Cuando el cabello se cae en exceso

la pérdida de cabello en grandes cantidades es desagradable para quien la sufre.

En otoño, el cabello se comporta como un árbol que pierde sus hojas para volver a florecer en primavera. Es un fenómeno normal.

El problema surge cuando la caída de cabello es por encima de la media, es decir, más de 100 pelos diarios lo que se conoce como Effuvium telógenes. ¿Por qué se produce?

Desde el punto de vista de la medicina china, la cantidad, la fortaleza del pelo y las uñas, tiene mucho que ver con la nutrición del hígado y, sobre todo, de los riñones que son los órganos del agua.

Cuando estos están débiles, al igual que las plantas, cuando les falta agua pierden hojas, al cuerpo humano se le cae el cabello

En algunos casos existe un componente genético, dando origen a la llamada alopecia androgénica, en la cual, hay una menor concentración de andrógenos en el cuero cabelludo.

En otros casos, las causas de la caída de cabello van desde los problemas de tiroides, infecciones, alteraciones del microbiota intestinal, deficiencias nutricionales hasta un fuerte estrés que puede acortar la fase de crecimiento del cabello.

Cuando el microbiota intestinal está alterado, va a afectar a la absorción de nutrientes necesarios para el cabello y disminuye las defensas.

Hay nutrientes esenciales que deben formar parte de cualquier dieta equilibrada, como son los aminoácidos azufrados (L-cisteína y L-metionina), que favorecen la queratinización y, por tanto, el proceso de formación y crecimiento capilar.

Es típica la caída de cabello cuando hay deficiencia de vitaminas del grupo B, como B3, B5, B6 y B7 o H (biotina).

En cuanto a los minerales, el zinc, hierro, azufre y selenio son indispensables para la formación y crecimiento del cabello.

Siempre es mejor prevenir la caída, que tener que ponerle después remedio, y podemos empezar por una buena alimentación con:

Legumbres, sobre todo, los azukis y garbanzos, ricos en silicio, un mineral indispensable para la estructura del cabello.

Frutas (cítricos...) y verduras (zanahorias, aguacates...).

Pescado, frutos secos y semillas.

Cereales, sobre todo, quinoa y mijo. Ambos cereales sin gluten, aptos para celiacos.

Algas marinas, ricas en antioxidantes, y nutrientes como iodo, hierro, calcio, potasio, fósforo, vitaminas A, C, D, E, B1 y B3, que ayudan a fortalecer el cabello

Y sin olvidar beber agua.

Si deseas consultarme tu caso, puedes hacerlo en consulta@otiliaquireza.com. Estaré encantada de poder ayudarte.