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gloria solÉ romeo, Historiadora, vocal de Agabi y delegada del proyecto Harambee en Galicia

"La maternidad subrogada es un eufemismo, oculta el contrato de compraventa de un ser humano"

Parejas homosexuales, hombres solos, mujeres solas o parejas que sufren problemas de infertilidad pueden hacer realidad su deseo de formar una familia gracias a la técnica de la gestación subrogada, que siempre plantea dilemas y retos que obligan a analizarla éticamente. Desde la Asociación Gallega de Bioética se alerta de las implicaciones emocionales del vientre de alquiler con el feto y de su comercialización

Cada vez son más las parejas u hombres en solitario que apuestan por la gestación subrogada para tener un hijo que lleve sus genes. ¿Cuál es la posición de Agabi y por qué?

Es real que algunas personas desean tener hijos, pero no debemos confundir deseos con derechos. Tener hijos de esa forma conlleva graves perjuicios para la madre gestante y para el hijo, y desnaturaliza la relación materno-filial. Estamos hablando de personas, no de animales o cosas. Se transforma el embarazo en un proceso de producción. El afán de tener hijos no justifica cualquier práctica. Agabi considera que no hay argumentos válidos para ­justificar legalmente esas prácticas, por los derechos básicos que se conculcan.

¿Por qué consideran que la mujer es explotada si lo hace ­voluntariamente? Además, ese bebé es deseado.

El Parlamento Europeo justifica el rechazo a la maternidad subrogada, por ser "contraria a la dignidad humana de la mujer, ya que su cuerpo y sus funciones reproductivas se utilizan como materia prima". Cosificar a las mujeres, aunque fuera gratuitamente, supone una grave injusticia y explotación de su dignidad. Los niños son también personas, con derechos propios, que es necesario reconocer y proteger. A lo largo de la historia se han hecho grandes esfuerzos por el progreso de las mujeres, y la práctica de la maternidad subrogada entraña situaciones injustas y violencia contra mujeres y niños, que desaconsejan aprobarla legalmente.

A mí, desde luego, me parece muy compleja la situación del vientre alquilado. No creo que solo lo hagan por dinero, porque los famosos se aseguran de que sean mujeres sanas, a las que les hacen controles. Dudo mucho que elijan a una mujer al azar.

Los deseos de las personas que contratan un vientre de alquiler llevan a exigir condiciones, garantías y un cierto control de calidad, respecto al niño contratado, que se acuerdan previamente. Hay experiencia ya de graves injusticias y problemas que han surgido a consecuencia de resultados no deseados: mujeres pobres que sufren las consecuencias de estas prácticas, niños con deficiencias que no quiere nadie y acaban en orfelinatos, etc. Por estos motivos algunos países han prohibido estas contrataciones, que mercantilizan la vida humana.

Bien es cierto que solamente accede quien posee recursos económicos...

Realmente suelen ser servicios contratados, más baratos en unos países y más caros en otros. Algunos políticos y otras personas hablan de hacerlo sólo por "altruismo", sin ánimo de lucro, aunque las madres gestantes reciban a veces alguna "compensación económica" por las molestias. Los datos reales de algunos países que plantearon esta opción confirman que no resultó eficaz, pues la casi totalidad de las mujeres lo hacen por motivos económicos. Es un eufemismo que enmascara una práctica comercial. Aunque fuera gratuita, no dejaría de ser una explotación de mujeres y niños.

Estoy de acuerdo en que a medio o largo plazo existen consecuencias psicológicas. Y ­seguramente existan alguna ­madre que luego quiere quedarse con el bebé.

Sí. Hay consecuencias negativas en las personas que participan en esta gestación y en los niños. Aunque los contratos establezcan cautelas para evitar que la madre biológica se encariñe y quiera quedarse con el niño, a veces ha ocurrido así, pues es algo natural. Desarraigar a ese niño de su madre es una grave injusticia. Hay un vínculo de apego natural que facilita el desarrollo de los niños, con una fuerte dependencia de su madre.

Entonces, ¿la inseminación ­artificial qué les parece? Si una mujer sin pareja decide ser madre y gracias a un donante de esperma lo consigue...

Hay que pensar en el bien del menor, no sólo en los deseos de los adultos. Ese niño en el futuro se preguntará quién es su padre, pues padre y madre configuran nuestra identidad básica. Y hay un padre real de ese hijo, que rechaza asumir su paternidad.

Ya algunos países han establecido el derecho que tienen los hijos a saber quién es su padre, anulando el anonimato del semen paterno. El Comité Nacional de Bioética en España ha recomendado revisar el tema respecto a la donación anónima de gametos, en esa misma línea.

Con independencia de sus argumentos, ¿en algún momento se han puesto en la piel de quien quiere ser madre o padre y no puede porque no es fértil?

Sí. Es importante escuchar y analizar los argumentos de todos antes de hacer una valoración ética, pero una solución injusta acaba dañando a toda la sociedad, también al que la promueve. Esas prácticas suponen la explotación de mujeres y niños, muchas veces de países pobres. No es una técnica de reproducción asistida, sino un eufemismo que oculta un contrato de compraventa de un ser humano. El negocio del turismo reproductivo ha establecido redes en algunos países y presionan a los políticos para que se amplíe a otros muchos lugares. El derecho actual sin embargo establece que el contrato de gestación por sustitución es nulo de pleno derecho, pues el hijo no es un objeto.

¿Han mantenido algún debate con los partidarios de la gestación subrogada?

Hablamos con personas de diversos planteamientos y asistimos a debates y jornadas sobre cuestiones de bioética. Agabi es una plataforma de reflexión crítica acerca de los conflictos bioéticos que se plantean hoy, desde un enfoque pluridisciplinar, y en diálogo abierto con todos.

Queremos ser un puente entre bioética y sociedad, y vamos trabajando sobre temas actuales (por ejemplo maternidad subrogada, transhumanismo, cuidados al final de la vida, cerebro femenino-cerebro masculino, medioambiente, etc.) en diversas ciudades gallegas (Santiago, A Coruña, Vigo, Ourense...), para conseguir entre todos el progreso social.

Siendo partidarios de la adopción, no me negará que los ­trámites son cansinos para muchas parejas. Algunas acaban desistiendo...

Efectivamente, a veces los trámites de adopción son lentos. Conviene defender siempre el bien superior del menor y ­asegurarle una familia que garantice una atención adecuada, pero sin exagerar los plazos y gestiones innecesarias.

¿Es feminista la maternidad subrogada?

No. De hecho surgió pronto una plataforma en contra de su legalización, apoyada por feministas, políticos de distinto signo, asociaciones diversas, y muchos otros profesionales que ­consideraban necesario frenar esa propuesta, contraria a los derechos ­humanos y también al avance de las ­mujeres.

Desde diversos países europeos algunas instituciones han solicitado formalmente a la ONU la prohibición universal de la gestación subrogada, por esos motivos. En España, país que se ha convertido en lugar de turismo reproductivo, también el Comité nacional de Bioética rechazó su legalización.

25 mar 2020 / 21:24
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