"Para mí Prodigios no era una competición, era estudiar, ensayar y tocar lo mejor posible"

Ana Molina Touza, nacida en septiembre de 2003 en A Coruña, se ganó el favor del público y el jurado le otorgó el triunfo en la categoría instrumental que conlleva una beca en el Centro de Alto Rendimiento Musical de la Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid. Además, al igual que los finalistas, recibió una donación anónima de 5.000 euros para impulsar sus estudios. Por todo ello, el Grupo Correo Gallego la incluirá entre los galardonados de la próxima gala de Gallegos del Año (2020).

¿Cómo se siente tras participar en el programa Prodigios y vencer en la categoría instrumental?

Nunca me imaginé que llegaría a participar en un concurso de televisión, pero Prodigios me pareció un formato ideal para mí por ser un programa dedicado a la música clásica y a la vez un programa divertido.

¿Piensa que tuvo opciones a ser la ganadora global?

Creo que sí. Por las valoraciones que me había hecho el jurado y la buena acogida del público.

Las semanas ¿fueron duras?

No, porque a pesar del trabajo que supone la preparación de las obras, estaba tan emocionada e ilusionada que me resultó más fácil prepararlas.

A su edad, ¿más que competir se divirtió en el concurso?

No os podéis imaginar lo que me divertí. Sinceramente, para mí no era una competición, era estudiar, ensayar con la orquesta y tocar lo mejor posible. Todo esto junto con la experiencia de conocer a mis compañeros y divertirme con ellos.

¿De dónde viene su pasión?

En mi casa siempre veía a mi hermano con su trompeta, yendo al conservatorio por la tarde. Para mí eso era lo normal en la vida de un niño, así que también quise ir al conservatorio.

¿Cuantos años tenía cuando se inició en la música?

A los siete años les pedí a “Los Reyes Magos” un violín. Muchos de mis amigos no entendían esta petición [risas]. Comencé a ir a una escuela de música de mi barrio y, a los ocho años, entré en el conservatorio.

El violín precisa una destreza exquisita, ¿es cuestión de mucha práctica o fue algo innata su re-lación con este instrumento desde que lo comenzó a tocar?

Esta pregunta me gusta mucho porque así animo a todos los que están empezando a tocar el violín, ¡no os desaniméis! Al principio, mi madre decía que sonaba como una puerta que chirría o un gato, jajajaja, pero es cuestión de mucha paciencia y práctica. Poco a poco veréis como os va saliendo. Hasta que no me salía bien, no paraba.

¿Valoró tocar otros instrumentos musicales?

En realidad, no. A mi madre le parecía muy difícil el violín y me insistía mucho, “¿Estás segura?” [risas] y yo “Siiii, porfi mami”.

¿Cuántos años lleva como alumna en el Conservatorio Profesional de A Coruña?

Llevo desde los ocho años en él. En estos momentos estoy haciendo el último curso, 6º de Grado Profesional. Me ha ido muy bien en el conservatorio y siempre me ha gustado ir porque a la vez que estudiaba, hacía amigos.

¿Qué profesores le han influenciado más en esos cursos?

Han sido varios pero, en especial, voy a destacar a dos: David Veiga Martínez es mi profesor de violín en el conservatorio desde que tengo nueve años. Siempre me exigió mucho, a veces yo me agobiaba, pero él seguía exigiéndome porque sabía que yo podía conseguirlo. Aunque yo era pequeña, siempre me sentí muy bien en sus manos porque al final daba resultado. Fui creciendo y comprobando que no me equivocaba confiando en él. Muchas gracias, David. Y a Ludwig Dürichen es mi profesor desde hace tres años. Me encantan sus clases, hace que practicar sea más ameno porque a pesar de ser exigente, siempre me divierto con él. Es una persona maravillosa.

¿Sus compositores preferidos?

Me encantan Mozart y Sarasate. Son estilos muy diferentes y muy enriquecedores. Destacaría la delicadeza de Mozart y la fuerza y el carácter de Sarasate.

Ara Malikian vuelve al Coliseum de A Coruña, del 31 de octubre, ¿es el prototipo del violinista actual o le gustan más clásicos?

A Ara lo llevo en mi corazón, porque toco el violín gracias a él. E iré a su concierto, por supuesto. A la hora de estudiar, me gusta seguir el estilo de las violinistas Anne Sophie Mutter, Hilary Hann y Sara Chang.

¿Había tenido actuaciones públicas previas a Prodigios?

Mis actuaciones suelen ser en el conservatorio o cuando participo en algún concurso de violín. También he ido a tocar a alguna residencia de ancianos.

La aparición en un programa tan reconocido, ¿le abrirá las puertas profesionales?

Pues.... no lo sé. Pero yo voy a seguir estudiando para formarme y llegar a ser una gran violinista, esa es mi gran ilusión.

¿Contactó con la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia?

Ahora formo parte de ella.

La beca en el Centro de Alto Rendimiento Musical de la Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid, ¿es un nuevo estímulo?

Es genial que haya ganado esta beca. Estoy muy ilusionada y muy animada porque va a suponer algo muy importante para mi formación.

¿Compagina bien el bachillerato con las enseñanzas musicales?

Bueno, voy a ser sincera, llevar todo muy bien como a mi me gusta, no es fácil. Toda la semana, entre el instituto y el conservatorio llego a casa muy cansada y veo que me quedan por hacer todas las tareas del instituto, estudiar para exámenes del conservatorio y del instituto, buscar tiempo para tocar el violín... Luego aprovecho los fines de semana para hacer lo que me queda pendiente. Es cuestión de organizarme muy bien y ser disciplinada. Con decirte que no veo la tele... En lo que va de año solo vi Prodigios jajajaja.

¿Cree que falta un mayor reconocimiento a los músicos?

Me gustaría que hubiese mayor reconocimiento a los músicos en general. Sin embargo, desde la primera gala he recibido muchos mensajes muy agradables y emotivos felicitándome. Con esta experiencia he comprobado que a la gente le puedo llegar a través de mi música y eso me ayuda a motivarme y a seguir trabajando. Agradezco desde aquí todos los bonitas llamadas y mensajes.