Arturo Fernández, detrás y delante
En 1982, mientras se desinflaba el balón de Naranjito tras un Mundial de fútbol donde España fue incapaz de ganar a potencias como Honduras... Sony lanzaba la Betacam.
Y hacia finales de la década, esa cámara de vídeo entró en la casa de un niño de As Nogais (Lugo) llamado Arturo Fernández, o mejor dicho entró en el bar familiar de carretera, luego hotel donde su padre, ocurrente, regalaba el vídeo de la boda a quienes hacían el convite allí.
Entre copa va y viene, risas acá, bailoteo allá, el mismo que hacía de cameraman con las baterías cargadas al cinto, montaba luego un proyector de tarde para repasar el estreno nupcial mientras todavía hervía el ambiente. Esa novedad abrió al pequecho Arturo la ventana a la ventura por la que, andando el tiempo, se tiró de cabeza. Y con cabeza.
Eso sí, aquel niño prefería ver Barrio sésamo y los dibujos animados que el cine casamentero.
“Eu son fan do Xabarín Club. Crieime con Son Goku, pero adoraba a retranca e loucura atemporal dos Looney Tunes. De pequeno sempre me gustou a televisión de entretemento, pero con chispa. Por exemplo, quedaba pampo coas infografías satíricas de aspectos sociais dos EEUU nos anos 60, lembro reposicións en TVE ou na galega (daquela a “terceira”) de Hanna-Barbera que me alucinaban. Falaban do futuro, dos atascos de tráfico... De todo, pero con moita sorna”, indica este guionista, presentador e inventor de contenidos en una Televisión de Galicia (TVG) donde hoy conduce delante de las cámaras a la tropa cómica de Malicia Noticias.
Mucho antes, a los diez u once años. Arturo, viendo el ejemplo emprendedor paterno, montó con amigos del colegio una revista llamada Club Los Pitufos, crónica escolar que imitaba el sistema de socios con carné de su amado Xabarín.
“Tiña 11 anos e aquelo fora un bum. No colexio eramos uns 200 nenos e tiñamos a case todos suscritos a 25 pesetas! Era toda unha odisea facer tantas fotocopias daquela para entregar a revista e lembro que iamos ao banco que era o único lugar en As Nogais que tiña fotocopiadora e facíamos alí as copias gratis... Debeu ser a única vez na miña vida que saín dun banco con máis activos dos que tiña cando entrei”, cuenta sobre aquellos días donde el sector bancario era capaz de darte los buenos días y además regalarte una bici o vajilla por hospedar unos ahorros. Así, el chico fue creciendo.
Llegó 1990, cuna de las teles privadas y en la parrilla se empezó a cocinar con mil humoristas.
“Fixéronme rir moitos na televisión, pero lembro os grandes formatos de programas daquela televisión dos 90 que hoxe case poderían ser Slow TV de plató. O Dúo Sacapuntas no Un, dos, tres, La Trinca... Pero da parte humoristas a miña referencia é Martes y Trece”, subraya.
Confeso fan de las puestas en escena de Chicho Ibáñez Serrador, un soñador de talento en TVE, donde hoy apenas cabe lo uno y lo otro, ese espectador feliz fue descubriendo otros humores y amores, como Los Simpson, que llegaron a España por La Dos (pronto los compró A3).
“É unha serie que acadou o top mundial ata converterse no icono cultural que é hoxe en día. Pola parte de guionista que teño son especialmente fan de Mike Reiss que ademais de ser un dos creadores dos Simpson bautizou os Minions, e traballou no guión de Ice Age 3”.
Hablando de EE.UU., Arturo cita entre sus principales influencias a una serie documental tragada entre las arenas movedizas del olvido: Cops, un formato estadounidense de corte callejero que apatrullaba la ciudad metiendo al espectador en los coches policiales de la América profunda, callejeando de noche bocados de realidad en las esquinas de los años 90 en un espacio dado aquí por TVE y otros canales.
Licenciado en Publicidad en Vigo y, ya en Santiago, luego también en Periodismo (rama Audiovisual), en 2002 alegró el dial de Radio Oleiros con un formato cómico, luego hizo prácticas en A3 Televisión y entró en esa TVG donde crece, a veces tras la cámara. Y ahí, presume de dos formatos: “Alalá, que me criou como guionista e Inimitables, que me criou como presentador”, explica antes de citar series, más o menos recientes, que ve con gusto. E igual que Belén Esteban por su hija... él por Los Simpson... ¡¡¡ma... ta!!!
“Non me vou poñer pesado pero me parece unha obra de arte”, añade sobre la dibujada familia amarilla pero, con todo, tiene ojos gozosos para otro contenido.
“O remake de Cosmos, con Neil deGrasse, tamén está nas miñas series de cabeceira e vexoa de vez en cando... son moi friki das cuestións do universo. E encántanme House of cards, Crematorio, The Mandalorian, Vikingos, Chernobyl e na actualidade rematei Patria e estou coa segunda temporada de Sucession. Todas me parecen series magníficas”, confiesa.
Fan de la Zona Vella de Santiago, olvidé preguntarle a Arturo... si debe su nombre al galán sin abuela: Arturo Fernández. En fin, eso, chatines, que lo resuelvan en Malicia.