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A los cuatro años debe de ser la primera revisión podológica a los niños

COLEGIO DE PODÓLOGOS. El Colexio de Podólogos de Galicia puso en marcha una campaña educativa sobre el cuidado de los pies ante la inminente vuelta al cole tras las vacaciones de verano. Según explican los expertos gallegos, la mayoría de los padres y madres desconocen cuáles pueden ser los problemas podológicos infantiles y solo se preocupan, por ejemplo, por el conocido pie plano, el cual se considera fisiológico desde el nacimiento hasta los cuatro años por la elasticidad de los componentes del pie en esta etapa del desarrollo, aunque después en la mayoría de los casos se suele corregir espontáneamente. Para detectar este y otros problemas podológicos, el Colexio de Podólogos de Galicia recomienda que los padres lleven a sus hijos a consulta entorno a los cuatro años para comprobar el desarrollo del pie infantil si no se detecta ninguna anomalía previa, una edad en la que ya se puede evidenciar cómo está constituido el pie.

Los especialistas recomiendan estar alerta ante caídas frecuentes o dolor en la parte inferior de la pierna durante la práctica de alguna actividad deportiva, la incomodidad al usar zapatos, ver si el patrón de la marcha va hacia adentro o hacia fuera, detectar cambios en la piel y uñas, deformidades en los dedos del pie o dolor en el talón, ya que pueden ser síntoma de alguna dolencia que requerirá de un diagnóstico precoz y un tratamiento específico.

En cuanto al calzado infantil, los podólogos gallegos recomiendan en los primeros meses de vida solo poner a los bebés calcetines o patucos para protegerlos del frío, aunque los pequeños vayan ya a las escuelas infantiles o guarderías. Según explican nunca se debe calzar a un niño antes de que empiece a andar, y una vez que comienza con sus primeros pasos señalan que el zapato siempre debe ser más largo que el pie, entre 1 y 1,5 centímetros más largo que los dedos. Añaden que andar descalzos también puede ser una práctica beneficiosa para el desarrollo del pie infantil, pero siempre consultando previamente al podólogo. También debe renovarse con frecuencia en concordancia con el crecimiento del pie y para evitar el uso de calzado desgastado. En concreto, los expertos puntualizan que la puntera del zapato debe ser más ancha y larga para que los dedos puedan moverse libremente. Recuerdan que el calzado debe ajustarse perfectamente y estar hecho de material natural, como algunos tipos de pieles o telas transpirables y flexibles. Es aconsejable además usar zapatos con cordones, velcro o correas de hebilla para mayor sujeción.

COMODIDAD Y SEGURIDAD PARA IR AL COLEGIO. Los niños no deben acudir al colegio con el calzado de las actividades extraescolares, como las botas de fútbol sala o baloncesto, entre otros calzados específicos para deportes, ya que suelen tener una horma estrecha, suela fina, y material artificial que puede afectar al pie con un uso continuado.

2. No es aconsejable utilizar el calzado del curso anterior o heredado de los hermanos mayores. Los pies de los niños crecen entre siete u ocho milímetros cada tres meses y antes de empezar el cole hay que comprobar que el calzado no les esté pequeño. Unos dedos de los pies comprimidos, aunque no duelan, pueden generar lesiones y modificaciones de la marcha. “Heredar zapatos, pasando de unos a otros hermanos o entre familiares o amigos no es lo más aconsejable. La pisada de cada persona es diferente y compartir calzado con cierto desgaste puede distorsionar la misma” –destacan los podólogos–.

3. Tampoco se debe comprar un calzado más grande de lo necesario para que le dure todo el año. El niño andará incómodo, lo que puede generar rozaduras y una marcha inestable por más que el zapato se apriete en el empeine.

4. Otro error frecuente es comprar el calzado solo atendiendo a su precio, “porque les va a durar poco”. Hay que pensar que al comprar un buen calzado estamos haciendo una inversión en el desarrollo correcto del pie del niño.

5. Hay que tener cuidado con las modas y con dar prioridad a la estética sobre la salud. El calzado con ruedines debe considerarse como un juguete y no como un calzado con el que acudir al colegio. Su uso debe estar limitado, como máximo, a una o dos horas a la semana. Pueden ocasionar problemas por la altura de su tacón, peso excesivo e inestabilidad. Las manoletinas o bailarinas no son el calzado más adecuado ni los zapatos con plataforma que han puesto de moda algunas cantantes con mucha influencia entre niñas y adolescentes. redacción

30 ago 2021 / 13:22
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