Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Manuel Pailós, en el taller de Torres García

    La adaptación a las circunstancias y la moldeabilidad han estado presentes en los grandes artistas de Galicia; al amparo de culturas diversas se han desarrollado y enriquecido sus personalidades y la obra del artista Manuel Pailós (Corme, A Coruña, 1918-Montevideo, 2004), es un ejemplo de ese espíritu de integración en otros contextos; significativa en sí misma, es considerablemente valorada por su vinculación directa con la historia del artista uruguayo Joaquín Torres García.

    Con relativa frecuencia, hemos visto exposiciones referidas a la Escuela del Sur, al Taller Torres García o, individualmente, de algunos de sus discípulos, asimismo grandes creadores que aprendieron y luego compartieron con el artista uruguayo los mismos valores estéticos, el sentido de lo intemporal, la atracción por el arte de las antiguas civilizaciones, la preocupación por la arqueología y el arte precolombino o por lo perdurable, permanente e invariable.

    Desde los comienzos del TTG, en 1943, los jóvenes artistas que buscaban dar un nuevo sentido a sus aspiraciones siguieron sus lecciones y teorías en la práctica de una pintura exclusivamente plana en el color y con la geometría como eje unificador de la obra y su estructura y aplicada a las creaciones, la proporción áurea.

    José Gurvitch, Gonzalo Fonseca, Francisco Matto, Horacio Torres, Augusto Torres, Guido Castillo, Héctor da Cunha, Rodolfo Visca, Julio Alpuy, Manuel Pailós y Alceu Ribeiro han trascendido mas allá de la pertenencia al grupo. Con la pintura de Alceu Ribeiro, la Sala Dalmau de Barcelona está abriendo su temporada de otoño-invierno por medio de una exposición que reúne una destacada selección de obras que revelan 20 años de su trayectoria y, con el título de Estructura y ritmo constructivo, vuelve de nuevo a aflorar la impronta de aquel taller por excelencia en el que reinaba la sabiduría intuitiva aplicada al arte.

    En lo que nos atañe, y en referencia a Manuel Pailós, no es habitual encontrar en solitario la presencia de su obra. Se conocen sus comienzos cuando se reveló como artista en la capital uruguaya, el ingreso en el Círculo de Bellas Artes de Montevideo, junto a los pintores José Cuneo y Guillermo Laborde, y por feliz casualidad el encuentro con Torres García en el transcurso de una exposición, acontecimiento que cambiaría radicalmente su vida y concepción del arte.

    Como consecuencia de ese hecho, pasará a formar parte de su círculo y del taller en torno al año 1942. Al principio Pailós era el alumno, y más tarde fue el profesor ligado al TTG, hasta los últimos años de su funcionamiento. Obviamente, y por razones de afinidad, su obra se posiciona a favor del Universalismo constructivo. Particularmente, recibió importantes encargos, algunos de carácter público como fueron los murales que realizó para el Pabellón Martineré del Hospital Sant Bois en 1955; luego llevaría a cabo la escultura Monumento, en el Parque de las Esculturas, situadas las dos creaciones en pleno centro de Montevideo. En adelante y progresivamente le llegarán invitaciones para participar en exposiciones en museos de todo el mundo, conjuntamente con los artistas del taller.

    Y después de toda una vida sin regresar a Galicia, en 1991 Pailós visitó su villa natal, Corme. Había partido a Uruguay con sus padres siendo un niño de corta edad y los recuerdos eran escasos; a duras penas imaginaba su antigua casa. Sin embargo, tenía fijadas en su mente las vistas al mar desde una de las ventanas. A la llegada, pudo saludar a alguno de los pocos familiares que le quedaban; finalmente, logró asomarse de nuevo al mirador que le devolvió el paisaje de su infancia.

    En aquellos días coincidentes con el mes de octubre, su obra se mostró en Santiago de Compostela. Fue el descubrimiento toda una sorpresa y años después el artista volvió con mas ligereza, pero con la misma ilusión del reencuentro. Ahora ya pasado el tiempo, el reconocmiento en la historia del arte de aquel país del sur y en Galicia es incuestionable. En una imagen fotográfica publicada en el número 20 de la revista Removedor, en octubre-noviembre de 1947, encontramos a un joven Pailós acompañado de otros compañeros del taller, rodeando al maestro Torres García; ellos, seguramente expresando con libertad sus opiniones y a la vez recibiendo las certeras aunque nada rígidas enseñanzas.

    04 oct 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.