Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h
cultura. Las décadas de los ochenta y los noventa fueron el punto álgido del movimiento // Fue una época de promoción de la cultura y la música // Los pubs más emblemáticos de la fiesta fueron Número K y Clangor TEXTO Sabela García

Una Compostela movida brillaba con un gran ambiente nocturno

Ha pasado ya un tiempo desde que aún era habitual escuchar hablar de la emblemática “movida”. Aunque fugaz e intensa, fue una época en la que los pubs estaban a la orden del día y era de lo que se nutrían los miles de estudiantes que venían a Compostela a disfrutar del ambiente nocturno.

Fue en las décadas de los 80 y los 90, cuando un Santiago muy distinto, y ahora un tanto distante, relucía noche tras noche con su gran ambiente, un Santiago que no dormía. De aquella era habitual la estampa de riadas de jóvenes que se lanzaban a las calles en busca de diversión en los pubs más míticos de la ciudad.

Si bien el ocio nocturno ha sido algo a resaltar siempre en la capital gallega, fue el de esta época el que dejó a Compostela en boca de todos. Un tiempo en el que varios pubs brillaron con gran fuerza durante la noche compostelana. Al menos así lo fue hasta que poco a poco estos se fueron apagando.

Los más emblemáticos de la movida fueron sin duda Número K y Clangor. Siendo estos los máximos exponentes de la “movida”, otros cogieron, más pronto que tarde, el relevo a estos alusivos locales. Así, varios pubs empezaron a sonar y a pisar con fuerza en la noche compostelana, como fue el caso de La Catedral, La Bolera o Duplex; sin olvidar los posteriores Apolo, Liberty o Nao Berlín.

Aunque estos clásicos no han caído en el olvido, pues son muchos los nostálgicos bebedores de tiempos “mejores”, lo cierto es que hoy en día ya no es lo mismo. Santiago ya no es ese centro neurálgico que concentraba los sitios de “marcha” más emblemáticos, con las noches más “movidas” y las anécdotas más variopintas. Ahora, Santiago vuelve a brillar, aunque no con la misma fuerza.

LA MOVIDA COMPOSTELANA. De lo que no cabe duda es de que fueron muchos los pubs que vivieron la movida en todo su esplendor. Si bien la juerga nocturna se concentraba sobre todo en la zona del Ensanche compostelano, poco a poco se fue abriendo paso el Casco histórico, con otros garitos que no se dejaron opacar por estos más transitados durante la década de los 80. El Ensanche reunía a cientos de estudiantes deseosos de irse de marcha en el clásico “jueves universitario”, una tradición que ha llegado a nuestros días pero no de la misma manera.

En aquel momento, por supuesto, nadie era consciente de que estaban empezando a hacer eco de esa movida surgida en el Vigo de antaño, más “cultureta y melómano”. De esto bebieron los compostelanos, que aunque no sabían que se convertirían en los máximos difusores de la movida en la ciudad, hicieron del ocio nocturno en la Santiago un hito histórico, social y, como no, cultural.

A lo largo de los 80, pubs como Clangor con sus colas infinitas para entrar al local y Número K, que vio nacer y morir la movida, fueron los que, a día de hoy, aún persisten en la memoria de los más meláncolicos, porque si hay algo de lo que los gallegos saben mucho es sobre la “morriña”.

Un tanto efímera, la movida compostelana no tardó en acabar desveneciéndose, pues la llegada de otras “zonas de marcha” y la apertura de otros pubs y discotecas acabaron por marchitar la tan abarrotada zona del Ensanche. Fueron años de grandeza y, a pesar de lo que muchos puedan decir, de indudable riqueza cultural.

¿UN FENÓMENO CULTURAL O UN DESFASE? En aquellos tiempos Compostela vivía el auge de sus pubs más simbólicos en los que la fiesta y, por supuesto la música, eran las protagonistas. También lo era, en ocasiones -aunque cada vez más recurrentes- el desfase y el descontrol entre los jóvenes, pues entre los más asiduos en la movida nocturna, eran muchos los que acababan ensombreciendo la noche.

Si bien fue la “época de la cultura” como a algunos les gusta recordar, pues se abrían paso cara una nueva sociedad, más libre y más “artística” de la mano de la música y cultura como las abanderadas principales, también coincidió con un periodo de incertidumbre y transición.

Fue el momento de los grupos musicales más reivindicativos y “rupturistas” que, en pleno auge, fueron los encargados de poner la banda sonora a este nuevo periodo de “liberalización”. Así, géneros como el punk, el funk, el ska, y como no, el rock, además del pop, fueron los más sonados en esta época. Con esta nueva perspectiva “transgresora” de la que la música hacía especial promoción, se empezó a llevar hasta los límites esta experiencia de letras caóticas, y con ella sus actos durante la noche, llevando la diversión al desenfreno. Fue un no parar; empezaron los desfases, los altercados, las “borracheras de más” y los excesos.

No obstante, locales como Clangor y, en ocasiones Número K, siguieron apostando por dar protagonismo a la música, con carteles y conciertos casi impensables para esos espacios, siempre abarrotados, en los que estudiantes pudieron disfrutar de los grupos más cañeros del momento.

Como casi todo lo que surge de manera espontánea y se vuelve una “tendencia”, fueron muchos los jóvenes que se dejaron fluir con la “movida compostelana” hasta que esta acabó por convertirse en un “movimiento”, y -calificado por muchos de “hedonista”- marcó el inicio de un nuevo modo de vida. Era el nuevo sentir y disfrutar entre los compostelanos.

Entre los vestigios de esta época, fueron muchos los locales que siguieron bebiendo de este “movimiento”, llevando el eco de la “movida” en el tiempo y el espacio. Así, empezando en el Ensanche y pasando al Casco Histórico, la movida se acabaría “apagando”.

24 ene 2023 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.