El Palacio de Sober resucita con más esplendor que nunca
No hace mucho saltaban todas las alarmas al ver las fotografías del Palacio de Sober en estado de abandono, con unos jardines que asemejaban ser una selva. El empresario hotelero chantadino Amancio López Seijas no dudó en recuperar el esplendor que antaño lucía el edificio construído en el siglo VII y lo incorporó a la cadena Áurea que reúne una colección de lugares singulares que ayudan al huésped a mimetizarse con el entorno.
El hotel, de cuatro estrellas, es idílico. Con unos jardines cuidados hasta el extremo, en los que no se deja de escuchar el sonido del agua de sus fuentes y estanques, se convierte en un lugar ideal para descansar aunque al mismo tiempo el entorno ofrece numerosas posibilidades para disfrutar de los encantos de la Ribeira Sacra en cualquier época del año.
Ahora mismo, en temporada de vendimia, se puede comprobar como la recolección de la uva en las laderas empinadas de los ríos Sil y Miño es cosa de héroes, pero en otoño la paleta de colores de su paisaje hipnotiza y sus magostos mantienen el cuerpo despierto, el invierno se acompaña de una magnífica oferta gastronómica en los restaurantes de la zona con Sober y Monforte a un paso y la primavera permite gozar de una naturaleza plena, a lo que hay que sumar un patrimonio monumental importantísimo.
Con todos estos alicientes al alcance de la mano, el Palacio de Sober pretende ser un alojamiento de referencia en la Ribeira sacra cuidando hasta el mínimo detalle.
Con habitaciones amplias, que incluso cuentan con vestidor, y una decoración muy cuidada, su comedor es muy luminoso gracias a los arcos que lo abren al exterior. Un desayuno buffet abundante y con productos locales de primera calidad da paso a una comida o una cena en la que la carta dispone de cuatro primeros platos para elegir de primero y otros tantos de segundo elaborados con mucho mimo y presentados como si fueran un lienzo. Porque cada detalle cuenta.
En el exterior cuenta con una piscina pero lo que verdaderamente enamora del lugar es su entorno, con fuentes y estanques que invitan a un paseo reconfortante entre una atractiva vegetación. Además hay un spa para aquellos que quieran alcanzar un descanso más reparador.
El hotel Palacio de Sober puede presumir también de contar con unos profesionales de primer nivel que están a la altura del edificio y colman las expectativas de sus clientes. No tardará, sin duda, en situarse entre los mejores establecimientos de Galicia.