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Emilia Pardo Bazán, la periodista de las cien cabeceras

El profesor de la Universidade da Coruña, Ricardo Axeitos, estudioso de la escritora, afirma que “fue una pionera y pocas alcanzaron su estatus. Estaba a la cabeza de la profesión rodeada de hombres”

Novelista, autora teatral, poeta, colaboradora literaria, profesora e intelectual, Emilia Pardo Bazán es difícil de clasificar "porque hizo de todo", también publicó alrededor de dos mil textos en prensa, como crónicas de actualidad, en un centenar de cabeceras nacionales e internacionales.

La faceta periodística de la escritora gallega, estudiada en profundidad por el profesor de la Universidad de A Coruña Ricardo Axeitos (Ribeira, A Coruña, 1973), revela la relevancia que tuvieron a finales del siglo XIX las agencias de prensa, llegó a haber unas quince, que se especializaron en remitir a la prensa local y regional crónicas literarias y cuentos, ilustraciones o publicidad.

Muchas veces, estos textos estaban firmados por escritores de prestigio que colaboraban asiduamente en la gran prensa española y a los que los medios locales no podían pagar, como es el caso de Pardo Bazán, que estuvo en nómina de tres de estas empresas periodísticas, como Leopoldo Alas "Clarín", y llegó a cobrar 300 pesetas por sus colaboraciones, cuando el sueldo medio de un redactor eran 120.

La escritora de Marineda, como le gustaba llamar a A Coruña, colaboró con la Agencia Exprés, la Agencia Española y la Agencia Almodóbar, esta última fue una de las más importantes de su época y llegó a reunir a unos 60 colaboradores, entre ellos Clarín, Jacinto Octavio Picón, Luis Taboada, Rafael Altamira, Mariano de Cavia, Salvador Rueda o Joaquín Dicenta.

Entre todos ellos la única mujer era Pardo Bazán. "Sería una Pérez Reverte o una Vargas Llosa de hoy", asegura el profesor Axeitos en una entrevista con Efe.

En las décadas de 1880 y 1890, con el crecimiento de la prensa, "más de mil cabeceras en España", se fundaron otras como la Agencia Literaria e Internacional de Julio Nombela, la Agencia Lozano, la Agencia Madrileña, la Agencia Noticiera Claret, la Agencia Noticiera de la Prensa, la Agencia Literaria Internacional de Miguel Sawa y Alejandro Lerroux, la Agencia Postal y la Agencia Víctor y Compañía.

También se crearon la Agencia Periodística La Veloz, la Agencia Literaria y de Información y la Agencia Europea de Eduardo Bermúdez, la Asociación Literaria y la Agencia Periodística Las Novedades, o La Estafeta Agencia Periodística e Informes, aunque "la mayoría de estas empresas apenas son mencionadas en los manuales de historia del periodismo en España, incluso de alguna de ellas nada se dice en dichas obras", explica el profesor Axeitos.

El negocio consistía en remitir las crónicas y cuentos contratados a los diferentes medios abonados, de manera que "las agencias conseguían así una especie de multiplicación de los panes y los peces, al lograr vender un solo textos varias veces", lo que facilitaba, abunda Axeitos, "que el precio de los servicios fuese considerablemente económico, contribuyendo al éxito del negocio".

Pardo Bazán escribió al menos 60 textos, entre cuentos y crónicas, en la Agencia Almodóbar entre 1892 y 1896. De hecho, los cuentos -escribió más de 600- nacieron para la prensa, aunque muchos los publicó después en formato libro.

Las crónicas de actualidad, de tipo cultural sobre la actividad literaria de la época o simplemente efemérides, formaban parte de las publicaciones de la escritora.

"A lo largo de su vida publicó en más de cien periódicos y revistas nacionales e internacionales", como El Imparcial, el Liberal, la Época, El Sol, La Ilustración Artística y La España Moderna, en La Nación de Buenos Aires o el Diario La Marina de La Habana, "su pluma apareció por todo el mundo", indica Axeitos. También dirigió "La revista de Galicia".

Su estilo, no tan satírico como el Clarín pero "con cierta ironía fina, cercana", amenizaba esas páginas periodísticas con pequeñas columnas, instantáneas, en las además que comentaba temas como la llegada de la electricidad, las fondas y posadas de la época, espectáculos públicos o temas literarios.

"Era una buena periodista, hoy publicaría en los grandes periódicos", asegura el profesor sobre aquellos tiempos en los que los periódicos eran baratos, a veces solo tenían un redactor que también era director y propietario, y no superaban las cuatro páginas, las dos últimas de publicidad y telegramas.

Emilia Pardo Bazán "fue de las pocas que consiguió algo muy notable en aquella época -subraya Axeitos-, que fue equiparase al nivel de los varones, y lo logró siendo muy buena, dedicó toda su vida a cultivar su profesión y siempre tuvo claro que quería ser escritora, intelectual, y que tenía el mismo derecho que los hombres a aparecer a su mismo nivel, aunque superó a muchos".

De hecho, abunda el profesor, tras separarse de su marido firma una escritura notarial en la que se aclara que todos los derechos y ganancias de esta labor son de ella exclusivamente.

Una mezcla de capacidad, ingenio y de trabajo, así como las posibilidades que le ofrecía su estatus social, podrían explicar su éxito, que se estudia en libros y tesis por expertos que también ahondan en el interés de la escritora por la vida social, de hecho se la podía considerar una auténtica 'influencer' hace un siglo.

"Fue pionera en periodismo y pocas alcanzaron su estatus, estaba a la cabeza de la profesión rodeada de hombres", concluye Axeitos.

27 ene 2021 / 13:29
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