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Así fueron las 11 horas del aula de teatro del Colegio Compañía de María para un éxito que acaban de avalar. TEXTO Xabi er Sanmartín C.

91 minutos para el Guinness en Vigo

La compañía Albatros, del aula de teatro del Colegio Compañía de María se juntó ese 13 D a las 07:45 h. frente a un misterio (conocer qué obra iban a interpretar) y una ilusión (hacerlo con plusmarca).

Tras rellenar documentos, gestionar emails y tener paciencia a mares, les llegó el OK para empezar la aventura de intentar, desde cero, poner en pie una obra, ensayarla y representarla ante público... en menos de 13 horas, tiempo de a batir.

Viajemos. Dirigidos por Daniel Lorenzo, ya dentro del colegio, a las 08:15 h., el coordinador del aula de teatro Guillermo Surís (Willly) desvela que el texto a representar es Os Vellos non deben de namorarse, clásico de Castelao estrenado en 1941.

Daniel Lorenzo nos lleva allí. “Empezamos a leer el texto, cada actor hace un personaje, los equipos técnicos y de producción van viendo el vestuario, utillaje, luces y demás que se va a precisar, y yo tomo nota de las intervenciones que tiene cada personaje”. Mientras, una cámara retransmite por streaming todo lo que pasa, exigencia pericial de los capitostes del Guinnes.

09:30 h., Daniel busca paz. Pide una Coca Cola en la cafetería Avro, frente al cole, y dedica una hora a escribir en un cuaderno el reparto de cada papel. Dentro, se empiezan a encarar dudas: qué vestir, qué tonos y atrezzo llevar al escenario, son dudas. 10:30 h., todo el mundo tiene su papel asignado, toca aprender las frases y emociones, cada uno a su modo, unos van a casa y otros a aulas vacías. A las 13 h., todos vuelven. Toca ensayar un tercio de la obra.

“A las 14 h., pedimos unas pizzas y comemos todos juntos y logramos un ambiente de distensión y un sentimiento de grupo que quizá nos faltó a la mañana”, revive Daniel.

A la par que unos comen a la carrera, otros perfilan ropajes y aspectos técnicos. El crono que preside en escenario, late. Tic, tac, tic tac. De 15 h. a 18 h., ensayan el resto de la obra y hacen un chequeo general. Falta un actor principal. Llega viene de trabajar en Citroen. “Es veterano, así que se acopla al momento”

18 h., llega el coro y los guitarristas. Pruebas de sonido, de bailes, de ubicación... En medio de todo, hay cuatro testigos independientes, más dos árbitras de baloncesto supervisando el tiempo. El reparto se caracteriza. 19.10 h, se calientan voces, se va de acá para allá, se cosen hilos.

19.12 h. Se apagan los focos. Se enciende la magia. Y hora y media después... levanta vuelo un gran aplauso para el medio centenar de personas que hace historia.

El público corea: “Ré... cord Guinnes, re... cord Guinness”. “El requisito era una obra de 90 minutos como mínimo... y nuestra obra duró algo menos de 91. En total, nuestro récord es de 11 horas y 9 segundos”, explica Daniel Lorenzo resoplando y feliz por el hecho de que este logro reconocido estos días coincida con los 25 años del aula teatral de Compañía de María. Mari Carmen Pascual, Rosa Montoiro, de la dirección del centro; Xoan Vidal, del departamento técnico; María de Coo , jefa de producción; Alba Groba, coreógrafa; y las fotos de Piruleta Vermella son también parte de una aventura que bien podría ser el día de mañana una obra de teatro en sí pero que ya es un hito real, un récord Guinnes en un escenario llamado... Galicia.

09 ago 2020 / 00:15
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