‘Carne y Arena’ de Iñárritu se convierte en el gran atractivo del Gaiás este verano

Tras haber pasado por las principales ciudades del mundo llegó por vez primera a España y lo hizo en Santiago de Compostela convertiéndose en uno de los grandes atractivos del complejo del Gaiás, a pesar de las limitaciones que impone el espectáculo: solo 75 personas al día.

Fueron cerca de 2.000 personas las que agotaron las entradas de julio para participar en Carne y arena (Virtualmente presente, Físicamente invisible), la instalación de realidad virtual dirigida por el oscarizado director Alejandro G. Iñárritu que se puede visitar en la Ciudad de la Cultura de Galicia hasta el 18 de septiembre y que nos acerca la experiencia de las personas migrantes que cruzan el desierto entre México y los Estados Unidos. A esos dos millares de afortunadas se le unieron muchos más que intentaron acceder sin posibilidades.

Por las especiales condiciones de la instalación, con capacidad para acoger los tres visitantes por turno –75 por día–, las plazas son muy limitadas. Quedan entradas en agosto y septiembre.

Premiada con un Oscar por la Academia de Hollywood, esta pionera propuesta inmersiva llega a Santiago de Compostela, convirtiendo la capital gallega en la primera ciudad de la Península en acoger este proyecto, producido por Legendary Entertainment, Emerson Collective y Fondazione Prada, en colaboración con PHI Studio, y que se puede vivir en Galicia de la mano de la plataforma cultural 90_20 en el marco del Xacobeo 21-22.

Tras visitar ciudades como Milán, Ámsterdam, Montreal, Dallas, Washington D. C., Los Ángeles o Ciudad de México, la Xunta celebra la elección de Galicia como primer destino en España y Portugal, y subraya el vistazo empático y la fuerza de los nuevos lenguajes para comprender mejor la realidad de la migración.

Adjetivos como “rompedora”, “brillante”, “conmovedora” o una “de las primeras obras maestras de realidad virtual” fueron algunos de los calificativos que Carne y Arena recibió durante su gira internacional por cabeceras como The New York Times, Forbes o el Washington Post. Son las mismas sensaciones que expresan los visitantes que ya pudieron sumergirse en la experiencia.

Alejandro G. Iñárritu colaboró con migrantes y refugiados mexicanos y centroamericanos para conseguir el mayor nivel de realismo. “Mi intención era permitir al visitante una experiencia directa, caminando en los pies del inmigrante, por debajo de su piel, y dentro de su corazón”, explicó el director en la presentación de este proyecto. El resultado es un espacio multinarrativo con secuencias de extremo realismo que trasladan a las personas visitantes, descalzas sobre la arena, a un escenario de persecución a través del desierto.