El parque canino de Castrelos, en Vigo, fue ayer escenario de un amplio despliegue policial, después de que un hombre exhibiese un arma y la disparase dos veces contra otro varón, al que no llegó a herir. El autor de los disparos es Manuel B. G., es, según ha confirmado la Policía Naciona, un "histórico" terrorista con antecedentes policiales vinculado a la organización terrorista GRAPO y que ha estado en prisión.

El arrestado comenzó a prestar declaración en la comisaría de la Policía Nacional esta misma mañana. Se le imputa una tentativa de homicidio y tenencia ilícita de armas y se prevé que pase mañana a disposición judicial. Mientras tanto, los agentes de la Policía Nacional continúan hoy buscando el arma. Según fuentes policiales, uno de los disparos habría impactado en un árbol. Se intenta dilucidar ahora si eran de intimidación o se dirigían a la otra persona.

La Policía Local recibió la alerta a las 18.42 horas de ayer y envió varias patrullas al lugar, que se encargaron de acordonar el área. En la operación también ha colaborado la Policía Nacional, que envió varios efectivos, incluidos agentes de la Policía Científica.

El hombre fue detenido, aunque el arma no ha sido encontrada todavía. Varios agentes de paisano y uniformados, equipados con detectores de metales y linternas, buscaron tanto el arma como los casquillos sin éxito dentro de la zona acordonada, al lado de la calle Fonte Santa.

Un agente dentro de la zona acordonada. FDV

Conocido por los vecinos

Testigos de los hechos han indicado que alrededor de las 19.00 horas escucharon un disparo. Según fuentes policiales, una discusión sobre los perros, que ya venía de días anteriores, habría sido el detonante de que Manuel sacase el arma y la accionase. Después de realizar los disparos, Manuel, de 69 años, se dirigió a un puente de madera junto a una fábrica abandonada cercana, a unos 500 metros, donde acabó siendo detenido por la Policía Local y trasladado en un coche patrulla a dependencias policiales.

Aunque al principio permaneció tranquilo, relatan los testigos, se puso a gritar cuando los agentes se llevaron a sus perros. Al detenido lo conocen bien en Castrelos, por llevar a sus dos canes "de aspecto descuidado" con una cuerda muy larga y porque es “conflictivo". “Suele discutir con la gente; lo he visto gritar a la policía”, ha explicado un residente de la zona.

“Esta es una zona tranquila, llama la atención este despliegue policial”, han afirmado otros vecinos, que indican que el parque canino suele estar bastante concurrido.