Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Veinte nuevas celebraciones en pisos siguen poniendo en riesgo a los compostelanos

También hubo pequeños botellones en el parque de Belvís, donde cuatro personas fueron identificadas por la Policía Local

Poco importa que Santiago esté en nivel naranja de contagios de covid-19, según los datos de la Xunta, porque los jóvenes parecen no ser conscientes de esta situación y continúan organizando fiestas en pisos. Así lo demuestran los datos de la noche del jueves en Compostela, facilitados tanto por el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, como por el concejal de Seguridad Ciudadana, Gonzalo Muíños, que elevan a veinte el número de celebraciones en domicilios privados. Y es que parece que para algunos universitarios su prioridad es divertirse, aunque sea a costa de la salud de los demás.

Y como el buen tiempo acompañó durante la madrugada también se detectaron grupos de gente bebiendo alcohol en el parque de Belvís, de los cuales cuatro fueron identificados por la Policía Local.

A lo largo de la semana se organizaron 35 fiestas en viviendas particulares, según confirmó Bugallo, una cifra que sigue siendo bastante elevada, si se tiene en cuenta la situación sanitaria actual de la ciudad.

Bien es cierto que las cifras reflejan un ligero descenso, puesto que durante el primer jueves, tras la reanudación del curso universitario, hubo en la capital gallega 28 celebraciones en domicilios.

Sin embargo, este descenso es a todas luces insuficiente, y por esta razón el regidor compostelano insistió ayer en actuar con responsabilidad social para evitar llegar a situaciones más graves, como las que están atravesando localidades limítrofes como el Milladoiro, con alerta roja.

En este sentido, Bugallo recordó que las sanciones que se imponen por realizar reuniones de este tipo en pisos son de 200 euros, puesto que se interponen de acuerdo a la ordenanza de ruidos y añadió que si se es reincidente esta cantidad se eleva a 750 euros, porque se considera una falta grave, aunque dijo no tener constancia de que hubiera reincidentes.

Cuando la Policía Local recibe una llamada con una queja por una celebración en una vivienda, se presenta en el mismo con el fin de realizar una denuncia. Si en ese momento, las personas que están en el interior del domicilio no abren la puerta, los agentes vuelven al día siguiente para proceder a la identificación e interponer la correspondiente denuncia.

Para los vecinos que sufren esta clase de situaciones no se trata solo de un problema de salud, debido al coronavirus, sino que es una cuestión que llevan muchos años padeciendo, y durante gran parte de los días de la semana.

Los afectados se quejan de que es imposible descansar, ya no sólo por la música y los gritos, sino, porque también se arrastran muebles y se escuchan tacones y otro tipo de ruidos que hacen imposible conciliar el sueño.

De hecho, hay vecinos que llevan años medicándose, ante la imposibilidad de poder descansar, debido a los ruidos provocados por las fiestas. Explican que esa falta de descanso se traduce en otros problemas de salud, como ansiedad e incluso depresión.

La situación para algunos es tan desesperante que incluso un grupo de afectados del Ensanche decidieron iniciar una recogida de firmas en change.org con el objetivo de pedir al Ayuntamiento que tome cartas en el asunto y que endurezca las sanciones.

Al respecto, el grupo municipal del PP pedía recientemente que se actualizasen las multas previstas en la ordenanza de ruidos, para aumentar las cantidades y que estas tuvieran un efecto disuasorio.

Además, tanto la Xunta, como el Ayuntamiento continúan estudiando quién tiene competencias para poder sancionar las infracciones relacionadas con la normativa sanitaria del covid. De hecho, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, confirmaba tras reunirse con el presidente de la Federación Gallega de Municipios que acaban de elevar una consulta al Consello Consultivo sobre la posibilidad de endurecer las sanciones.

LOS PUNTOS MÁS CONFLICTIVOS. Las calles de Santiago en las que se suelen concentrar las fiestas en viviendas son Santiago de Chile, Ramón Cabanilas o Fray Rosendo Salvado. Asimismo, la zona del Sarela y de San Lourenzo, así como los parques de Belvís, Bonaval, Restollal o Fontiñas se encuentran entre los puntos preferidos de los estudiantes para beber al aire libre.

Tanto en los botellones al aire libre como en las fiestas en los pisos muchas veces, además de saltarse la prohibición de beber en la calle, los jóvenes no cumplen con otras medidas higiénicas, como mantener la distancia de seguridad, fumar sin la separación obligatoria o hacer uso de la mascarilla.

Parece que las multas que se ponen por cometer este tipo de infracciones en estos momentos no son suficientes para acabar con esta clase de episodios en Santiago, que suponen un claro riesgo para todos a la hora de propagar el coronavirus.

santiago@elcorreogallego.es

datos
el mal ejemplo de valencia

··· La Universidad Politécnica de Valencia tuvo que cancelar hace unos días las clases presenciales debido a un macrobotellón que se organizó en un colegio mayor y que acabó en multitud de positivos entre los estudiantes. No sería de extrañar que se viviese una situación similar en Compostela.

··· En el caso de Compostela, hay bloques de viviendas que están habitadas en su mayoría por estudiantes, por lo que los vecinos que no lo son viven en una tortura continúa, puesto que raro es el día que alguno de ellos no organiza una fiesta.

··· El ocio nocturno cree que si se abren los pubs y discotecas por la noche se mitigará el problema de los botellones en domicilios particulares.

10 oct 2020 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito