Más del 32% de las farmacias gallegas ya le preparan la medicación a los mayores

La provincia de Pontevedra supera la media y cuatro de cada diez oficinas ofrecen el servicio / Está dirigido en principio a personas de más de 74 años, polimedicadas y con algún factor de riesgo social, como vivir solas

El farmacéutico Ignacio Labella muestra uno de los envases preparados para su entrega / aNTONIO HERNÁNDEZ

El farmacéutico Ignacio Labella muestra uno de los envases preparados para su entrega / aNTONIO HERNÁNDEZ / charo barba

La adherencia a la medicación es un problema que muchos pacientes tienen, bien porque se pueden olvidar de tomar sus pastillas o bien porque consideran que ya están bien y no la necesitan. Es uno de los retos a los que la Consellería de Sanidade de la Xunta se enfrenta, ya que entre un 20 y un 50 por ciento de los pacientes no toma correctamente su medicación. Esa es la razón por la que puso en marcha el sistema personalizado de dosificación (SPD).

Se trata de una iniciativa por la que las farmacias pueden ofrecer la preparación en un blíster con las pautas ordenadas de sus tratamientos, sobre todo en los pacientes polimedicados. De hecho, el 32,5 por ciento de las farmacias gallegas ya ofrecen este servicio, al que se van incorporando otras diariamente y sobre el que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) está preparando una addenda al decreto publicado. Algunas oficinas ya lo vienen haciendo desde hace años al advertir la necesidad de sus pacientes.

La implantación no es igual en todas las provincias pero hay dos que superan la media: Pontevedra, con el 44,3% (de sus 437 oficinas, lo llevan a cabo 194), y Lugo, con el 40,3 (de 186, lo hacen 75). A Coruña se sitúa en el tercer puesto con el 25,6% (de 572, 146) y Ourense se queda en el 19% (solo 36 farmacias de 189),

Es un sistema que, en principio, está orientado a personas mayores de 74 años que toman más de 13 medicamentos de manera crónica. Esta pensado, además, cuando se detectan ciertos factores de riesgo social, como vivir en soledad o no tener una red de apoyo familiar adecuada.

El Decreto 87/2022, de 19 de mayo, en vigor desde el 27 de junio de ese año, regula las condiciones y requisitos para la preparación y entrega de los sistemas personalizados de dosificación en las oficinas de farmacia gallegas. Y ahora desde la Xunta preparan una addenda en la que se añaden dos requisitos: seguimiento de la adherencia terapéutica e información al facultativo responsable o profesional sanitario de referencia del paciente, además de la prevención, detección y resolución de problemas relacionados con los medicamentos.

Para la elaboración de este añadido desde el Sergas se trabaja estrechamente con los colegios oficiales de las cuatro provincias.

La norma recoge pormenorizadamente los aspectos del servicio de SPD y los materiales, procedimiento del trabajo, modelos de hojas de registro o consentimiento y ficha del paciente. Una de las condiciones necesarias para la preparación y entrega de los medicamentos es que la manipulación de la dosificación solo se puede hacer en la farmacia en la que hayan sido dispensados los envases de los medicamentos y dentro de sus propias instalaciones, sin que puedan participar terceras personas. Además, la persona que lo vaya a realizar y el titular de la oficina deben formarse específicamente en SPD y estar acreditados para ello.

Otros requisitos

Uno de los requisitos es que la farmacia ha de tener una zona destinada a esta actividad de forma exclusiva o, si no es posible por las dimensiones del local, un espacio compartido con otras acciones, que no se pueden realizar de forma simultánea, además de llevar a cabo una limpieza después de cada vez, de forma que no exista posibilidad de contaminaciones cruzadas ni entre medicamentos de un mismo paciente, ni con los de otros usuarios.

Asimismo, es preciso controlar las condiciones ambientales de la zona de preparación y de almacenamiento de medicamentos con instrumentos adecuados. La humedad relativa ambiental debe oscilar entre 40 % y 60 % y la temperatura entre 15º C y 25 ºC. El proceso de trabajo tiene que organizarse de forma secuencial y hacerlo de manera unidireccional, una vez más para reducir el riesgo de posibles confusiones.

