Harry Styles, el más estiloso de los Grammy
A pecho descubierto, el cantante desborda glamur en los premios
Harry Styles (Redditch, Reino Unido, 1994) es la Zendaya de las alfombras rojas y de las revistas molonas. Siempre acierta con lo que se pone. Siempre levanta elogios y admiración. Siempre se adelanta a las tendencias porque él es tendencia... porque sabe cómo arriesgar y ganar. Es el dandi del pop.
El veinteañero (el pasado 1 de febrero cumplió los 29) más rico del Reino Unido –según un listado publicado por la revista inglesa Heat Magazine, acumula una fortuna de 116 millones de libras esterlinas, unos 130 millones de euros– ha vuelto a dejar ojiplático al público mundial que seguía la gala de la 65º edición de los Grammy 2023, la misma que coronó también a Beyoncé y a nuestra Rosalía.
A su alfombra roja se presentó con un impactante mono con rombos arcoíris. Sin camisa, luciendo pecho y tatuajes (de pájaros, corazones y mariposas, entre otros dibujos), ha optado por un original peto brilli-brilli (en realidad de calidad: estaba recubierto de cristales de Swarovski).
Pareja ganadora. El modelo de marras lo firma EgonLab, pero también han puesto mucho de su parte el propio cantante de Watermelon Sugar y su famosísimo estilista, Harry Lambert, artífice de todos los aciertos que en los últimos años ha lucido el exnovio de la actriz Olivia Wilde y exchico One Direction.
Artista y estilista trabajan juntos desde 2015, y gran parte de su configuración como estrella internacional se la debe Styles a Lambert, y su ojo visionario en la moda. Solo hay que recordar los outfits del cantante en los videoclips de algunos de sus éxitos rotundos, como As It Was. Para este último, precisamente, el artista lució otro mono, de lentejuelas, en rojo, salido del atelier del asturiano Arturo Obegero.
El mono o peto es una prenda recurrente para Styles, al igual que las faldas o los vestidos con los que ha salido posando hasta en la portada de Vogue. Con otro pantalón hasta el pecho triunfó en el festival de Coachella el año pasado. El efecto Styles también se ha dejado notar en la alfombra de la gala Met. Su debut en 2019 fue por la puerta grande, no como un invitado más sino como uno de los coanfitriones de la noche, vistiendo un total look negro con volantes, transparencias, botas de tacón y pendiente de perlas. Para el cantante de Golden no hay barreras de género, colores, siluetas, tejidos o estampados. Lo ha intentado prácticamente todo. Lo ha vestido todo. Y es que él mismo afirma que «la ropa está ahí para divertirse, experimentar y jugar». Y además de con Alessandro Michele y Gucci, no se ha olvidado de marcas de talento emergente o más jóvenes como Harris Reed, Charles Jeffrey y hasta Palomo Spain.
En los premios Grammy del domingo, tras pisar la alfombra roja, Harry se cambió de modelo hasta un par de ocasiones. Primero, con un pantalón estilo traje en un color camel combinado con una especie de corsé también brillante y plateado y un bléiser torera en crudo con las solapas en negro.
Así vestido protagonizó, junto a su ex, Tay lor Swift, uno de los momentazos de la noche, pues los dos se saludaron la mar de amigos. El tercer estilismo fue un traje plateado de flecos en colores metalizados de Gucci que volvió a concentrar todas las miradas.