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Desayuno antiinflamatorio (II): El ‘revolvido’ ovíparo (y cía)

QUERIDOS AMIGUITOS/AS: después de 8 largos años vertiendo ríos de tinta sobre nutrición y salud (artículos, libros y conferencias varias) al fin ha llegado el momento de mostrarles a todos ustedes cómo debe elaborarse (pasito a pasito, suave-suavecito) el desayuno más potente y más antiinflamatorio jamás elucubrado por la mente humana. Les hablo del desayuno perfecto, insuperable tanto en digestibilidad como en aprovechamiento, que por su alto poder nutritivo-saciante debería tomarse todos los días (repito: everyday desde ya mismo) para que el puñetero COVID no nos coja con la guardia baja.

Y porque una imagen ilustra más que 1.000 palabras, la demostración culinaria que hoy les ofrezco vale su peso en oro: estamos hablando de un potentísimo breakfast antiinflamatorio (previene la inflamación crónica de bajo grado); antioxidante (antidegenerativo, anticancerígeno); saciante (previene la hipoglucemia reactiva y, por tanto, se deja de ser esclavo de la comida durante 8 horas); digestivo (olvídese de los pavorosos gases lácteos, de los mocos furibundos y de la tripa hinchada); nutritivo (hasta arriba de nutrientes, vitaminas, antioxidantes); antivírico (con la que está cayendo, nos interesa más que nunca este aspecto), antibacteriano y regulador de la flora amigable -simbiótica- de nuestro intestino... ¡¡¡y encima está buenísimo!!! ¿Alguien da más, al mismo precio? Imposible.

Comenzamos (ejemplo de preparación para dos personas):

1 y 2. Cortamos sendas rodajas de papaya y piña natural (ZIP-ZAP!), troceamos en taquitos y servimos.

3 y 4. Cascamos tres huevos por comensal. Añadimos un espolvoreado de cúrcuma (al gusto) sobre los ovíparos, para aumentar los poderes antioxidantes-antiinflamatorios de la mezcla (que ya por separado son muy potentes). De tal manera, los principios activos de la cúrcuma (los curcuminoides) al mezclarse con los lípidos de la yema (las lipovitelinas) se conseguirán aprovechar muchísimo más que si tomásemos una triste cápsula de cúrcuma con el estómago vacío.

OPCIONAL. Se puede añadir (una vez que ya seamos veteranos) un leve toque de nuez moscada para reforzar la potencia antivírica-antimicrobiana de la cúrcuma, y otro leve toque de pimienta negra porque todos los principios activos, incluidos los curcuminoides de la cúrcuma y los carotenoides de la yema, se absorberán hasta un 2.000% más gracias a la piperina.

5. Añadimos un par de giros de molinillo de sal en roca (sal del Himalaya) por sus propiedades minerales y su riqueza en oligoelementos... CREK-CREEEK!, aunque la sal escamada también nos vale. En cuanto a la sal refinada, ¡tire con ella a la basura!

6. Toca revolver bien todos los ingredientes, de una forma homogénea. Esmérese un poquito, porque merece la pena mezclar uniformemente todo (léase el artículo “juntos pero sí revueltos” para más información sobre este importante despacho).

7. Chorro generoso de aceite de oliva virgen en la sartén, sin que nos tiemble el pulso (el aceite de oliva no es nuestro enemigo sino nuestro mayor aliado). Entonces, añadimos el revuelto justo cuando la sartén comienza a estar calentita. Removemos a fuego medio, cuidando de que no se nos queme el revuelto (muy importante), porque éste debe quedar siempre hecho pero jugosito. Si nos pasamos, aparecen los puñeteros compuestos de Maillard (marrones) que son potencialmente tóxicos.

8. Decoramos con unas uvitas negras de carnes duras, et voilá: el desayuno perfecto delante de nuestras propias narices. Nótese la textura jugosa del revolvido.

Se deben rotar las frutas en este tipo de desayuno, para que no acabe resultando monótono. Las mejores para combinar (mínimo 2, máximo 4) son las frutas tropicales (papaya, piña, kiwi, mango, pitaya, plátano, caqui e incluso el melón) así como los frutos del bosque (fresa, frambuesa, arándanos, moras, pepitas de granada, etc.). Pero deben evitarse las peras, manzanas y las frutas con piedra (melocotones, ciruelas, albaricoques, cerezas) porque no combinan bien entre ellas ni con otras frutas y porque son flatulentas (o sea que quedan para la merendola y para tomar con el estómago vacío).

Centrobenestarsantiago.com

EL OBJETO DE ESTE ARTÍCULO ES SÓLO ORIENTATIVO. CONSULTA CON TU MÉDICO Y/O ESPECIALISTA CUALQUIER CAMBIO EN TU DIETA O ENTRENAMIENTO

20 dic 2020 / 00:12
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