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La moda se relaciona con el arte

    Sirvan de referencia, en estos días, acontecimientos que ponen de actualidad la relación entre arte y moda, y uno de los más recientes es la MET Gala, celebración anual que se remonta al año 1946 y tiene como propósito recaudar fondos para la financiación del Instituto del Traje (Costume Institute), que se incluye en los departamentos del Metropolitan Museum de Nueva York. Las elevadas sumas que se obtienen por medio de la gala costean el programa de exposiciones, adquisiciones y otras mejoras. De marcado carácter experimental, la especial pasarela -vista desde una óptica superficial puede parecer en exceso mundana- pone el foco en las estrechas e influyentes relaciones entre arte y moda.

    La conexión viene de lejos, y sin temor a exagerar, nos podemos situar en los tiempos de antiguas civilizaciones ( Mesopotamia, Egipto, Creta...) para captar las interrelaciones, visibles a la luz de frisos, esculturas, pinturas y cerámicas. Las figuras humanas que en ellas se representan indican una determinada forma de entender la vestimenta y la ornamentación, y es que realmente el sentido estético de cada etapa histórica se ha reflejado en la moda.

    La creación en la moda se nutre de la cultura, y aun cuando la vestimenta no era moda sino necesidad, objeto con el que cubrirse para protegerse de las inclemencias del tiempo o exponente de una determinada clase social, no dejaba de estar ligada al deseo de conseguir una mejor apariencia, a la manifestación de cada individualidad.

    En su más alta expresión, tiene relación con la capacidad de percibir las corrientes artísticas de cada tiempo, con las formas de vida. Y como fenómeno social, la moda se instaura en Europa a raíz del esplendor de la corte de Versailles; más tarde, la vertiginosa sucesión de movimientos artísticos y sociales que se producen en la primeras décadas del siglo XX provoca una mayor conexión entre la moda y el arte. Paul Poiret ( 1879-1944) crearía una nueva imagen para la mujer; toda una revolución liberadora de la opresión encorsetada anterior, en la que se impone la naturalidad y el alegre colorido inspirado por la estética de los ballets rusos de Diaghilev, el arte de su tiempo y el gusto por el orientalismo.

    Mariano Fortuny (1871-1949) del que sus contemporáneos Proust y D´Annunzio hablan con admiración, asume en sus creaciones las culturas clásicas mediterráneas y orientales, la pintura de Tiepolo y las Arts and Crafts; su concepción del tiempo es una mezcla de pasado, presente y futuro; las túnicas-vestido Knossos y Delphos aúnan estética y función. De modo opuesto, los tejidos de contrastes simultáneos de Sonia Delaunay (1885-1979), aplicados al diseño de vestidos y decoración de interiores, muestran la mentalidad de vanguardia de la pintora, y en esa proximidad temporal la estética extrema del surrealismo que recoge la diseñadora Elsa Schiaparelli (1890-1973) o el mundo del cine y sus mitos, se instalará en aquellas mentes creadoras. Y así, sucesivamente, la relación arte y moda seguirá en las siguientes décadas, sin detenerse.

    Sugerente y siempre sorprendente, esta cuestión se ha incorporado al debate artístico. Prueba de ello son las numerosas referencias, estudios y exposiciones que se están ofreciendo, y en el presente año interesantes ejemplos siguen desvelando los enriquecedores vínculos; uno de ellos procede del mundo de la fotografía en su nexo con la moda. En los próximos días, la obra de dos grandes fotógrafos: Helmut Newton (1920-2004) desde la fundación que lleva su nombre en Berlín y Albert Watson (1942), en el SCAD FASH Museum+Film, en Atlanta, afirmará de nuevo hasta qué punto esa ligazón ha dado rendimientos asombrosos. Y siguiendo en la estela de complicidades, el universo creativo de Alaïa y Balenciaga se aproxima en sus respectivas concepciones y se muestra conjuntamente en el Museo Cristóbal Balenciaga en Getaria.

    Por último, el Museo de la Moda y Textil de Londres trae a la actualidad, este otoño, por medio de la producción Beautiful People: The Boutique in 1960s, Counterculture, los años pujantes de las boutiques de Chelsea: Biba, Granny Takes A Trip, Apple..., verdaderas impulsoras de la moda y estética de la contracultura.

    20 sep 2021 / 01:00
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