Vía libre para el Orbitaliño, que puede estar en obras a finales de este año

Con el enlace orbital en marcha, las conexiones de los polígonos industriales de la zona norte quedan ahora pendientes de completar con la construcción del denominado Orbitaliño, una rotonda de dimensiones más reducidas, pero igualmente importante, porque enlazará con la N-550 y mejorará el acceso al interior de las zonas empresariales compostelanas.

Este proyecto quedó ayer desbloqueado. El diseño estaba completado, pero antes de someterlo a exposición al público era necesario que el Ministerio para la Transición Ecológica diera el visto bueno al estudio de impacto ambiental. El Ministerio de Transportes y Movilidad remitió a principios de año el documento al de Transición Ecológica para que éste diera el veredicto.

Cabían dos posibilidades, que se aceptara una tramitación abreviada, lo que permitiría seguir el procedimiento, o que se considerara necesario completar todo el estudio, lo que podría suponer una demora de unos dos años.

Finalmente, ayer se hizo público que este segundo ministerio daba por bueno el informe, ya que “no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente”, siempre que se cumplan las prescripciones, por lo que el Mitma “puede continuar los trabajos de redacción del proyecto del trazado, incorporando en el mismo las conclusiones del informe de impacto ambiental”.

Las previsiones ahora son que el proyecto se licite ya en torno al verano y las obras comiencen entre finales de año y principios de 2022. De esta forma, y dado que tiene un plazo de ejecución menor, este enlace, y su hermano mayor, el Orbital, podrían concluirse y entrar en funcionamiento a partir de 2023.

Se trata de un proyecto complementario, ya que el Orbital, con las obras ya avanzadas, enlazará los polígonos con la autopista AP-9 y la autovía de Lugo, mientras que el Orbitaliño, en A Sionlla, estará conectado con él, además enlazará con la carretera N-550, de A Coruña, y a su vez, dará acceso a través del polígono del Tambre, a la variante de Aradas.

De esta forma, se completarán las conexiones del área industrial, y se proporcionará un considerable alivio en el periférico, por el que podrán dejar de circular un importante número de vehículos pesados, que hasta ahora tienen que usarlo para acceder a los parques empresariales.

El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, ya había señalado a este periódico que las perspectivas sobre la tramitación ambiental eran optimistas, y adelantaba que daba por hecho que se iba a autorizar el procedimiento abreviado, como así ha sucedido en el día de ayer, y que en breve el diseño estaría a exposición al público.

De hecho, el Ayuntamiento tiene previsto presentar una alegación a esta obra que permitiría incluso aligerar más el período de tiempo previsto para su ejecución, y que pasa por retomar un antiguo proyecto, que además de cumplir con las peticiones de los vecinos, porque evitaría que la rotonda se convirtiera en una barrera para los residentes en la zona, también simplificaría y abarataría los trabajos.

La propuesta ya fue dada a conocer a los responsables del Ministerio, en este caso de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y fue valorada positivamente por los responsables técnicos.

Las nuevas conexiones viarias de la zona, que empezaron a mejorar de forma considerable con la puesta en funcionamiento de la variante de Aradas, y antes con la duplicación del viaducto de entrada al polígono del Tambre, quedarían consolidadas con estas conexiones con las vías de alta capacidad.

Precisamente junto al Orbitaliño está pensado que se levante una de las infraestructuras llamadas a ser fundamentales en el proceso de reindustrialización de la ciudad, el futuro centro de Tecnologías Avanzadas, cuyas obras de construcción se espera que comiencen este mismo verano.