Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h
humor en canal Actor de Santiago con series de éxito como ‘Géminis’ o ‘Libro de Familia’, le gustaba ver ‘Mis terrores favoritos’, ‘Mash’ y ‘Cheers’ // De hoy, sigue ‘Fuga en Dannemora’ y ‘Antidisturbios’

Manuel San Martín, fan sin miedo

Cuando las mariposas del miedo revolotean en el estómago antes de descorrer el telón, la vocación le pone brida en seco. La frontera entre amor, humor y terror es fina. Chicho Ibáñez Serrador la exploró como nadie. Lo sabe bien Manuel San Martín, actor nacido en Santiago.

A los 14 años, Manuel descubrió la extrañeza de ver la televisión en un salón vacío, lleno de silencio y noche frente a un haz luminoso que irradiaba La semilla del diablo, Drácula o El fotógrafo del pánico, capítulos de Mis terrores favoritos, emitidos por TVE entre 1981 y 1982 .

“Ese es el programa que más me hizo temblar de miedo... ¡y cómo disfrutaba! En mi casa yo era el único de mis hermanos al que le gustaban las historias de terror, así que cuando llegaba el día de Mis terrores favoritos, me encerraba yo solo en una sala, totalmente a oscuras, con la espalda pegada al sofá y cubierto con una manta, y me dejaba estremecer por Chicho y sus historias antes de ver la película de terror de la semana. ¡Era bestial!”, confiesa este fan sin miedo.

“Tengo muchísimos recuerdos de series, muchísimos, porque desde niño me encantó la televisión”.

Nacido el 4 de noviembre de 1967 fue chaval de sobremesas y meriendas entre bocados y pegatinas de Boni y Tigretón ante la pantalla.

“Dibujos animados como Heidi y Marco me hacían disfrutar y sufrir a partes iguales, y por otro lado echaban Mazinger Z y Comando G, que las recuerdo como un chute de adrenalina”, apunta antes de reivindicar una didáctica trama infantil.

“Me gustaron mucho Érase una vez el hombre y Érase una vez el cuerpo humano”, añade sobre esa atípica producción francesa emitida por TVE en aquellos días de Nocilla y programación sin zapping.

“También seguía La casa de la pradera, que era tan sensiblera como Heidi pero con actores y personajes americanos...”, añade riendo al evocar los años setenta.

“Y una que era un puro western y que me fascinó fue La conquista del oeste. Por supuesto, me gustaban algunas las policiacas como Baretta o Los hombres de Harrelson, e incluso ya más adelante, en los años ochenta, y a todo color, la inolvidable Corrupción en Miami”.

Miami Vice, serial detectivesco de postales solariegas, fue estrenado en 1984. Queda la duda de saber si Manuel San Martín prefería a Sonny (Don Johnson) o a Tubbs (Philip Michael Thomas). En cualquier caso, no le marcaron tanto como un icónico rol de David Carradine.

“Una que me hipnotizaba frente a la tele era Kung Fu y otra que mezclaba las artes marciales con la ciencia ficción y que me alucinó: La frontera azul”.

En el mundo de la risa, Manuel destaca de su adolescencia una trama estadounidense cuyo episodio final en el canal norteamericano CBS marcó a la televisión de ese país, Mash. Su adiós fue seguido por 125 millones de personas.

“Aparte Mash, destacaría la comicidad de Cheers y Frasier”, apunta aludiendo a los días dorados de la comedia de situación americana.

Y no olvida una sit com que dio a Telecinco datos de ensueño.

“De entre las series españolas de humor me encantaba Siete vidas”.

Actor tras ser banquero, Manuel gusta de la risa altisonante de “los hermanos Marx” pero también de la esgrima verbal urbanita del cine “de Woody Allen”, apostilla quien de adulto, fan sin miedo de seguir sus instintos favoritos aunque lleven al precipicio de la duda, renunció a una vida de economista y en lugar de eternizarse en Caixa Galicia, cual Manuel Sin Miedo, que dirían los Hermanos Grimm, agarró el libro de su vida y lo reabrió por la uve de vocación y valentía.

Saber idiomas le ayudó a meterse en proyectos de ensueño para un primerizo, como The Long Kill, un intento de Bill Corcoran por revivir el spaguetti western español en 1999 y donde Manuel tuvo un breve papel en un elenco de escándalo: Kris Kristofferson, el mito country Willie Nelson y Sancho Gracia.

A la tele, llegó por el Camino de Santiago (Antena 3), con su tierra marcando el mapa de su vida.

“Verme las primeras veces en tele fue una sensación muy extraña. Era como un cóctel de emoción, ganas, miedo y vergüenza. Vamos, que no quería verlo con nadie, ni familia ni amigos. Así que las reacciones las tenía después... Y claro, todo eran ánimos y piropos de quien te quiere bien. Para mi entorno verme en la tele era sorprendente y tardaron un tiempo en normalizarlo”.

Tardío en la escena, braceó mares ganando la orilla y creció hasta protagonizar exitosas series como Géminis (TVE, 2002-2003) o Libro de familia (TVG, 2005-2013), producida por EL CORREO.

Hoy danza ante nosotros tanta oferta televisiva como llamas en la Noche de San Juan. Manuel subraya dos: “Me ha encantado una serie americana llamada Fuga en Dannemora, un thriller con Benicio del Toro y otra española, Antidisturbios”.

Una tiene siete episodios, la otra seis. Si al espectador actual le hablas de paciencia... se ríe a carcajadas.

08 nov 2020 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito