El premio Marcel Duchamp de las Artes
El Premio Marcel Duchamp promovido por la Asociación para la Difusión Internacional del Arte Francés ( ADIAF ) se otorga desde el año 2000 a un artista menor de 35 años; las bases exigen la nacionalidad francesa o la residencia en el país, y constituye el máximo galardón en el campo de las artes visuales en Francia; los cuatro artistas finalistas, en cada edición, tienen acceso a una exposición cuya organización lleva a cabo el Centre Georges Pompidou. El reconocimiento lleva consigo unos fines que todo artista desea, ente ellos la combinación económica para seguir creando y la difusión desde un espacio internacional, grandes oportunidades que contribuyen a la consolidación del ganador y artistas seleccionados. De nuevo, el país galo, sigue marcando pautas al contar con instituciones que saben como incentivar y apoyar el arte contemporáneo, en sus múltiples prácticas artísticas. Tradicionalmente, la política de las artes en Francia siempre fue adelantada y diferente; trazada desde la lógica y la racionalidad de lo que es necesario y oportuno para el mundo del arte y su proyección, se impone, en todo momento el respeto a los profesionales que forman parte de ese colectivo; sin duda, un acertado modo de entender la cultura y su consideración como fundamento imprescindible para el desarrollo de la sociedad y su fortaleza.
Los seleccionados en este año: Philippe Decrauzat, Giulia Andreani, Mimosa e Iván Argote, presentarán sus proyectos, en el Centre Georges Pompidou a partir del 4 de octubre; en los días siguientes se conocerá el nombre del ganador que será anunciado por un jurado formado por Claude Bonnin, presidente de ADIAF, Xavier Rey, director del MNAM Centre Pompidou, Akemi Shiraha, de la Asociación Marcel Duchamp, Pedro Barbosa, coleccionista , Agnes B. galerista, Cécil Debray, directora del Museo Picasso de París y Elsy Lahner, conservadora del Museo Albertina de Viena.
Una vez más, el sentido que conlleva el premio, respeta, en lo esencial, el espíritu avanzado e iconoclasta de Marcel Duhamp (Rouen, 1887- Paris 1868 ) , uno de los artistas más influyentes en el desarrollo de las artes del siglo XX. Nacido en el seno de una familia normanda que pertenecía a la burguesía ilustrada e interesada por las artes, las letras la música y el ajedrez; sus hermanos, asimismo artistas, Gaston y Raymond, luego conocidos como Jacques Villon y Duchamp Villon, le introducen en sus círculos en aquel París de los comienzos del siglo XX. A Marcel le gustaba dibujar e ilustrar, sabía dar un particular sentido humorístico a sus creaciones; prefería la riqueza colorista de los fauves o el simbolismo de Redon y se mostraba reacio a participar en la vida intelectual de ciertos grupos, de carácter avanzando; antes de incursionar brevemente en el cubismo, optó por conocer a fondo la parte intelectual del movimiento, reclamando la calidad cultivada e inteligente del artista.
Y por ese medio, que consideraba un camino, nunca una convicción buscó su propio lenguaje, desechando imposiciones teóricas y manteniendo una actitud crítica; las lineas estaban trazadas y el cambio esbozado cuando pintó la obra “Els joueurs d´échecs” ( 1911 ), “Jeunne homme triste dans un train”( 1911 ) y la polémica pintura “Nu descendant un escalier” ( 1912 ); todas ellas proyecciones estáticas del movimiento, se consideran ya postcubistas; la última había nacido a raíz de un dibujo trazado en 1911 para ilustrar un poema de Jules Laforgue; desde el primer momento fue un símbolo de ruptura y no sería expuesta en el Salón de los Independientes de París, en 1912, al ser rechazada por los cubistas afines a Gleizes; sin embargo, la obra adquiere en aquellos momentos una connotación especial y al año siguiente, cuando Duchamp la presenta en el Armory Show de Nueva York, constituye todo un éxito.
El hecho será el detonante que provoca en él los deseos de abandonar la pintura, de desmitificar los valores que constituían entonces la actualidad de la cultura; en adelante se adentrará en un nuevo territorio en el que el cuestionamiento sobre la obra artística, la decisión intelectual, gesto y actitud frente a la naturaleza del objeto en sí, serán prioritarios. A día de hoy, los planteamientos de Duchamp, siguen vigentes.