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ENTREVISTA
Catarina Allegue Toscano, investigadora posdoctoral del grupo de Medicina Genómica

“La ciencia no tiene que ver con el género. El cerebro femenino no está condicionado”

Fue la encargada de representar al CiMUS en la iniciativa de divulgación científica ‘De niñas a investigadoras: el camino de la ciencia’, que junto con profesionales en fase predoctoral, posdoctoral, líderes de grupo y directivas de los otros tres centros singulares de la USC, trasladaron las claves, anécdotas y logros de sus trayectorias para despertar la llamada de la ciencia en las más jóvenes.

En primer lugar, Catarina, ¡felicidades por dedicarte a la ciencia! ¿Siempre lo tuviste tan claro?

Muchas gracias, la verdad es que me siento muy afortunada de poder dedicarme a lo que me apasiona. Son muchas las horas que pasamos en nuestro trabajo, así que considero que hay que invertirlas en hacer aquello que te motiva. Creo que es la única forma de evitar la frustración y desarrollarte profesionalmente.

Sí, lo tuve siempre claro. No la rama, por supuesto, pero ya desde niña fui muy inquieta, muy preguntona y muy interesada por todo lo relacionado con las ciencias de la vida y la naturaleza.

Los profesores pueden llegar a influir para bien o para mal a la hora de elegir una carrera científica. ¿Alguno te ha dejado huella?

Definitivamente. El profesorado juega un papel fundamental, junto con los padres, no solo con su influencia sino para identificar y potenciar los intereses y cualidades de los niños y niñas. En mi caso soy hija de profesores, aunque ellos de literatura española, pero se juntaron ambos papeles: de padres y de profesores y supieron detectar perfectamente mi interés, potenciarlo y desarrollarlo.

Estudié la EGB en un colegio público de Vigo, el Carrasqueira (Coruxo) y nos daba clase Don Julio (por aquel entonces el tratamiento de cortesía formaba parte del nombre). Era un hombre recto, muy germánico, que nos impartía matemáticas, ciencias naturales y educación física. Me fascinaban las asignaturas y su método y carácter minucioso, serio y organizado.

Pero no fue hasta el año 96, cuando supe cuál era la rama de las ciencias que me interesaba. Recuerdo aquel momento al leer la publicación de la consecución del primer mamífero clonado, la oveja Dolly. Aquello me pareció absolutamente fascinante. Aún conservo ese recorte de periódico.

Además, tuve la enorme suerte de convivir con una tía abuela mía que nació en torno a 1920. Después de la guerra estudió una carrera universitaria de ciencias, era química, en una España en posguerra y “de hombres”. Fundó una pequeña academia en Vigo donde era docente. Era ya mayor cuando yo estudiaba COU (segundo de Bachillerato hoy), pero su afán por entender, mantenerse actualizada y su talento docente era deslumbrante y nos sentábamos juntas muchas horas a resolver problemas de física y de química. De talante tranquilo, educado, serio y cariñoso al tiempo, sin duda de ella supe que debes hacer lo que de verdad te gusta, esforzarte mucho por conseguirlo y mantener siempre viva tu curiosidad.

Tú te dedicas a la medicina genómica, donde no parece que haya déficit de mujeres. ¿Cierto?

Así es. En el Grupo de Medicina Xenómica somos mayoría mujeres. Dentro de este soy la responsable de los proyectos de edición genómica y dirijo actualmente cinco tesis doctorales, cuatro de ellas a mujeres.

En cambio, en otras titulaciones STEM, la presencia femenina está mucho más limitada. ¿Cuáles crees que son las razones?

Creo que todo empieza en la educación: en casa y en el colegio. Aún sorprende ver cómo los juguetes siguen separados por género, cómo las construcciones son para los niños o como las cosas rosas para las niñas. Las redes sociales o las series de televisión siguen mermando vocaciones que se consideran de raros y raras. Tenemos que empezar por cambiar estos estereotipos, sesgos que dan lugar a roles que son aprendidos y asumidos como ciertos. Seguramente esta falta de mujeres sea fruto de esta inercia de la que solo la educación puede sacarnos dando lugar a una sociedad respetuosa e igualitaria.

