Las claves del caso de Granada

El extraño viaje del secuestrador de Maracena: “¿45 minutos para comprar un cuchillo?”

El caso de Maracena (Granada, 22.000 habitantes), el secuestro de la edil Vanessa Romero el pasado 21 de febrero a manos de la entonces pareja de la alcaldesa, en prisión provisional, está bajo secreto de sumario y sigue teniendo muchos puntos ciegos. Estas son algunas de las preguntas sin resolver

La alcaldesa de Maracena, Berta Linares, en el pleno municipal.

La alcaldesa de Maracena, Berta Linares, en el pleno municipal. / MIGUEL ÁNGEL MOLINA /EPC

Isabel Morillo

El caso de Maracena (Granada, 22.000 habitantes), el secuestro de la edil Vanessa Romero el pasado 21 de febrero a manos de la entonces pareja de la alcaldesa, en prisión provisional, está bajo secreto de sumario y sigue teniendo muchos puntos ciegos. El relato de la alcaldesa, Berta Linares (PSOE), deja algunas contradicciones y sombras sobre lo ocurrido, mientras la Guardia Civil investiga qué hay detrás. Estas son algunas de las preguntas sin resolver.

¿A quién llamó el secuestrador?

Según el relato que ha trascendido sobre el secuestro exprés, confirmado en gran parte por el marido de la víctima, la concejal Vanessa Romero acudió al colegio al que lleva a sus hijos, un centro privado en Atarfe (Granada). Allí se encontró con la pareja de la alcaldesa, Pedro Gómez. No le extrañó porque ambas llevan a sus hijos al mismo colegio. Le pidió ayuda porque se había quedado sin gasolina. Ella lo subió a su vehículo y el secuestrador le apuntó con una pistola, haciéndola conducir hacia un pantano cercano. El arma, al parecer, era falsa. Allí la amenazó con una barra de hierro para meterla en el maletero del coche, tras atarle pies y manos y amordazarla. El marido de la concejal asegura que el secuestrador hizo dos llamadas y que todo estaba “preparado”. La tía de la secuestrada, que es también concejal no adscrita en el ayuntamiento de Maracena, añade que una de esas llamadas telefónicas fue “a una mujer”.

¿Por qué cogió el metro hasta Maracena?

Una vez que la metió en el maletero, el presunto secuestrador condujo a otro pueblo cercano, Armilla, donde tenía un local que había alquilado porque tenía planes de trasladar su negocio de venta de globos de Málaga a Granada. Allí la dejó encerrada hasta que consiguió escapar y salir del vehículo, estaba herida y pidió ayuda. El secuestrador cogió el metro e hizo un viaje de 45 minutos a Maracena. Se le vio entrando en una ferretería donde compró un cuchillo para cortar carne. Nadie entiendo por qué fue a esa localidad si hay ferreterías en otras más cercanas.

¿Se vio con la alcaldesa?

En su primer testimonio, visiblemente derrotada y entre lágrimas, la alcaldesa, Berta Linares, aseguró que no convivía con su pareja, ya que él estaba en Málaga, y que la última vez que habló con él fue la noche antes del secuestro por videoconferencia. Ni siquiera, dijo, sabía que estaba en Maracena. Sin embargo, durante el pleno municipal convocado para explicar lo sucedido, el portavoz del PP, Julio García, le preguntó directamente a la alcaldesa si había visto a su pareja el día que secuestró a su compañera de filas y ella se remitió a su declaración ante la policía. “Esa información se la di a la Policía Judicial ese día”, sostuvo sin dar más detalles.

¿Fraude en el censo?

Según la alcaldesa admitió también en el pleno municipal celebrado este 1 de marzo su expareja, rompió con él tras el secuestro, estaba censado en su domicilio en Maracena, a pesar de que dijo que seguía viviendo en Málaga. Se empadronó recientemente “hará un mes o así”, pero “seguía sin vivir”, por lo que se trataría de un fraude. La oposición también preguntó sin respuesta por quién era el propietario del local que tenía alquilado en Armilla para montar su negocio, deslizando un “cambalache personal” con una plaza entre concejales de estos dos municipios.

¿Qué busca la Guardia Civil?

El consistorio de Maracena comunicó que no se le ha pedido ninguna información ni expediente concreto pero sí que había recibido instrucciones de salvaguardar la documentación en las áreas de personal, intervención, contratación y urbanismo. No hay ninguna sospecha concreta sobre qué podría estar detrás del secuestro aunque se apuntó a una presunta trama urbanística porque la concejala secuestrada tenía papeles relacionados con convenios urbanísticos en su coche cuando fue retenida contra su voluntad.

¿Por qué estaban enfrentadas?

La regidora tomó el testigo del ayuntamiento en julio de 2021, cuando Noel López, el anterior alcalde, dio el salto a la política regional para convertirse en secretario de Organización del PSOE andaluz. Berta Linares llevaba en el ayuntamiento quince años. Sin embargo, en la última etapa de López, había sido Vanessa Romero quien tenía delegada la firma del alcalde y actuaba como alcaldesa accidental en numerosas ocasiones. Desde la oposición aseguran que nadie creía que fuera la elegida para tomar el relevo porque el alcalde “se iba a Sevilla pero quería dejar a alguien que le guardara el cortijo”, señalan fuentes del PP. Un perfil que aseguran que no casa con la concejala secuestrada. A Romero le comunicó su partido que no iba a repetir en las listas electorales del próximo mes de mayo.

¿Cómo es el Ayuntamiento?

El consistorio de Maracena ha eludido la rendición de cuentas en los tres últimos ejercicios ante los órganos fiscalizadores, la Cámara de Cuentas de Andalucía y el Tribunal de Cuentas, a pesar de que está obligado por ley. Es un municipio del área metropolitana de Granada, bien conectado con la capital, a apenas cinco kilómetros, que ha tenido una importante transformación y crecimiento en las últimas dos décadas.

¿Qué preocupa a Ferraz?

La dimensión del caso creció porque el anterior alcalde, Noel López, es el actual secretario de Organización del PSOE, el número dos del partido. Cuando el ayuntamiento dijo que ponía a disposición de la justicia todos los convenios desde 2007, la mayor parte de esa gestión recae en el exalcalde. Ahora la oposición admite que nadie ha hecho ninguna denuncia sobre urbanismo y sí sobre personal. López estuvo imputado en un caso de prevaricación y desobediencia por "saltarse a la torera" la orden judicial de parar una obra.