El reparto de mercancías, nuevo reto de la DGT tras limitar la velocidad a 30

La Dirección General de Tráfico (DGT) y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) coincidieron en que tras la medida que limita la velocidad a 30 kilómetros por hora en las vías urbanas de un único carril por sentido de circulación el reto al que se enfrentan las ciudades está en el reparto urbano de mercancías.

El director general de Tráfico, Pere Navarro, consideró que es un buen momento para la movilidad y, tras asegurar que la limitación de 30 kilómetros “no es una medida aislada”, reconoció que el reto está en la distribución de mercancías en las ciudades.

El presidente de la Comisión de Transportes, Movilidad Sostenible y Seguridad Vial de la FEMP, Alfonso Gil, fue más lejos al advertir del problema que se avecina con el reparto urbano de mercancías, que está aumentando de una manera exponencial y que corre el riesgo de que acabe colapsando las ciudades.

“Tenemos que trabajar entre todos para que nadie renuncie a tener la botella de leche debajo de casa y a la vez haya menos reparto. Si no lo hacemos eficiente y eficaz en tasas de humos, de ruidos y de víctimas será insufrible e inasumible”, recalcó.

Fue durante una jornada sobre el nuevo modelo de ciudad tras la implantación del límite máximo de velocidad a 30, que entró en vigor el pasado día 11, con motivo de la VI Semana Mundial de la Seguridad Vial, auspiciada por Naciones Unidas.

En la inauguración, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, recordó que la limitación de 30 kilómetros por hora afecta al 70 % de las calles de España y señaló que “no es un ocurrencia” del Gobierno.

calmar el tráfico. El ministro destacó a Bilbao, Málaga y Valladolid por su apuesta decidida por el “calmado del tráfico”. “Son tres claros ejemplos de compromiso municipal con la sostenibilidad y la seguridad vial y de apuesta decidida por medidas que posibilitan que sus ciudades que sean indefectiblemente mucho más humanas”, informa Efe.

Grande-Marlaska recordó que el riesgo de que un peatón fallezca tras ser arrollado por un vehículo es hasta cinco veces menor si este circula a 30 kilómetros que si lo hace a 50, lo que, a su juicio, es una “razón suficiente para apoyar la medida”.

Pero más allá de la seguridad vial, valoró asimismo que esa limitación genera ciudades “más calmadas, más saludables y más sostenibles, calles para la vida pero también calles para vivir”.

Se trata de “crear un clima urbano donde todo el mundo pueda realizar su personalidad, su dignidad humana en términos de racionalidad”, dijo el ministro.

Así, el titular de Interior abogó por calles que recuperen el papel de foro público, de interacción social, “que nos permita a los ciudadanos relacionarnos, interactuar y crecer como ciudad moderna comprometida con el prójimo y con su entorno vital. Calles para ejercer la ciudadanía en libertad como procede en el siglo XXI”.

En la clausura, el responsable de la DGT aseveró que la aplicación de la medida no se puede imponer con multas sino convenciendo de un cambio de paradigma y de modelo de ciudad.

Navarro resaltó que la noticia no es tanto que se haya aprobado la medida como que se haya tardado 10 años en hacerlo, puesto que ya en 2011 él mismo presentó la propuesta al entonces ministro del Interior, Antonio Camacho, quien “con buen criterio” instó a esperar ante la cercanía de elecciones.

Por su parte, Gil, también vicealcalde de la ciudad de Bilbao, primera “ciudad 30” del mundo de más de 300.000 habitantes, destacó la importancia de que los ayuntamientos se tomen en serio el tema de la movilidad porque “las ciudades, o son de todos o no serán”.

Gil pidió responsabilidad colectiva para cumplir una medida que, según ha dicho, “no es para poner multas”. De hecho, en Bilbao han bajado las sanciones “porque la gente cumple”.