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Consejos científicos

El cerebro necesita entre 8 y 14 días para desconectar en vacaciones: "Descansar no es un capricho, es una necesidad psíquica"

La ciencia avala que las vacaciones son esenciales para reducir el estrés, mejorar la calidad del sueño y favorecer el bienestar

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Unos jóvenes se bañan en el mar, en una imagen de archivo.

Unos jóvenes se bañan en el mar, en una imagen de archivo. / 5

Valentina Raffio

Barcelona

Las vacaciones no solo son un derecho fundamental de los trabajadores sino que además, según confirman cientos de estudios, son una herramienta indispensable para preservar la salud cerebral. Sobre todo en un contexto en que, como demuestran decenas de encuestas, las cifras de estrés laboral están cada vez más al alza. ¿Pero qué necesita realmente el cerebro para desconectar? ¿Hay un periodo óptimo de descanso para recargar pilas? ¿Y qué se recomienda hacer para observar beneficios reales? "Las vacaciones no son un capricho, son una necesidad para mantener el bienestar del cerebro y la salud mental", comenta Gabriele Cattaneo, doctor en Biomedicina e investigador de la Barcelona Brain Health Initiative, un proyecto del Institut Guttmann y la Universitat de Barcelona (UB), en una entrevista con EL PERIÓDICO.

El objetivo de las vacaciones, según señalan los expertos, debería ser, por un lado, la reducción de marcadores fisiológicos del estrés y, por otro lado, la mejora del estado de ánimo. El debate está en cómo lograrlo. Según apuntan algunos estudios, los descansos breves de entre dos y tres días pueden ayudar parcialmente a reducir el estrés percibido y a mejorar el bienestar pero no se asocian con mejoras claras en la salud cerebral. Algunos trabajos, como el liderado el investigador Markus Hübner, de la Universidad de Innsbruck, sugieren que se necesita al menos una semana consecutiva de descanso para observar lograr una recuperación eficaz. Otros, como el encabezado por Ryan Grant, de la Universidad de Georgia, indican que para lograr beneficios claros para la salud física y mental se requieren un mínimo de 14 días.

Después de una semana de vacaciones se observa una reducción del 45% del estrés subjetivo así como mayores niveles de energía, menor fatiga y más vitalidad

La investigación sugiere que tras más de una semana de vacaciones, sobre todo a partir del octavo día, se observa una reducción del 45% del estrés subjetivo y una clara mejora de marcadores asociados con el estrés como es la presencia de cortisol en la sangre. También se reportan mayores niveles de energía, menor fatiga y más vitalidad. Todo esto, según indican los expertos, está muy relacionado con el hecho de que durante las vacaciones tendemos a dormir más y descansar mejor. Los análisis indican que en vacaciones los periodos de descanso suelen tener una mayor duración y, además, reportan una mejora de la calidad del sueño. A partir de una semana de descanso, de hecho, se observa un reajuste de los ritmos de sueño, lo que contribuye a una recuperación más profunda del cerebro y el cuerpo.

Actividades beneficiosas

Otro de los grandes beneficios de las vacaciones, según comenta Cattaneo, es que más allá de descansar, también cambiamos positivamente nuestras rutinas y, en la mayoría de casos, favorecemos actividades más saludables. "Hacemos más deporte, cocinamos más y mejor, descansamos mejor. Todos estos factores tienen un claro beneficio para nuestra salud física y mental porque, por un lado, ayudan a 'limpiar' el cerebro de proteínas potencialmente dañinas y, por el otro, favorecen la regeneración de neuronas", afirma el especialista. "También dedicamos más tiempo a actividades neuroestimulantes, como leer, visitar museos, descubrir nuevos paisajes o pasar más tiempo en entornos naturales. Se trata de procesos que contribuyen activamente a mantener activo nuestro cerebro y hasta a crear nuevas conexiones neuronales", añade este científico.

"Las actividades estivales tienen un beneficio para nuestra salud física y mental porque, por un lado, ayudan a 'limpiar' el cerebro de proteínas potencialmente dañinas y, por el otro, favorecen la regeneración de neuronas"

Gabriele Cattaneo

— Científico

Entre los principales factores que determinan la calidad del descanso destaca la capacidad de desconectarse mentalmente de las obligaciones laborales. Esta desconexión psicológica, definida por la investigadora Sabine Sonnentag como el proceso de "alejar la mente del trabajo durante el tiempo libre", se ha identificado como uno de los predictores más consistentes de recuperación efectiva. De hecho, varios estudios liderados por esta especialsita muestran que las personas que continúan pensando en el trabajo o revisando correos electrónicos durante sus vacaciones reportan menor recuperación emocional y mayor fatiga al regresar. Y esto, explica la experta, se debe a que la interrupción constante del descanso por recordatorios del trabajo impide al cerebro entrar en modo de reparación cognitiva.

Descanso y vacaciones activas

La ciencia también señala que las vacaciones más restaurativas son aquellas que combinan periodos de relajación y descanso, por ejemplo quedándose en casa mirando la televisión desde el sofá, con experiencias nuevas y emocionalmente gratificantes. Según demuestran varios estudios, actividades que implican novedad, variedad y disfrute activan los circuitos de recompensa del cerebro y mejoran indicadores de bienestar subjetivo y flexibilidad cognitiva. Caminar por entornos naturales, viajar, o descubrir actividades fuera de la rutina son ejemplos de esto. Pero la clave para que esto sea efectivo, tal como matizan otros trabajos, es realizar todo esto intentando mantener a raya el estrés externo, ya que se ha visto que cuestiones como una planificación logística exigente, los compromisos sociales impuestos o la presión por aprovechar al máximo cada día pueden erosionar los efectos restauradores del descanso.

Varios estudios señalan la importancia de combinar periodos de relajación y descanso con experiencias nuevas y emocionantes

También son muchos los estudios que señalan que las vacaciones son beneficiosas incluso de cara a la vuelta al trabajo. Un análisis liderado por Julie Packer, de la Universidad de Queensland, apunta a que los periodos de descanso favorecen la recuperación cognitiva, la creatividad, la capacidad de concentración y la claridad mental a la vuelta de las vacaciones. En esta misma línea, un trabajo de Jessica de Bloom, de la Universidad de Groningen, también mostró que la capacidad de generar ideas nuevas, algo conocido como flexibilidad cognitiva, aumenta de forma clara tras los periodos de descanso activo. Según algunas investigaciones, muchos de estos beneficios pueden alargarse hasta un mes tras la vuelta al trabajo. Aunque otras, con un punto más escéptico, afirman que la duración de estos beneficios depende, en gran parte, de la carga de estrés que se da en cada entorno laboral.  

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