El futuro del interior gallego: olas de calor, menos lluvias y más copiosas

El cambio climático para muchos es poco perceptible en Galicia, al tratarse de una comunidad donde las lluvias amenazan gran parte del año y donde las altas temperaturas brillan por su ausencia. Sin embargo, ya está aquí, entre nosotros, y es imposible revertir los efectos de lo que ya se ha hecho, teniendo que concentrar los esfuerzos en no empeorar de cara al futuro. Para exponer la situación actual, desde EL CORREO GALLEGO hemos contactado con Dominic Royé, investigador de la USC experto en la materia.

Royé asegura que, en el conjunto de España, desde 1970, las temperaturas han subido en 1,7 grados centígrados. En Galicia, el aumento “ha sido muy similar, aunque con diferencias territoriales”, de manera que “los mayores incrementos se dieron en las costas y en zonas urbanas”. Las olas de calor son las que marcan la diferencia en este indicador. Y es que cada vez serán más intensas, aunque puede que de más corta duración.

Así, los modelos investigador por el experto proyectan un aumento de intensidad de las olas de calor del 104 % hasta el año 2050 para toda la Península Ibérica, con cambios más importantes en la región centro-este, llegando al 150 % para la costa mediterránea y los Pirineos. Si bien es cierto que en Galicia el incremento estará por debajo de la media nacional, no será nada desdeñable, llegando al 20 % en la costa y superando el 40 % e incluso el 60 % cuanto más al interior.

POCOS DÍAS DE PRECIPITACIONES APORTAN MÁS AL TOTAL. Por lo que respecta a las lluvias, el profesor Royé expone que “la precipitación es más compleja con sus patrones espacio-temporales heterogéneos”. Pero, lo que se ve es “una mayor concentración de lluvia en menos días del año”, o, en otras palabras, “pocos días aportan cada vez más al total”, alcanzando una tendencia del 2 % al 3 % por década, según indica el investigador.

En concreto, los días de lluvias con más de 10 y 20 milímetros parecen reducirse en un 0,5 % por década en las provincias de Ourense y Lugo. Que son, a su vez, las que se verán afectadas por mayores incrementos de temperatura. Todo está relacionado con el clima.

LAS HORAS DE SOL AUMENTAN EN LAS ESTACIONES DE TRANSICIÓN. Por otro lado, el experto climático señala que también se están empezando a notar “tendencias positivas” de horas de sol, “particularmente en las estaciones de transición (primavera y otoño)”.

En resumen, Royé concluye que en los próximos años nos esperan “rachas secas más largas, más olas de calor (más intensas y largas), y una precipitación cada vez más concentrada en menos días, lo que, junto al aumento de temperaturas extremas, lleva a condiciones favorables de incendios forestales”.

Y, obviamente, aunque en comparación con lo que sucederá a nivel nacional, en Galicia los aumentos serán menores, “sufriremos más olas de calor, más intensas y extensas, más frecuentes”. Sobre todo, como se ha dicho, en las zonas interiores de Ourense y Lugo, “con más fuerza”, sentencia.

EL 37 % DE MUERTES POR EXPOSICIÓN AL CALOR SE DEBEN AL CAMBIO CLIMÁTICO. Los estudios del profesor Royé también se centran en el análisis de la mortalidad asociada al calor. “Con temperaturas por encima de las óptimas (o sea, de la temperatura de mínima mortalidad, TMM, que muestra el menor riesgo de muerte con respecto a altas y bajas temperaturas) observamos un aumento de riesgo de mortalidad, incluso con mayor aumento en temperaturas extremas”.

Pero, ¿cuál es la temperatura mínima de mortalidad? Pues varía según el clima, estando en Galicia entre los 11 y los 20 grados centígrados. Para el investigador “se trata de un indicador valioso de la adaptación general entre poblaciones”. Las poblaciones, a lo largo de la Historia, han tenido que ir adaptándose a los aumentos de la temperatura media, aunque “todavía hay más espacio para la adaptación”.

En un estudio reciente del grupo de investigación del que forma parte en la USC, realizado sobre más de 732 ciudades en 43 países, “encontramos que el 37 % de las muertes por la exposición al calor se deben al calentamiento global inducido por el ser humano”. En Galicia, esto equivaldría a unas 17 muertes anuales (con respecto a las cuatro capitales de provincia). En la provincia de Ourense se producen la mayoría en relación al total de habitantes.

Esto resulta especialmente preocupante para Royé, pues Galicia, caracterizada por su alto envejecimiento, “es y será muy vulnerable ante temperaturas extremas”. Y es que la población más vulnerable es, “justamente, la mayor y las personas con patologías crónicas”. Por ello, reclama “estrategias de adaptación y mitigación en las ciudades” inmediatas para reducir los efectos del cambio climático en la salud.