Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

De cementerios con Mariana Enríquez

no está el horno para bollos en estos pandémicos tiempos y, por lo demás, mi afición a lo fúnebre y luctuoso es más bien escasa, por decir algo. Así pues, trataré de aliviarles lo sombrío que el encabezamiento de estas páginas presagia y de que echen alguna sonrisa, ¡qué menos! Pues bien, la evocación del campo santo se debe a mi reciente lectura de un libro: yo poco puede decir que no me venga de regalo a través de los libros, a cambio del módico peaje de su lectura. Los libros son muy agradecidos y no acostumbran a protestar, aunque podrían, ¡vaya si podrían! Ignorados, marginados, quemados como estuvieron a lo largo y ancho del mundo durante siglos. Ellos han pagado toda clase de pecados ajenos y ni siquiera Cervantes los libró del severo varapalo del expurgo. En eso no fue generoso; bueno, sus razones tenía (y las explicó), pero ni así. Ya saben: no hay libro, por malo que sea, que no tenga algo bueno.

El libro al que me refería es de una escritora argentina de primera fila. Se llama Mariana Enríquez, es bonaerense, periodista colaboradora de Página /12 y narradora que cultiva sobre todo el relato, terreno en el que los argentinos poseen una primacía indiscutible solo con mencionar a Borges y a Cortázar, pero hay muchos más y muy buenos. Puede asociarse su nombre al de su colega Leila Guerriero, hay entre ambas no pocos paralelismos; este sobre todo: a la hora de la pugna con el idioma, con la página en blanco, y en dominio y fuerza expresiva e imaginativa son las dos triunfadoras, seguras; grandes lectoras y cultivadoras del subgénero (hoy en boga) de la “nueva crónica”, fusión de periodismo y narrativa, de ficción e información. Así pues, el libro, Alguien camina sobre tu tumba (Anagrama, 2021), subtitulado con razón “Mis viajes a cementerios”, suscitó mi curiosidad no sin alguna reticencia. Es un conjunto de textos –24 en total– que, en la suma narrativo–descriptiva, construyen otros tantos viajes en pos de los cementerios más bellos. La meta es la misma, pero priman las variaciones.

Me interesaron de Mariana Enríquez su penetrante e inteligente biografía de Silvina Ocampo, esposa del gran creador de literatura fantástica que fue Adolfo Bioy Casares y hermana de la también escritora Victoria Ocampo, alma mater de la inolvidable revista Sur. También sus libros de relatos Los peligros de fumar en la cama (en este hábito el rey indiscutible fue Juan Carlos Onetti) y Las cosas que perdimos en el fuego. No hace falta exprimirse la sesera para ver que no es dama para jolgorios, a juzgar por estos dos títulos. En Alguien camina sobre tu tumba hay una extraordinaria carga de datos heterogéneos: lugares, itinerarios, personajes de todo tipo; valoraciones y comentarios –históricos, biográficos, estéticos– muy personales, críticos, con frecuencia discrepantes que dan al lector oportunidad de disentir por lo poco fundamentado de algunas apreciaciones. Como conjunto textual es valioso, muy personal y de atractiva escritura. No faltan componentes paranormales, supranaturales, esotéricos, de superstición, macabros o fantásticos aplicados a diversos casos. En esta deriva persiste con éxito la escritora.

Y ahora, el prometido contrapunto, valleinclanesco una vez más. Preguntado don Ramón por la costumbre de amurallar los sagrados recintos, contestó sin dilación: “Ezo ez una eztupidez, porque loz que eztán dentro no pueden zalir y loz que eztán fuera no quieren entrar”. Bien dicho, maeztro, bien dicho. Esto es lo que se llama lógica aplastante.

21 may 2021 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.