Para que el ciudadano pueda acceder a este servicio únicamente tiene que buscar si su farmacia habitual u otra lo ofrece y pedirlo. Las oficinas, sin embargo, tienen que seguir unos pasos perfectamente definidos en el decreto de Sanidade. Primero tienen que evaluar la idoneidad del paciente y explicarle, a él o a una persona autorizada, el funcionamiento. Una vez obtenido el consentimiento por escrito, revisar el tratamiento para saber si los medicamentos son idóneos para preparados en SPD.

Tras cumplimentar la ficha del paciente y preparar los envases con los medicamentos dispensados, tendrán que cubrir la documentación que acompaña a los envases, con sus etiquetas y una hoja de instrucciones para entregar al paciente o al familiar o persona que lo represente.

“Mejora la calidad de vida de los pacientes y, al final, es un ahorro para el Sergas”

El farmacéutico compostelano Ignacio Labella ya ofrece este servicio desde hace cuatro años en su oficina. En este momento, tiene alrededor de 60 pacientes, algunos clientes habituales y otros usuarios de residencias pequeñas. “Es una herramienta muy útil para mejorar la adherencia a la medicación de determinadas personas”.

Aunque al hablar de este sistema se piensa en personas muy mayores, su experiencia es que algunos pacientes, por ejemplo en tratamiento psiquiátrico, incluso relativamente jóvenes, “tienen recaídas frecuentes y hay que reajustarles la medicación a menudo. Yo estoy seguro de que es porque se encuentran bien y dejan de tomar la medicación”. Ese tipo de pacientes, que tienen dificultad a la hora de tomar sus pastillas, al tener una pauta estricta mejoran.

De hecho, la primera –era una mujer– con la que empezó Labella la experiencia “fue un éxito absoluto”, dice orgulloso. Era una persona con “montañas” de medicación pautadas, muchos ansiolíticos, y “aún así venía y refería que tenía ansiedad y sobrepeso porque comía mucho”. Le ofreció el servicio y al tener le medicación justa, pautada y ordenada, “fue reduciendo hasta el punto de que ahora solo tiene un ansiolítico al día para dormir cuando antes necesitaba dosis de caballo”. También redujo la dosis para el tiroides y la epilepsia porque al tomarlas bien está equilibrada.

Realmente, es un buen sistema, además de para gente mayor que vive sola, para aquellos a los que les cuesta organizarse, bien sea por problemas psiquiátricos, por edad o por estilo de vida.

“Lo que haces es mejorar su calidad de vida. Pero, al final, también es un ahorro para el Sergas, porque no se pierde nada”, asegura. “Muchas veces viene alguien a pedir unas pastillas cuando se las hemos dispensado en una receta electrónica hace una semana, o que perdió un blíster o no encuentra dónde lo puso”. Cuando detectan problemas cognitivos en pacientes habituales, ofrecen el servicio. Otros se lo piden voluntariamente y, en algún caso, es un familiar el que acude a pedirlo bien porque su padre vive solo o por otras razones. “En estos casos al principio no le sienta bien del todo al paciente, pero después se dan cuenta del beneficio”.

Y es que hay personas que quizás estén en óptimas condiciones para cocinar, arreglar su casa o salir a pasear, pero en el caso de las pastillas tienen más dificultades para tomarlas todos los días y a las horas debidas, sobre todo en pacientes polimedicados.

El Decreto de la Consellería de Sanidade, para el que ahora está preparando una addenda, viene a regular esta práctica que algunos farmacéuticos, como en este caso Ignacio Labella, vienen haciendo por la responsabilidad de preocuparse de sus pacientes.

Aunque al principio no lo cobraban por ser una cosa muy novedosa y querían experimentarlo, ahora sí lo hacen: “Es una cuestión de ética, creo que hay que cobrarlo”.

Además, requiere tener a un farmacéutico dedicado a este trabajo, porque “no se trata solo de meter las pastillas en un huequecito y ya está”. Semanalmente han de revisar si hay novedades en el tratamiento, arreglar una habitación específica, mantener una temperatura, grado de humedad, custodiar los medicamentos de cada uno, guardar los registros de cada paciente. “Se ha profesionalizado la cuestión, que está muy bien, y se han puesto unas regladas adecuadas”, reflexiona.

La pauta la hacen semanalmente porque el grueso son usuarios de residencias a los que a lo mejor el médico visita dos veces a la semana y de esta manera pueden reaccionar con rapidez cuando hay algún cambio de pauta.