En defensa del Picasso coruñés
se está echando en falta la continuidad en la reivindicación de la etapa coruñesa de Pablo Picasso, proceso iniciado hace décadas e incentivado entre los años 2013 y 2015 cuando confluyeron dos interesantes proyectos dirigidos a resaltar los años de los comienzos del artista en A Coruña.
El seminario, organizado por la UIMP, dirigido por el catedrático Antón Castro y la exposición El primer Picasso, comisariada por Malén Gual, en el Museo de Belas Artes de A Coruña, manifestaban la relevancia de ese periodo fundamental, avalado por Pierre Cabanne , John Richardson y Josep Palau i Fabre. Verdaderamente se estaba creando un clima favorable para la consolidación de acciones de mayor calado, que beneficiarían especialmente a la ciudad y la situarían en el itinerario picassiano, junto a Málaga, Barcelona y París. Si ese objetivo se alcanzase, sería un logro extraordinario que traería grandes beneficios para Galicia. Aunque la realidad del presente indica que esa corriente ilusionante se ha cortado. Ni las autoridades correspondientes han continuado en esa línea, ni se vislumbran apoyos en ese sentido.
La etapa coruñesa de Picasso es fundamental, por varias razones; son los años de las revelaciones y del aprendizaje, cuando recibe las enseñanzas de sus profesores Isidoro Brocos y Román Navarro; habrá que añadir las vivencias que le proporciona la ciudad, en el contexto de una sociedad que en los aspectos artístico y político estaba abierta a corrientes ideológicas liberales. Asimismo, el apoyo brindado por el médico y político Ramón Pérez Costales es determinante en la materialización de las primeras ideas creativas del joven artista que se concretan en una serie de dibujos y pinturas que reflejan el paisaje, ambiente y figuras, de raíces eminentemente gallegas y coruñesas; esas tempranas creaciones dejan entrever una fuerte personalidad y madurez. En lo que respecta a cuestiones emocionales y familiares vividas en ese periodo que va de la niñez a la adolescencia, cruciales acontecimientos le dejan huella. El propio Picasso valoró en numerosas ocasiones esa etapa, considerándola de capital importancia en su biografía.
En cuanto a los museos dedicados a Picasso, los de París, Barcelona y Málaga, han afianzado una trayectoria de éxito continuado, en lo que atañe a proyectos, influencia en el mundo del arte y atracción para el público y esos factores han revertido en beneficios múltiples para los lugares que los acogen.
Todos ellos poseen IMportantes colecciones complementarias, las conservan, estudian y desvelan parcelas desconocidas de la biografía del artista actualizándola constantemente. En ese aspecto, debemos destacar el éxito del Museo Picasso de Málaga con más de 700.000 visitantes recibidos en 2019 ; seguramente la interesante programación que ofrece la institución no es ajena al interés despertado; un ejemplo de la apuesta por los descubrimientos, es la exposición que actualmente se exhibe, titulada Picasso visto por Otero en la que se revela la relación de amistad entre Picasso y el fotógrafo argentino, Roberto Otero, plasmada en una amplia colección de imágenes fotográficas, de los fondos de la institución. Y en esa misma línea de escudriñar en la historia del universal artista, el Museu Picasso de Barcelona, se suma a la tendencia de mostrar momentos desconocidos; Jamais, Óscar Dominguez y Pablo Picasso, se centra en un curioso capítulo que gira en torno a un gramófono convertido en objeto surrealista y que el artista canario regaló a Picasso y que se daba por perdido.
Siguiendo esas interesantes pesquisas que están dando tan buenos resultados, cabe preguntarse, si todavía es posible, a pesar de las dificultades de los tiempos actuales, retomar la idea de convertir definitivamente la ciudad herculina en ciudad picassiana; sabemos que lo realizado hasta ahora no es suficiente y para que ese deseo y objetivo sean una realidad, es preciso pensar a largo plazo y planear actuaciones ambiciosas e imaginativas, que sirvan para posicionar definitivamente, esa etapa única y privilegiada en la que por casualidades del destino un jovencísimo artista inicia su camino en el finisterrae galaico.