¿Tienes alguna mujer referente en ciencia?

Podría hablar de muchas mujeres científicas que han sido brillantes y que han pasado más o menos inadvertidas a lo largo de la historia. Sin embargo, tenemos grandes referentes hoy con científicas como Jennifer Doudna o Emmanuelle Charpentier, Premio Nobel de química en 2020 por la aplicación de las herramientas CRISPR a la edición del genoma, que son la base de todos los estudios que realizo actualmente en CIMUS. Además, por ceñirnos a nuestro entorno más cercano y sin salirnos de Galicia, María José Alonso o Mabel Loza, con las que tengo el placer de compartir espacios y en el caso de Mabel, también proyectos, y que considero desarrollan un trabajo fantástico científicamente así como un gran esfuerzo para posicionar Galicia en la vanguardia de la investigación biomédica.

Ayer, con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, representaste al CiMUS en la mesa virtual ‘De niñas a investigadoras: el camino de la ciencia’. ¿Cómo fue la experiencia?

Siempre nos gusta participar en actividades de visualización con los colegios e institutos. Este año ha tenido que ser online, pero creo que ha sido muy positivo poder hacerlo. Se trata de llegar a los más jóvenes y hablarles con tranquilidad de ciencia en un lenguaje que ellos entiendan. Que puedan sentirse libres de preguntarnos lo que consideren. ¡Ojalá hubiese tenido yo esta oportunidad cuando estudiaba! Espero que la próxima vez podamos vernos en persona y disfrutar de la jornada juntos como solemos hacerlo. Los científicos y las científicas estamos al servicio de la sociedad y. por tanto, tenemos la obligación moral y la responsabilidad de transmitir qué hacemos, por qué lo hacemos y cuál es la relevancia de la ciencia para el desarrollo de una sociedad culta y moderna.

Además, el CiMUS cuenta con el Comité para la Diversidad de Género. ¿Esto es más que un plan de igualdad, Catarina?

Se trata de una iniciativa Centro para garantizar la igualdad real en el desarrollo de la carrera científica entre géneros y para detectar barreras que puedan afectar al desempeño de la labor profesional. Actualmente está comenzando, tiene un año y cuenta con 7 mujeres y prevé la incorporación de hombres para garantizar la equidad y la igualdad. Se trata de poner sobre la mesa acciones concretas en relación en temas como la salud laboral o la conciliación.

¿Sientes, como mujer, que estás en el mejor momento para dedicarte a la ciencia?

Las cosas han mejorado para las mujeres en todos lo ámbitos, sin duda. En la ciencia, se han llevado a cabo muchas iniciativas a favor de la igualdad, como no podía ser de otra forma y así debemos seguir. La ciencia no tiene que ver con el género. El cerebro femenino no está condicionado. Como persona, sí estoy en un buen momento para desarrollar con mis colegas de la ciencia una carrera investigadora en un ambiente igualitario, cooperativo. Yo soy una científica que, independientemente del género, desarrolla sus proyectos de la mejor forma posible.

‘Científicas a la vanguardia de la lucha contra el COVID’

La Asamblea General de la ONU decidió el 22 de diciembre de 2015 que se necesitaba una celebración anual para reconocer el papel fundamental que desempeñan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología. Quedó fijado en el 11 de febrero.

Lema. Según las Naciones Unidas, el lema de este año es

Mujeres científicas a la vanguardia de la lucha contra el COVID-19. Y es que el estallido de la pandemia ha reforzado la necesidad y la importancia de las científicas. Las mujeres han participado activamente en la investigación de conocimiento sobre el virus, luego desarrollaron técnicas de prueba y también lograron crear la vacuna contra el virus.

12 feb 2021 / 01:00
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