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Santiago se une a la manifestación contra la caza

Convocada por la Plataforma NAC, se celebrará mañana en más de 70 ciudades de toda España y Europa

Manifestación contra la caza en Santiago el año pasado

Manifestación contra la caza en Santiago el año pasado / NAC

Alba Prada Estévez

Alba Prada Estévez

Un año más los compostelanos y compostelanas amantes de los animales se unirán, provistos de pancartas, para alzar la voz contra la caza. Lo harán mañana, a las 12.00 horas, en la Praza de San Martiño. No estarán solos, sino acompañados, desde Galicia, por los animalistas de A Coruña y Vigo, por los manifestantes de 41 ciudades más de toda España y por 31 más de varios países europeos. Todos ellos han sido convocados por la Plataforma NAC (No a la Caza), una asociación sin ánimo de lucro cuya actividad se centra en acabar con la caza en todas sus modalidades y que tiene como objetivo inmediato y a corto plazo la prohibición de la caza con perros y, a largo plazo, la abolición de esta actividad en toda su extensión. «Llevamos 15 años organizando una manifestación anual a través de la cual buscamos visibilizar y concienciar a la ciudadanía y presionar a las instituciones para que se tomen medidas legislativas que protejan a los animales, tanto a los que son usados como instrumentos como los que son víctimas directas de esta práctica», explica a este diario el equipo de coordinación de NAC.

Abandono animal

Los perros que utilizan los cazadores sufren una clara discriminación con respecto a otros, una marginación que siguió activa una vez se aprobó en España la Ley de Bienestar Animal. Precisamente en el Parlamento Europeo se está viviendo un proceso legislativo similar al que hemos atravesado en nuestro país con esta ley y, por ello, desde NAC señalan que la presencia de la plataforma en las calles este año a nivel internacional cobra más relevancia que nunca. «Ante el riesgo de que se introduzcan enmiendas que perpetúen esta exclusión, es fundamental alzar la voz y dar visibilidad a esta injusticia. Queremos asegurarnos de que estos perros no sean ignorados nuevamente y que la legislación refleje una verdadera protección para todos los animales», apuntan. Y es que NAC aclara que según el estudio de la Fundación Affinity, el fin de la temporada de caza es «el cuarto motivo de abandono de animales en España».

Como se dijo, son 31 países europeos los que se suman a la causa de NAC, unas manifestaciones que no organiza ni coordina allí dicha plataforma directamente, pero que nacen promovidas por personas o entidades que tras adoptar a un perro español que ha sido usado para la caza se unen a la protesta desde fuera de España. «Contamos con una persona de enlace que se encarga de recoger la información sobre cuándo y dónde planean manifestarse estos grupos y, todos los años, viaja a alguna de esas convocatorias para mostrar nuestro apoyo».

Condiciones precarias

Los perros empleados para cazar en España son sobre todo galgos, podencos y perros de rehala y, en general, afirman desde NAC, todos ellos suelen vivir en unas condiciones «muy precarias». Por un lado, indican, carecen de contacto humano y afecto, pues frecuentemente están confinados y hacinados en lugares insalubres. «Suelen, además, sufrir falta de cuidados veterinarios básicos y no hay un seguimiento de su estado de salud», aseguran. Por otro lado, la plataforma enumera también el uso estacional que se hace de estos perros, de manera que cuando termina la temporada de caza, «muchos son abandonados, cedidos, sacrificados o asesinados si no cumplen con las expectativas de los cazadores». Cada año, sostienen, se denuncian situaciones de abuso y maltrato, y por todo ello, «la media de vida de un perro es de 10 o 15 años, pero los usados para la caza no suelen pasar de los cuatro».

«La media de vida de un perro es de 10 o 15 años, pero los usados para la caza no suelen pasar de los cuatro»

Negocio lucrativo

Desde NAC son conscientes de que tras la caza existen poderosos intereses económicos y grupos de presión relacionados con la industria cinegética, a pesar de ello, están convencidos de que «con la presión ciudadana y la creciente sensibilidad social hacia los derechos de los animales, se pueden impulsar reformas y normativas que progresivamente restrinjan y, finalmente, abolan esta actividad», señalan desde NAC. «Nuestro objetivo es que la caza sea una actividad firmemente rechazada por el conjunto de la sociedad y que desaparezca gracias a ese rechazo», sentencian.

«Con la presión ciudadana y la creciente sensibilidad social hacia los derechos de los animales, se pueden impulsar reformas y normativas que progresivamente restrinjan y, finalmente, abolan esta actividad»

Además del sufrimiento animal, la plataforma recuerda que la caza «desequilibra la biodiversidad» y, por tanto, amenaza seriamente los ecosistemas. «Por otra parte, la munición plomada se considera la fuente no regulada más significativa de plomo lanzada deliberadamente al medio en la Unión Europea». Señalan, además, que menos del 2% de la población española (los cazadores) controla el 85% del territorio declarado como coto de caza, lo que restringe el acceso del resto de la ciudadanía a los bosques y la naturaleza. «No podemos olvidar, asimismo, que cada año mueren personas de forma directa o indirecta a causa de la caza, lo que evidencia la gravedad de esta práctica en todos los aspectos», concluyen.

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