Ya hay en marcha un estudio para rehabilitar el ‘Verderón’

La Asociación Compostelana de Amigos del Ferrocarril, que preside Carlos Abellán, ya ha solicitado presupuesto para arreglar el exterior del vagón denominado Verderón, que junto con una antigua máquina modelo 1.800 se encuentra situado junto a la entrada de vehículos en la explanada de Renfe.

Después de la polémica abierta en los últimos días, cuando el alcalde de Santiago reclamó una solución para el deterioro de este último elemento, señalando que su penoso estado no tenía mucho encaje en la renovada estación intermodal, fueron muchas las voces que salieron en defensa de estas dos piezas históricas colocadas en los años noventa, y que últimamente, debido a la pandemia, han permanecido cerradas desde marzo del año pasado. Así, el exterior del vagón se encuentra en muy mal estado. Abellán recuerda que ambos elementos, así como las vías sobre las que están colocadas, fueron adquiridos en su momento por la asociación compostelana, que fue la encargada de rehabilitarlos, primero con voluntarios y después a través de un obradoiro de emprego del Ayuntamiento, y con el apoyo también de la Xunta. De hecho, cuando se inauguraron a finales de los noventa, en el acto estuvieron presentes tanto el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, como el alcalde, Sánchez Bugallo.

Así, se rehabilitaron en su exterior, mientras el interior se adaptaba para nuevas funciones. En la máquina además de recuperar los dos antiguos puestos de conducción se instaló una maqueta de un tren que hizo las delicias de muchos jóvenes visitantes, y en el vagón se habilitó una sala de reuniones en la que se realizaron todo tipo de actividades, desde conferencias a presentación de libros, o debates sobre el transporte en general.

De hecho, señala como ejemplo que en esta sede fue donde se debatió la implantación del primer autobús circular que funcionó en las líneas de transporte urbano.

Por lo que se refiere al terreno sobre el que están situados ambos elementos, es propiedad del Adif, y la asociación paga un alquiler anual, además de un seguro de responsabilidad civil al que también están obligados. Entre ambos, supone un alquiler anual de unos quinientos euros, que abonan los socios. La cuota anual de cada uno asciende a unos veinticinco euros.

Destaca además que ambas piezas son dos ejemplos muy significativos de la historia del ferrocarril en Galicia. La máquina 1.800 fue una de las primeras que se trajeron de Estados Unidos, en 1958, para el transporte de mineral de hierro entre Ponferrada y Rande.

Cuando dejó de prestar servicio quedó estacionada en Monforte, y de allí se la trajo la asociación, totalmente destartalada, para proceder a su rehabilitación. También cuenta con el antiguo ventilador del motor, que todavía está en funcionamiento, y ahora se proyecta colocar unos tirantes de hierro para que se pueda apreciar todo su interior.

Igualmente curiosa es la historia del Verderón, un vagón que recorrió todas las categorías, de pasajeros, de cuarta a primera, hasta que dejó de prestar este servicio en los años setenta. A partir de ahí, se convirtió en una especie de coche-vivienda, porque pasó a ser utilizado por el servicio que se encargaba de limpiar la vía de maleza, ramas y otros obstáculos para los convoyes.

De esta forma, explica, no solo se trata de un testimonio histórico de las propias infraestructuras ferroviarias, sino también de la actividad de los profesionales que en ellas trabajaron.

Posteriormente quedó abandonado en la estación de Santiago, y al cabo de unos años estaba en un estado auténticamente lamentable, hasta que la asociación lo compró como chatarra para proceder a su recuperación con el auxilio de las administraciones autonómica y local. Después vendría su puesta en servicio como sede de la asociación compostelana, y posteriormente también de la española, durante el tiempo en el que Carlos Abellán ocupó la presidencia tanto en Santiago como a nivel nacional. Una sede que ahora además podría ser también europea, ya que Carlos Abellán, actual vocal adjunto a la presidencia, aspira en las elecciones del próximo mes de octubre a la presidencia de la Confederación Europea de Ferroviarios. De acceder al puesto, el vagón compostelano sería la sede de las agrupaciones de toda la Unión.

Por ello, considera que ahora lo oportuno sería tratar de poner en valor este patrimonio, aprovechando su ubicación estratégica en el complejo de la estación, y no de plantearse su retirada. En este sentido, recuerda los importantes esfuerzos que realizaron los miembros de la asociación, primero para hacerse con los materiales y luego para instalarlos en el punto donde se encuentran. Para ello fue necesaria incluso la utilización de grandes grúas con el fin de moverlos desde las vías en funcionamiento hasta el tramo donde ahora se encuentran.

Señala, igualmente, que desde su puesta en funcionamiento se convirtieron en un importante contenedor cultural, no solo de actividades vinculadas al ferrocarril, sino también de todo tipo, y que incluso se ofrecieron en su momento al Ayuntamiento para colaborar en la promoción turística de la ciudad como oficina de información. Unas actividades que ahora piensan incluso incrementar con un relanzamiento de la asociación en la ciudad.