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Consejos para llevar bien el teletrabajo

Uno de los principales cambios de dinámica que ha traído consigo la pandemia de Covid19 y los intentos de contener el avance de la enfermedad ha tenido lugar en el ámbito laboral. La irrupción del teletrabajo —aunque fuera un fenómeno que iba poco a poco ganando importancia en algunos sectores— ha pillado por sorpresa a muchos trabajadores y a muchas empresas, llegando a convertirse en una práctica generalizada mucho antes de lo que nos hubiéramos podido imaginar.

Para muchas empresas que ya disponen de servicios en la nube esta transición no supone un desafío tecnológico. Otras empresas disponen de servicios propios, pero han podido habilitar el teletrabajo mediante el uso de redes VPN en los PCs para evitar problemas seguridad. El problema lo han tenido empresas que no disponían de ese tipo de servicios y que han tenido que adaptarse a marchas forzadas para poder habilitar a sus empleados a trabajar de forma remota.

Un cambio tan repentino (y en muchos sentidos, tan drástico) hace inevitablemente necesario un periodo de adaptación a las nuevas formas de enfocar nuestras tareas y organizar nuestras rutinas diarias. A medida que se va normalizando el trabajo remoto y nos vamos insertando en él como sociedad, vamos haciéndonos conscientes de las cosas que nos ayudan a adaptarnos a esta nueva realidad y empezamos a entender lo que es crucial evitar a toda costa si queremos ser productivos y a la vez mantener la salud mental en medio de estas nuevas mecánicas.

Una de las cuestiones de las que más se habla al tratar este tema es la necesidad de compatibilizar la vida personal con la profesional. El teletrabajo nos ha traído el trabajo a casa, con todo lo que ello supone. Se trata un reto importante en tanto a la dificultad que conlleva desvincular efectivamente mundos hasta hace poco diferenciados y, en muchas ocasiones, opuestos, que, repentinamente, se han visto obligados a convivir bajo el mismo techo: el ocio y el trabajo, el salón y el despacho, los familiares y los compañeros de trabajo. Coinciden cada vez más tele-trabajadores que la única manera de atajar estas problemáticas con éxito es a través de una buena organización. Gracias a ella haremos frente a las frecuentes distracciones, contratiempos y demás circunstancias que sin duda nos irán surgiendo a lo largo de la aventura de cada día. La elaboración de rutinas de trabajo, ya sean diarias, semanales o, incluso mensuales, y el cumplimento de los horarios que nos marquemos, son elementos esenciales para aumentar nuestra productividad y no sentirnos culpables cuando desconectemos. En este sentido, es muy interesante tomarse un tiempo al finalizar cada jornada (y también en los descansos que establezcamos) para resetear al modo «ocio», «desconexión» o «relax»; los ratos al aire libre son un auténtico aliado para lograrlo.

Como podemos imaginarnos, el tema de la familia eso otra de las cuestiones candentes. ¿Cómo puedo concentrarme en mi trabajo si tengo a mi pareja y/o a mis hijos siempre al lado? ¿Cómo voy a ser capaz de cumplir con todas las tareas, tanto las familiares y hogareñas como las laborales? Sin duda hay mucha gente haciéndose estas preguntas. Lo primero es intentar no agobiarse, ser comprensivos y flexibles tanto con nosotros mismos como con aquellos con los que compartimos espacio. Si tenemos la suerte de poder apoyarnos en nuestra pareja para repartirnos las tareas domésticas o el cuidado de los pequeños, hagámoslo, comuniquemos cuándo tenemos reuniones a las que tenemos que asistir o si tenemos tareas urgentes y cuadremos horarios para cubrirnos mutuamente. Si somos padres o madres solteros, tendremos que hacer un esfuerzo adicional de organización previa. ¡Y no tratemos de hacernos los héroes, hablemos con nuestros jefes y nuestros compañeros de equipo, quizás ellos comprendan nuestra situación y puedan ayudarnos a suavizar el trago!

Este último punto es esencial, mucho más de lo que podríamos imaginarnos. Y lo es porque esta situación no es un reto solo para una parte, lo es, en una medida u otra, para todos. El apoyo mutuo, la adaptabilidad y la empatía tanto consigo mismo como con nuestros colegas será una pata imprescindible si queremos llegar a buen puerto y construir dinámicas de trabajo remoto beneficiosas, creativas y eficientes.

Con sus ventajas y sus inconvenientes, con sus retos y sus oportunidades, el teletrabajo parece haberse hecho un hueco en nuestras vidas. Todo indica a que, en los próximos tiempos, esta tendencia, lejos de revertirse, se acentuará. De todos, tanto empresas como trabajadores, depende que se vaya dirigiendo en una dirección que convenga a todos.

29 sep 2020 / 18:32
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