La postura corporal y las emociones

Se dice que las emociones las sientes en el cuerpo, pero ¿qué ocurre con la postura? ¿Las emociones hacen que adoptes una postura determinada o la postura condiciona como te sientes?

Piensa ahora en una persona triste y deprimida, ¿Cuál es su postura? Posiblemente la veas caminando encorvada, con una actitud desplomada, arrastrando los pies, con los hombros flexionados hacia delante y la cabeza mirando hacia abajo.

Sabes que si a una persona deprimida le “obligas “a adoptar una posición erguida, con los hombros hacia atrás, mirada ligeramente hacia arriba y, si además le pides que sujete un lápiz con los dientes esbozando una sonrisa, empezará a sentirse menos deprimida.

El cerebro interpreta como sonrisa verdadera esa sonrisa producida al sujetar un lápiz con los dientes. Esa posición forzada va a activar zonas del cerebro que estimulan la producción de endorfinas, las hormonas de la alegría y el bienestar.

Cuanto más tiempo adoptes esa postura erguida, con la mirada al horizonte, y una sonrisa, te irás encontrando cada vez mejor.

El cuerpo y la postura tienen su propio lenguaje simbólico.

Tu postura refleja tu estado de ánimo. La próxima vez que te sientas triste, presta atención a tu postura.

La postura es también una manera de comunicarnos, e influye en los mensajes que queremos transmitir, como lo hacen las palabras, los gestos, el movimiento y todo el lenguaje no verbal.

La postura de una persona puede hablar de su pasado, de la forma de ser, de sus vivencias..., y también puede hablar de la actitud ante estímulos externos, como una situación que produce miedo, agobio, etcétera.

Las emociones son reacciones naturales que no deberíamos reprimir porque las emociones generan sensaciones corporales que se expresan a través del cuerpo y de la postura.

Todos expresamos nuestro estado emocional de una manera constante, y la mayor parte del tiempo inconsciente, y lo hacemos por medio de nuestro lenguaje no verbal, nuestro rostro y, por supuesto, también con nuestra postura corporal.

Las posturas corporales y el lenguaje no verbal pueden cambiar el estado de ánimo. Esto nos resultará útil cuando nos enfrentamos, por ejemplo, a una entrevista de trabajo, en la que será de gran ayuda una postura que refleje seguridad en uno mismo, entre otras cosas.

Cada emoción se expresa por medio de una postura corporal que es desequilibrada. Por tanto, todo aquello que consiga una postura corporal equilibrada repercutirá en el estado emocional.

Si deseas contactar conmigo puedes hacerlo en consulta@otiliaquireza.com. Estaré encantada de poder ayudarte.