En más de la mitad de los siniestros mortales de moto no hay contrario
Según un estudio, el riesgo de fallecer por cada kilómetro recorrido en ese tipo de vehículos es hasta 17 veces superior que al hacerlo en un automóvil
El riesgo de fallecer por cada kilómetro recorrido en moto es hasta 17 veces superior al de hacerlo en un coche, según un estudio de Fundación Mapfre, que señala también que en el 52 % de los accidentes en los que mueren motoristas no está implicado otro vehículo.
El exceso de velocidad (29 %), el consumo de alcohol (17,4 %) y la ingesta de drogas (10,2 %) son los factores de riesgo que más influyen en un siniestro mortal en moto.
También el hecho de no usar el casco de la talla adecuada, abrochado y ajustado correctamente, lo que hace que se pierda en un accidente y puede provocar hasta el 6 % de los fallecimientos en motoristas y el 29 % en conductores de ciclomotores.
En 2019, el número de motoristas muertos aumentó un 16 % con respecto a 2018 y pasaron a representar 1 de cada 4 fallecidos, una cifra que contrasta con el dato del 10 % de motos sobre el total del parque o el 4 % de permisos de motocicleta respecto al censo de conductores.
El informe Hoja de ruta para la mejora de la seguridad vial en usuarios de motocicletas y ciclomotores, presentado ayer por Fundación Mapfre y la Asociación Española de la Carretera, analizó un total de 240 casos reales de fallecidos en siniestros de moto y ciclomotor y más de 7.000 lesiones sufridas por más de 3.000 conductores de vehículos de dos ruedas.
La investigación pone de relieve que en el 52 % de los accidentes en los que mueren motoristas no está implicado otro vehículo, porcentaje que se eleva hasta el 58 % cuando se producen en carretera y baja al 46 % si es en ciudad.
Los motoristas fallecidos son en su inmensa mayoría (95 %) hombres, un dato que, según el director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, Jesús Monclús, “nos debería hacer pensar mucho sobre el estilo de conducción”.
La edad media de los fallecidos de ciclomotor es de 56 años y de 41 en el caso de los motoristas. Además, el 39 % de las víctimas se producen en vías interurbanas y en fin de semana, una siniestralidad asociada al ocio, que para Monclús es “totalmente inconcebible”.
Destaca que las lesiones no mortales más frecuentes se producen principalmente en el tronco (28 %) y en las piernas (27 %) y la mayoría de los incidentes mortales fueron por salida de la vía (41 %), colisión frontolateral en intersecciones (17 %) y caídas (15%).
Además, únicamente cuatro de cada diez conductores (41 %) utilizan otro equipamiento de seguridad distinto del casco como airbags, chaquetas con protecciones, guantes y botas especiales, y el 98 % de los fallecidos no usa ropa de alta visibilidad.
En cuanto a la responsabilidad del siniestro cuando hay implicado otro vehículo, “un tema siempre controvertido” como reconoce el responsable de Fundación Mapfre, en un 44 % recae en el propio motorista.
En estos casos, el suceso ocurrió principalmente porque el conductor del otro vehículo no respetó la norma genérica de prioridad (21 %) o sufrió alguna distracción o no se percató de la presencia del motociclista (10 %).
Monclús insistió en la necesidad de renovar el parque de motos, ya que el ABS que incluyen los modelos más nuevos podría evitar hasta un 40 % de los siniestros en los que se produce un bloqueo de ruedas, informa Efe.
En cuanto al uso del airbag, ha recordado que es muy recomendable para evitar lesiones de tórax, si bien ha reconocido que legislar sobre su obligatoriedad no es fácil.
El estudio de Mapfre dedica un apartado específico a los repartidores en moto, una modalidad laboral que se ha incrementando con la pandemia, y considera que es un sector en el que se puede trabajar y mejorar.