Tribunales

Condenada en Mallorca a un año de cárcel por espiar el ordenador de su novia

La acusada instaló sin permiso un programa para acceder a todos los archivos y conversaciones de la víctima

La mujer condenada, ayer durante el juicio.

La mujer condenada, ayer durante el juicio. / M. O. I.

Una mujer fue condenada a un año de prisión por espiar a su novia, en cuyo ordenador instaló sin permiso un programa para acceder a todos sus archivos y conversaciones con otras personas. La acusada deberá indemnizar a su excompañera con 10.000 euros y a una amiga de esta a cuyos mensajes accedió con otros 4.000 euros. Tras el acuerdo alcanzado entre su abogado, la Fiscalía y las acusaciones particulares, se declaró autora de un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Los hechos ocurrieron en Mallorca.

Como ella misma admitió en el juicio, la mujer aprovechó que su pareja le permitía utilizar su ordenador personal para instalar a sus espaldas una programa para acceder a distancia a todos los archivos. La procesada sincronizó el acceso con una cuenta de correo suya y pudo revisar así toda la actividad de su compañera en las redes sociales, especialmente sus charlas con otras personas.

En septiembre de 2019, la acusada utilizó este programa para hacerle creer a la víctima que una persona desconocida le había enviado un documento en el que aparecían las conversaciones que durante meses había mantenido con una amiga a través de WhatsApp y con un amigo mediante Instagram. Los mensajes hacían referencia a aspectos íntimos de la vida privada de la perjudicada, como su vida sexual, sus creencias y su ideología.

La víctima denunció los hechos y la investigación reveló que era la acusada quien había accedido sin autorización a los archivos de su ordenador. La Fiscalía reclamó para ella una condena de cuatro años de prisión, así como sendas indemnizaciones de 6.000 euros para su excompañera y la amiga de esta. Pero ayer, antes de la celebración del juicio, las partes alcanzaron un acuerdo de conformidad. La acusada aceptó así un año de cárcel -que queda suspendido- y compensar con 10.000 euros a su expareja y 4.000 a la otra perjudicada, así como una orden de alejamiento.