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La Navidad empieza en octubre en el supermercado

El turrón puede comerse a más de dos meses de Nochebuena y las tiendas lucen ya el árbol navideño

Galletas con motivos navideños

Galletas con motivos navideños / PEXELS

Alba Prada Estévez

Alba Prada Estévez

No hay año que no se diga que cada vez el turrón llega antes a los estantes del supermercado, pero es cierto. Y no solo pasa con los dulces, ahora el merchandising navideño también puede adquirirse este mes. Ya no puede sorprendernos ver en los escaparates de las tiendas el árbol perfectamente adornado en octubre, a unos dos meses y medio de Nochebuena. Y es que la Navidad y todo lo que la rodea se ha convertido en puro consumismo hasta tal punto que todos los negocios adelantan lo antes posible los productos de esta época para incrementar las ventas. "La justificación mental que usamos para comer dulces navideños es que Navidad es solo una vez al año y entonces me lo puedo permitir. El problema es que si esos dulces empiezo a consumirlos a mediados de octubre porque ya los tengo a mano, entonces deja de ser un consumo puntual", explica Marisol Pérez, vocal del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Galicia (Codinugal).

"Creo que es el primer año que veo turrones antes de Halloween. Yo cumplo años el 22 de noviembre y de niña nunca había nada de Navidad antes de mi cumpleaños y tengo 51 años. Así que en 40 años hemos pasado de tener turrones a principios de diciembre a tenerlos a mediados de octubre".

Consecuencias

Las consecuencias de esta anticipación, cada año más acusada, de los dulces propios de Navidad son tanto nutricionales como emocionales. "Algo es especial cuando se relaciona con un momento y situación concreta. Consumir turrón es especial si lo hago una vez al año, si lo como toda la semana, pierde ese efecto mágico. Es como si soy niño y cada vez que pido algo lo tengo de manera inmediata, entonces la ilusión desaparece", sentencia. A nivel nutricional explica que es cierto que muchos dulces navideños tienen las almendras como base de su composición, que son un alimento muy completo nutricionalmente, pero recuerda que también son "muy calóricas".

Además, no hay que olvidarse de las ingentes cantidades de azúcar que llevan estos postres navideños. "Un turrón duro tienes unas 500 calorías cada 100 gramos, el blando algo más de 500 y el turrón de chocolate clásico, más de lo mismo", dice. "Un turrón pesa algo más de 250 gramos y como piques un poco de varios, te tomas 100 gramos como nada", dice. Además, más allá de las calorías, es importante fijarse en el orden de los ingredientes para conocer la calidad nutricional del mismo. "En el turrón de chocolate que todos conocemos, el azúcar es el primer ingrediente", dice. También en el mazapán es el ingrediente principal porque "están formados de azúcar y harina de almendra", recuerda.

Resistir la tentación

La nutricionista aconseja actuar ante los dulces navideños de la misma forma que debemos hacerlo ante las ofertas del supermercado. "Si nos ofrecen un 3x2 en alimentos que no son saludables siempre tenemos que valorar si coger esa oferta va a hacer que coma más", dice. "Me interesará si la oferta es buena y no voy a aumentar el consumo. Si me declino por una oferta de mazapanes o polvorones y voy a ser capaz de guardarlos hasta el 24 de diciembre, entonces merece la pena. Si, por el contrario, al tenerlos en casa empiezo a consumirlos para acompañar el café, entonces es mejor pasar de la oferta", aconseja.

Turrones sin azúcar

Para descargar la conciencia, mucha gente opta por escoger dulces navideños sin azúcar. Pero en este caso aunque el etiquetado no mienta "igual no dice la verdad", indica Marisol. "Puede indicar 0% azúcares añadidos y tener 600 calorías por cien gramos. Que no lleve azúcar, no significa que sea más sano porque puede que no tenga azúcar, pero lleve, por ejemplo, mucho cacao y, por tanto, tenga muchas grasas saturadas", indica.

Turrones navideños

Turrones navideños / PEXELS

Los dulces sin azúcar llevan, además, edulcorantes, que "no son sanos ni naturales". La nutricionista recuerda que tomar postres navideños sin azúcar no compensa porque siguen siendo productos insanos, de consumo ocasional. "Este tipo de productos desequilibran la ingesta, no son saludables, y si te vas a permitir el capricho de tomarlos, come el que te guste". Eso sí, aclara que son adecuados para las personas diabéticas.

Niños y azúcar

Los niños son el sector de la población que recibe con más ilusión la Navidad. Aunque los padres de hoy están mucho más concienciados de los problemas de salud que acarrea la ingesta de azúcar, lo cierto es que la industria sigue esforzándose por dirigir buena parte de sus productos dulces a los niños. En Navidad hay que controlar el consumo de los pequeños, pero también el resto del año. "Es terrible que ‘mi primer yogur’ tenga azúcar y esté indicado a partir de los seis meses", dice. "A los niños si no les ofreces el dulce, no te lo van a pedir", sentencia. "Cualquier desconocido les regala un chupa chups pensando que así se van a ganar el cariño del niño. Se les está enseñando que es un premio", recrimina.

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