Previsión para 2100
El humo de los grandes incendios amenaza con provocar 1,4 millones de muertes anuales por contaminación
Un estudio internacional advierte del riesgo de que se incremente de forma significativa la exposición a partículas contaminantes altamente tóxicas

Las impresionantes columnas de humo de los incendios españoles vistas desde el satélite Sentinel 2 / European Union, Copernicus Sentinel-2 imagery
Valentina Raffio
Solo hace falta ver qué ha ocurrido en estos últimos meses para comprobar que el mundo está cada vez más expuesto a grandes incendios forestales que, a diferencia de los fuegos de antaño, se expanden de forma cada vez más voraz, calcinan una superficie mayor y son más complicados de apagar. Según advierten los expertos, más allá de las llamas, este tipo de eventos tienen un impacto significativo en la atmósfera y, de hecho, su humo puede viajar por todo el globo y empeorar la calidad del aire incluso a miles de kilómetros de distancia. Un estudio publicado este jueves en la revista científica 'Nature' advierte de que, de seguir así, el aumento de grandes incendios forestales amenaza con incrementar de forma significativa la exposición a partículas contaminantes altamente tóxicas y, por lo tanto, también el número de muertes prematuras derivadas de la contaminación. En Europa, esta cifra se podría hasta duplicar para finales de siglo.
El análisis, liderado por un equipo de investigadores de Universidad de Tsinghua, en China, se ha centrado en el análisis de un modelo en el que, por un lado, se predice la evolución de las áreas quemadas por incendios y, por otro lado, se estima cómo podrían avanzar las emisiones generadas de este tipo de eventos a partir de datos reales observados por satélite y simulaciones atmosféricas sobre la concentración de partículas finas (PM2.5) en el ambiente. Según apuntan los autores de este análisis, los modelos indican que, de seguir así, las emisiones de dióxido de carbono procedentes de incendios aumentarán hasta un 53% para 2100. Para entonces, además, los fallecimientos prematuros causados por la contaminación derivada de estos incendios podrían superar 1,4 millones de muertes para 2100.
El análisis estima que, de seguir así, las emisiones de dióxido de carbono procedentes de incendios aumentarán hasta un 53% para 2100
Hace décadas que los científicos advierten de que los incendios forestales liberan gigantescas cantidades de humo cargadas de partículas finas (PM2.5) especialmente tóxicas capaces de penetrar en los pulmones y el sistema cardiovascular. Una infinidad de estudios vinculan este fenómeno a un incremento en el riesgo de infartos, ictus, cáncer de pulmón, patologías respiratorias crónicas y hasta enfermedades mentales. Sobre todo en el caso de colectivos especialmente vulnerables a este tipo de contaminación como, por ejemplo, los mayores de 65 años y los pacientes con enfermedades crónicas o cuadros de salud delicados.
El humo derivado de incendios forestales se asocia con un aumento del riesgo de infartos, ictus, patologías respiratorias crónicas y hasta enfermedades mentales
Regiones más afectadas
El análisis sugiere que, si la humanidad no aplica más medidas para reducir sus emisiones y mitigar el riesgo de incendios en distintas regiones del globo, las muertes derivadas de la contaminación de los incendios aumentarán en todo el mundo. Los modelos indican que África podría ser la región más castigada por este fenómeno, ya que se espera que el envejecimiento de la población y el aumento de incendios podría aumentar hasta once veces en la mortalidad vinculada al humo. En Asia, los decesos por estas causas podrían multiplicarse por diez. En Europa y Estados Unidos, las simulaciones indican que la mortalidad se duplicará en un escenario de emisiones moderadas, pero podría multiplicarse incluso más si no se logra frenar el calentamiento.
"Si no se toman medidas urgentes para mitigar el problema, los incendios dejarán de ser un problema localizado para convertirse en un desafío global de salud pública"
Los expertos afirman que, en un futuro, "los incendios dejarán de ser un problema localizado para convertirse en un desafío global de salud pública". Los especialistas afirman que las políticas para mejorar la calidad del aire ya no deberían centrarse solo en reducir las emisiones urbanas y de la industria sino que, además, también deberían poner el foco en "fenómenos como os incendios, que se intensifican con el cambio climático y que traspasa fronteras". En este sentido, los científicos proponen desplegar medidas coordinadas de gestión forestal, vigilancia satelital en tiempo real y planes de respuesta temprana para mitigar una amenaza que, "de no frenarse, transformará radicalmente la carga global de enfermedades respiratorias y cardiovasculares y causará miles de muertes evitables".
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