La vuelta al colegio y a las escuelas infantiles se relaciona con reencuentros, nuevos comienzos y aprendizajes, pero irremediablemente, y sobre todo en el caso de los más pequeños, también con virus e infecciones bacterianas. Y ese es uno de los grandes temores de los padres, que repiten a menudo que sus hijos “están enfermos cada dos por tres”. Y lo cierto es que no están muy equivocados porque las urgencias pediátricas se disparan al llegar el mes de septiembre. “El pasado curso tuvimos en el CHUS más de 18.000 urgencias entre septiembre y marzo, y de ellas el 70% fueron infecciones respiratorias estacionales, y sobre todo hemos tratado con VRS (virus respiratorio sincitial) y con la gripe”, explica a EL CORREO GALLEGO la jefa de la Sección de Pediatría Clínica y Urgencias Pediátricas del CHUS y presidenta de la Sociedad de Pediatría de Galicia, Susana María Rey. “De hecho el pasado curso escolar las urgencias aumentaron incluso en un 60% en los meses de septiembre a marzo con respecto al resto de meses”, añade. Nosotros tenemos unas 2.500 urgencias mensuales, “pero a partir del mes de septiembre aumentan en un 30% o 40% mes a mes a causa de la vuelta al colegio tanto en el hospital como en atención primaria. De hecho en esta última semana ya hemos incrementado en un 30% el volumen de consulta”, señala la especialista.

Susana María Rey, jefa de la Sección de Pediatría Clínica y Urgencias Pediátricas del CHUS y presidenta de la Sociedad de Pediatría de Galicia Cedida

Es esta estacionalidad en pediatría, explica, “lo que nos obliga a pensar en estrategias de prevención porque en un período de seis meses nos encontramos con una gran demanda y no tenemos una infraestructura que nos permita prever la demanda que vamos a tener. Es por ello que la sensación de la población y del personal sanitario es de colapso porque se concentran el grueso de las consultas y son pacientes que además tienen patologías infecciosas agudas que motivan más de una visita. De hecho, el pasado curso por un proceso infeccioso respiratorio agudo el mismo paciente motivó cinco consultas en los servicios asistenciales, tanto en primaria como en atención hospitalaria”, señala. Los virus más comunes que detectaron el pasado curso fueron los respiratorios seguidos de los gastrointestinales. Los más frecuentes fueron rinovirus, metaneumovirus, virus respiratorio sincitial y gripe.

¿Y por qué se ponen enfermos los niños tantas veces al empezar la escuela infantil? Pues tal y como explica Susana María Rey los niños tienen un sistema inmunitario que está en desarrollo, por lo que cuando salen de su entorno familiar y van a la guardería, donde la transmisibilidad es máxima (comparten juguetes, estornudan, tosen...), es muy probable que desarrollen sobre todo procesos respiratorios asociados a mocos y tos. La especialista explica que “por encima de los dos años un niño ya ha estado expuesto practicamente a todos los virus estacionales y por tanto su sistema inmume va madurando”.

¿Y es bueno que los niños se inmunicen cuanto antes? Pues esto “es una verdad a medias”, considera. “Si un niño no ha pasado las infecciones en la guardería, las pasará en el colegio, pero también es cierto que un niño cuanto más pequeño sea, sobre todo por debajo de los 6 meses, tiene mayor riesgo de que las enfermedades se compliquen. Por ello es bueno que superen las infecciones de pequeños, pero no cuando todavía son muy vulnerables”, sentencia.

CONTAGIOS MASIVOS

Cuando un niño está enfermo, los padres tiemblan. Y es que los contagios se extienden muchas veces a toda la familia. No obstante hay formas de prevenir esta situación. “Siempre decimos que la higiene de manos es fundamental porque los niños van a tocar todo y hay que evitar que se vaya propagando la infección. También hay que minimizar el estar en espacios cerrados y mal ventilados y minimizar la exposición al tabaco en el domicilio. Son normas de sentido común”. Además aprovecha para explicar que cuando un bebé nace “no conviene que vaya mucha gente a casa a verlo ni que le den besos porque existe la posiblidad de exponer al recién nacido a algún germen del adulto”.

Los virus respiratorios, especialmente el VRS, entran al mismo tiempo que otros de este tipo una vez acaba el verano y son los principais causantes de los catarros comunes. En este caso, Susana María Rey indica que hay que tratar los síntomas: hidratación abundante para que las secreciones mucosas sean lo más fluidas posibles, tratamiento con analgésicos (si hay dolor), antitérmicos en caso de fiebre, y un reposo relativo. La jefa de la Sección de Pediatría Clínica y Urgencias Pediátricas del CHUS recalca que “hay que dar tiempo de evolución” e insiste en que es necesario seguir las pautas del personal de atención primaria. “Debemos acudir al centro de salud cuando haya datos de alarma: fiebre alta que no baja bien con lo que le estamos dando, si notamos que respira de forma rara, vomita o rechaza la ingesta de comida. En estos casos debe ser valorado por si una infección banal se está complicando”.

La especialista insiste en que en caso de sospecha de covid, se puede hacer un test en casa y recuerda que ahora se considera una infección respiratoria más, con el mismo tratamiento que el resto.

BRONQUIOLITIS

Mucho se teme la bronquiolitis, un tipo de infección respiratoria muy común en los menores de 2 años. “A partir de octubre es uno de los motivos de ingreso más frecuente en pediatría. Uno de cada 50 niños menores de 6 meses va a tener una bronquiolitis”, asegura Susana María Rey. El tratamiento pasa por eliminar los síntomas: reducir las secreciones nasales con suero, tratamiento para la fiebre, fraccionar la comida, hidratación adecuada y vigilar que no haya dificultad para respirar.

Por último, la especialista destaca un dato insólito, que han detectado desde el año pasado. “Sorprendemente en verano hubo ingresos por infecciones respiratorias y ello ha sido debido probablemente al cambio climático y la retirada de las mascarillas”.

A pesar de que el inicio en la guardería implica virus e infecciones, Susana María Rey recomienda que los pequeños asistan a las escuelas infantiles a partir de los 2 años porque “hay un factor importante en el desarrollo emocional y psicosocial de los niños que es trabajar la parte de la sociabilización y el estar con un igual”, considera.