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CULTURA. Narra el saqueo de Almanzor que sufrió el patrimonio santiagués a finales del siglo X. TEXTO José Carlos Rodríguez

‘Las campanas de Santiago’, libro de Isabel San Sebastián

La escritora y periodista Isabel San Sebastián narra el saqueo de la ciudad de Compostela por Almanzor en Las campanas de Santiago, una novela en la que “no hay ni buenos ni malos” pero que está narrada desde “un punto de vista cristiano”: “Algunos dicen que la Reconquista es facha. Es una imbecilidad”, afirma en una entrevista con Efe.

San Sebastián (Santiago de Chile, 1959) considera que en la historia “nunca se puede hablar de buenos y de malos” porque todo depende de “la perspectiva con la que se mire”, aunque reconoce sin tapujos que en su última novela ella ha querido relatar un hecho histórico del periodo de la Reconquista “narrado desde el punto de vista cristiano”.

Ya lo hizo con La visigoda o La peregrina, su anterior novela, que relataba el origen del Camino de Santiago. Ahora regresa a la ciudad compostelana para revivir uno de los episodios más interesantes de finales del siglo X, cuando el militar y político andalusí Almanzor, durante el máximo esplendor del califato, saqueó la ciudad de Santiago de Compostela, importante lugar de peregrinación, y robó las campanas de la catedral.

Según cuenta la historia, Almanzor asoló la ciudad y se llevó las campanas y las puertas de la basílica a hombros de cautivos cristianos para convertirlas en las lámparas que después alumbraron la mezquita de Córdoba, que él había mandado ampliar. “Es un acto de un enorme simbolismo y de una humillación suprema. La máxima humillación que se puede infligir a la cristiandad en general y a la ciudad de Santiago en concreto”, asegura. Y afirma que en ese momento las campanas eran consideradas “la voz de Dios”.

En su novela, San Sebastián incide en la crueldad y carácter despiadado de Almanzor, que si bien convirtió el califato en “la mayor potencia occidental de su tiempo, con un enorme desarrollo artístico, cultural, militar y con un enorme poderío”, lo hizo “a costa de los cristianos” y de esclavizar, saquear y humillar a los cristianos.

“En ese momento, el cristianismo está de rodillas, absolutamente sometido. Los reyes y los condes o pagan tributos o son víctimas de unas aceifas demoledoras. Se llevan a miles de esclavos para venderlos en los mercados, arrasan con todo lo que hay de valor en los templos y ciudades y matan a millares de personas”, asegura San Sebastián.

Por ello, lejos de querer hacer una lectura de “buenos y malos”, la escritora reconoce que no entiende cómo es posible que en este “revisionismo histórico” se considere como buenos a los musulmanes y como malos a los cristianos.

“Nadie superó a Almanzor en cuanto a crueldad, saqueos y cacerías de humanos. Y sin embargo, en este revisionismo histórico los buenos son los musulmanes. Curiosamente, cuando tenían a la mujer tremendamente sometida”, apunta.

Para ella, la historia de España “está continuamente maltratada” y pone de ejemplo algunas de las estatuas que están siendo derribadas en diferentes puntos del mundo de conquistadores españoles frente al levantamiento de, precisamente, una estatua de Almanzor en Cartagena, algo que le genera “sorpresa”.

“Hay quien intenta juzgar con criterios actuales hechos producidos en contextos completamente distintos y que intenta utilizar la historia políticamente. A mí me parece que no se puede utilizar políticamente nada. Ni Almanzor ni a Fernando el Santo”, considera.

Y es que para San Sebastián “la Historia o se analiza con frialdad o bien se novela”, pero nunca debe usarse “con fines políticos actuales hechos ocurridos hace años”.

“A la izquierda le parece que la reconquista es facha. A mí eso me parece una imbecilidad. La reconquista fue una epopeya que pasó por muchas etapas y muchas fases, un hecho histórico que duró ocho siglos y que marcó la historia de España, nos guste o no”, ha declarado.

A propósito de una lectura “politizada” de la Historia, San Sebastián ha arremetido contra la nueva ley de Memoria Democrática lanzada por el Gobierno, de la que dice que es “orwelliana”y “totalitarista”, porque pretende “reescribir la historia para cambiar su desenlace con criterios absolutamente políticos.. Si se prohíbe la Fundación Francisco Franco habrá que prohibir muchas de las asociaciones de apoyo a los presos terroristas de ETA”, concluye.

19 sep 2020 / 00:00
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