164 peldaños más cerca de Yahvéh
El museo catedralicio de Lugo, el más antiguo de Galicia, permite subir a las torres de la Catedral y gozar de vistas únicas
Ciento sesenta y cuatro peldaños más cerca de Yahvéh, desde las torres de la catedral de Lugo, es la propuesta de las siete salas del museo más antiguo de Galicia y de la cornisa cantábrica: el diocésano y catedralicio, que dirige César Carnero.
El museo catedralicio de Lugo cumplió en 2018 su siglo de vida y fue reabierto en 2017 con su actual diseño en siete salas elegidas por su situación y su contenido en el triforio de la sede religiosa de la Ciudad del Santísimo Sacramento de Lugo.
La apertura del museo permite, con la ayuda de guías, ver la ciudad desde lo alto de la torre de la catedral, a unos 60 metros de altura sobre una planicie. Desde ahí un día de sol se observa el burgo vello, el ayuntamiento, la muralla en ambas direcciones, el Miño, los aerogeneradores de la Serra de Meira o, incluso, en otoño e invierno, la nieve de Pedrafita do Cebreiro, la tierra del Santo Grial, a vista de pájaro o del viaje en globo de Willy Fog.
La aventura cultural, que no deja al visitante indiferente, empieza en la sala del museo arqueológico de la catedral románica y gótica. En ese espacio destaca el Crismón de Quiroga, el testimonio más antiguo del cristianismo en Galicia. A su lado están los enigmáticos relieves marmóreos de Santa Eulalia de Bóveda y, en la entrada, la exquisita Cancela de As Saamasas.
En la sala cuarta, dedicada a Da que Deus mamou leite do seu peito, que rememora la cantiga 77 de Alfonso X el Sabio, aparecen tallas de madera y una grande de piedra con Vírgenes con el Niño Dios en su pecho. También están las coronas de gala de la patrona de Lugo, la Virgen de los Ojos grandes, y una más pequeña, para Jesús de Nazaret, párvulo. Este recinto tiene música con la cantiga del Cancionero medieval.
La quinta reza con el epígrafe ‘Hoc hic misterium...’ que estuvo en el escudo de Galicia y todavía está en el de Lugo. Presenta piezas de orfebrería litúrgica: cálices, vinateras, cruces, incensarios, vestimentas.
La sexta sala muestra las imágenes de la devoción, como la talla policromada del patrón, San Froilán, Santa Teresa, San Antonio, San Brais y también está una representación de la obra de Cornielles de Holanda en un retablo.
El deambular por el Museo Diocesano termina con el espacio Ars Picta (pinturas) de Zacarías González Velázquez o Vicente López. El viaje desde el museo a las torres se denomina Un paseo por las nubes, y deja ver las cubiertas de pizarra del templo. Debajo está su rico claustro del XVIII neoclásico, exuberante. El museo está situado en el claustro barroco y en el triforio de la Catedral, los tres arcos que dejan pasar la luz desde el muro exterior hasta la nave principal, donde se recuperaron pinturas con San Froilán como atractivo.
La creación del nuevo museo la realizaron César Carnero y la museóloga Carolina Casal, varios técnicos lucenses y otros gallegos.
··· La restauradora Vania López recupera el retablo del Buen Xesús desde el 2019.
··· La restauración de las pinturas se inició el año pasado y, en la época veraniega de bodas, se desmontó el andamio. Las obras continuaron en noviembre. Se trata de un óleo neoclásico semejante a los de San José o a Santa Lucía, pues son del mismo autor. En el repinte rascó y salieron varias capas que debió retirar para que asomase la policromía original.