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Con el buen tiempo y la relajación de las medidas, las terrazas estuvieron ‘al completo’ en la capital gallega // Varias sanciones desde el viernes TEXTO Andrea Oca

Un mes después, Santiago se liberó

“Parece que echaron a la gente de sus casas”. La frase la pronunciaba ayer una vecina que transitaba por la praza da Quintana ante la gran presencia de gente en las terrazas. El buen tiempo acompañó a los picheleiros en el primer sábado de seminormalidad desde que el 26 de enero se ordenara apagar las luces. La empresa de buscar una mesa libre en la ciudad resultó ayer complicada, con pleno de consumidores en zonas tan transitadas como la rúa de San Paio de Antealtares, la praza da Pescadería Vella, el Mercado de Abastos, Porta Faxeira, el Preguntoiro o la Rúa Nova.

En todos esos lugares, la estampa más habitual era la de futuros clientes aguardando a que alguna de las mesas se quedase libre. Ninguna de ellas permaneció vacía más de cinco minutos. A esto hay que sumar que muchos de los vecinos optaron por reservar plazas para comer, con el fin de aprovechar el día, teniendo en cuenta que la hostelería debe cerrar sus puertas a las seis de la tarde.

La cara de alegría de todos aquellos que hicieron ayer vida social tiene también un lado B. Muchos de los que acudieron a alguna de las terrazas de la ciudad lo hicieron sin respetar las debidas medidas de seguridad. De hecho, entre las múltiples propuestas para sanción impuestas a locales de hostelería durante el primer día de restricciones se reflejan tanto sanciones por sobrepasar los límites de aforo como por no llevar puesta la mascarilla durante la mayor parte del tiempo -excepto durante la consumición-. Sobre el primer día sin restricciones, el viernes, basta la frase del concelleiro de Seguridade Cidadá, Gonzalo Muíños, para hacerse una idea de la situación: “Foi un día entretido”, expresó a raíz de la actividad de la Policía. Así, cabe recordar que a partir del 5 de marzo -el plazo ofrecido por la Xunta para adaptarse a la nueva normativa de control de aforo- la Policía empezará a ser muy estricta en sus controles rutinarios, pasando de advertencias a multas directas. La presencia de más controles policiales ya se dejó notar ayer en zonas como la praza da Quintana, Rodrigo de Padrón o la Praza Roxa.

A esto hay que sumar los intentos de retomar el botellón en zonas como el Parque de Bonaval, donde durante la noche del viernes los agentes se enfrentaron a un grupo de jóvenes que, fuera de horario, se encontraban bebiendo en la vía pública y que dedicaron algún que otro insulto a la Policía. Y, a mayores, continúan aumentando las celebraciones en pisos pese a que el Concello aumentó sustancialmente la cuantía de las multas que se imponen a los responsables. En este sentido, el concelleiro delegado, Gonzalo Muíños, quiso mandar a los ciudadanos de Compostela una advertencia sobre lo rápido que aumentan los contagios y lo fácil que resulta volver a las máximas restricciones. Algo en lo que la capital gallega ya tiene experiencia después de que a la relajación de las medidas de diciembre le siguiese un cierre total. Así, Muíños afirmó ayer que ahora los sanitarios ya no quieren aplausos, sino ver a los ciudadanos lejos de los hospitales.

COMERCIO. Este es otro de los sectores beneficiados por la relajación de las restricciones. Si bien las tiendas llevan varios días pudiendo abrir más allá de las 18.00 h, es ahora cuando notan el aumento de afluencia debido al levantamiento del cierre perimetral. Los atascos en las entradas a las grandes superficies comerciales fueron constantes los últimos días por la presencia de vecinos de localidades cercanas como Trazo o Bertamiráns, que aprovecharon para realizar compras.

28 feb 2021 / 01:03
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