyectos para ambos inmuebles para analizar las actuaciones necesarias, aunque espera que el proceso de mudanza e instalación pueda concluir en un año y medio.
El edificio de al Casa da Parra lleva once años sin actividad, cerrado a cal y canto desde que fuera utilizado por la Xunta como sala de exposiciones para artistas gallegos. En un primer momento, el Concello de Santiago mantuvo negociaciones con sus propietarios, la Tesorería de la Seguridad Social, para crear en él un centro de acogida a peregrinos, que funcionase durante este Año Santo, aunque esa opción se descartó.
El inmueble se construyó en 1683 y es de sillería de granito con cubierta de teja. Además, el último piso es un añadido del siglo XX. Consta de tres alturas, la última de ellas rematada por una balaustrada y un balcón, en el que está situada la famosa parra. Asimismo, destaca por la riqueza de la ornamentación: las ocho gárgolas de la cornisa, las metopas, las ménsulas y los racimos de uvas en relieve que enmarcan la puerta principal y una ventana del piso superior. Por último, cuenta con una gran chimenea acubada, que es una de las más emblemáticas de la ciudad.
El hecho de que el edificio de la Casa Parra recupere la actividad es una gran noticia para el casco histórico, puesto que servirá de dinamizador de esta zona de la ciudad, muy castigada por la pandemia a nivel comercial. Además, ha perdido atractivo como lugar de residencia, y los datos de población refleja que poco se está quedando vacía.